Solidarity from a distance, #5
What motivated the author to write this article? As we continue the preventive measure to COVID-19 of quarantine, we are seeing in various countries the complaints to police about the increase of domestic violence and other severe situations in the homes. Many populations, as confirmed by the different Ministries of Health, are suffering from anxiety and depression. This article is an attempt to raise the consciousness of this situation. We pray, especially during Holy Week and the Pascal Season, that our families experience the hope and joy that the Pascal mystery communicates to us.
Violence or abuse within the family is not new. It has been known since ancient times to be part of family reality in the various continents of the world. There are many factors that increase the potential for conflict within the family and even become risk factors for violence among those who interact within the family. Quarantining families as a preventive measure for the transmission of the Coronavirus (COVID-19) could increase domestic violence against women, child abuse, and the abuse of elders.
Dr. Rose E. Nina, Ph.D.
Family violence began to be identified as a serious social problem in the early 1960s when some authors described the “battered child syndrome.” Later, the concept of domestic violence was developed to address violence against women, and more recently, in the 1980s, abuse of the elderly began to be discussed. Abuse is classified as: verbal, psychological, physical, and sexual. In childhood and old age, these types of abuse are added, neglect, and financial.
Living in a quarantine, where there are countries that have imposed it in an obligatory or voluntary way, for 15 days, 21 days, and others, for a month, has generated instability in daily life. Situations have been observed such as couples not used to being together for so many hours, dysfunctional couples, where there was already an aggressor and a victim, families where parents interact with children in a tense and violent way, homes where only one person lives and homes where three generations live together: grandparents, parents, and children.
Family life can be difficult, as each member of the family wants to pursue his or her interests in a home where a quarantine seems infinite. Some people express boredom, frustration, anxiety, depression, and well as other complaints. Their homes are small, apartments without balconies, uncomfortable, and with little living space.
These situations are a challenge!
Can we cope with these situations? Of course, we can. First, identify if there is any type of abuse in my home because there could be tense situations that, by analyzing them, can be improved. If the situation gets out of control, they need the second solution, seek professional help, either by phone, internet, or teleservice. Thirdly, if the condition of violence is untenable and endangers your life, you should report it and seek help with the authorities, the police, and helplines and avoid the situation ending up in a tragedy.
Quarantine is now necessary to preserve our lives, but we must live together harmoniously, given the situation. That is why patience, flexibility, and tolerance are part of the solution – quarantine, yes – abuse, no!
References:
1. Nina Estrella, RE. February 21, 2017. This must stop! Consulted April 4, 2020. Published on the Facebook page, Blue Science Foundation. Santo Domingo, Dominican Republic.
Author: Dr. Rose Nina, Ph.D., psychiatrist, Santo Domingo, Dominican Republic; email: roseninaestrella@gmail.com
Photo by Henryk Niestrój / Pixabay
¡Cuarentena sí, Maltrato no!
Solidaridad a distancia, Núm. 05
¿Qué motivó a la Autora a escribir este artículo? A medida que continuamos con la medida preventiva a COVID-19 de la cuarentena, estamos viendo en varios países las denuncias a la policía sobre el aumento de la violencia doméstica y otras situaciones graves en los hogares. Muchas poblaciones, como lo confirman los diferentes Ministerios de Salud, sufren de ansiedad y depresión. Este artículo es un intento de concienciar sobre esta situación. Rezamos, especialmente durante la Semana Santa y el tiempo Pascual, para que nuestras familias experimenten la esperanza y la alegría que el Misterio Pascual nos comunica.
La violencia o maltrato dentro del seno familiar no es nuevo. Desde tiempos remotos se conoce que ha sido parte del desarrollo familiar en los diversos continentes del mundo. Existen muchos factores que aumentan las posibilidades de conflicto dentro de la familia y se convierten incluso en factores de riesgo para la violencia entre quienes interactúan en ella. El que se encuentren las familias en cuarentena como medida de prevención por contagio del Coronavirus (COVID-19) podría aumentar la violencia domestica hacia la mujer, maltrato a los niños y maltrato a los viejos.
La violencia familiar comenzó a señalarse como problema social grave a comienzos de los años ’60 cuando algunos autores describieron el “síndrome del niño maltratado”. Después se desarrolló el concepto de violencia doméstica dirigido a la violencia contra la mujer y más recientemente en los años ’80 se comenzó a hablar del maltrato en la vejez. Los maltratos son tipificados como: tipo verbal, psicológico, físico, y sexual. En la niñez y la vejez, se añade los tipos de maltratos de negligencia y el financiero.
El vivir en una cuarentena, donde hay países que lo han impuesto de manera obligatoria o voluntaria, por 15 días, 21 días y otros, a un mes, ha generado inestabilidad en el diario vivir. Se ha observado situaciones como: parejas no acostumbradas a estar tantas horas juntas, parejas disfuncionales, donde ya existía un agresor y una víctima, familias donde los padres interactúan con los hijos de manera tensa y violenta, hogares donde vive una sola persona y hogares donde conviven tres generaciones: abuelos, padres e hijos.
La convivencia familiar puede resultar difícil, pues cada uno de los integrantes de la familia desea realizar sus propios intereses en un hogar donde una cuarentena que parece infinita. Algunas personas expresan quejas de aburrimiento, frustración, ansiedad, depresión y otras quejas de que: sus hogares son pequeños, apartamentos sin balcones, hogares incómodos y de pocos espacios.
¡Es todo esto un reto!
¿Podemos enfrentar estas situaciones? Claro que sí, se puede. Primero identificar si en mi hogar existe algún tipo de maltrato, pues podrían existir situaciones tensas que al analizarlas podrían mejorar. Si se descontrola la situación, necesitan de la segunda solución, buscar ayuda profesional, ya sea de forma telefónica, internet o teleservicio. Tercero, si la situación de violencia es insostenible y peligra su vida, se debe denunciar y buscar ayuda con las autoridades, con la policía, líneas de auxilio y evitar que termine en una tragedia.
La cuarentena es en estos momentos necesaria para preservar nuestras vidas, pero debemos convivir de manera armoniosa dada la situación. Por eso la paciencia, flexibilidad y tolerancia es parte de la solución. ¡Cuarentena si, maltrato no!
Referencias:
1. Nina Estrella, RE. 21 de febrero 2017. ¡Esto debe parar! Consultado 4 de abril de 2020. Publicado en la página de Facebook, Fundación Blue Science. Santo Domingo, República Dominicana.
Autora: Dra. Rose Nina, Ph.D., psiquiatra
Santo Domingo, República Dominicana
email: roseninaestrella@gmail.com