El P. Joseph Trần Sỹ Tín, una vida dedicada al servicio de los tribales Jarai

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El sacerdote redentorista llegó a la diócesis de Kontum en 1969, junto con algunos compañeros. Estudió la lengua tribal y se ganó la confianza de la población. En los duros años de la guerra, detenido por los comunistas, y el florecimiento de bautismos: “He bautizado a más de un millar de personas en las montañas. En 2005, los católicos estaban presentes en 90 aldeas”. Los Redentoristas gestionan tres centros misioneros que cuentan con más de 24 mil fieles.

(Hanoi, VietNam) – Una vida dedicada a hacer misión en la diócesis de Kontum (centro-oeste de Vietnam) entre los tribales Jarai. Es el p. Joseph Trần Sỹ Tín, un sacerdote redentorista que vive en la región desde 1969 y durante casi 50 años ha acompañado a la población local en el camino de fe. Hace unos días, el p. Joseph se reunió con sacerdotes, religiosos y fieles de la diócesis, contando la historia de su misión.

Mons. Paul Kim Seitz, obispo de Kontum, había nvitado por primera vez a los sacerdotes a trabajar en la diócesis en 1960. El primer pueblo donde se estableció el p. Joseph Trần Sỹ Tín fue Pleikly. Junto con otros tres sacerdotes redentoristas fundó el “Grupo de la salida” (Nhóm Ra Đi), cuyo propósito es “salir” a convivir con las minorías étnicas que aún no han conocido a Jesús.

Cuando llegamos a Plaeikly, dice el padre Joseph, “no teníamos casa para quedarse y no conocíamos a nadie en el pueblo. Así que empezamos a estudiar el idioma Jarai y visitar a las familias para hacer amigos. Comiamos con ellos y practicábamos en su lenguaje”.

Cuando el tiempo de la cosecha, “hemos preguntado a los aldeanos si podíamos ir al campo a trabajar con ellos. A veces almorzamos juntos en los campos de arroz. A la noche volvíamos a casa con ellos y, a menudo cenamos juntos”. Después de un período de cohabitación, una noche vino el primer reconocimiento de los sacerdotes por el jefe del pueblo: “Mientras cenamos alrededor del fuego nos dijo: ‘Hemos tenido cuidado de nuestro pueblo desde hace años, en cuanto a la comida, vestido y vivienda. Pero nadie había hablado del espíritu, del bien y del mal, de la felicidad. Ustedes nos han hablado estas cosas”.

Los años 70 son los más difíciles para la misión del P. Joseph, porque la guerra llega a los pueblos de Kontum. En 1971 el sacerdote fue detenido junto con un acompañante por las autoridades comunistas y fue enviado cerca de la frontera con Camboya, donde vivió con los pobres y los que sufren de malaria.

Después del final de la guerra (1975), el sacerdote cree que nadie va a seguir más el cristianismo. Sin embargo, en 1988 muchas personas pertenecientes a minorías étnicas comienzan a ser bautizado. Para el 2000, p. Joseph bautiza 1000 en las montañas, la mayoría de etnia Jarai. Los nuevos creyentes no pueden asistir regularmente a misa, porque las autoridades comunistas impusieron procedimientos restrictivos de permisos de salida de los pueblos. Para el año 2005, los católicos están presentes en más de 90 aldeas.

La misión del P. Joseph se basa principalmente en el papel de los laicos. Los laicos, de acuerdo con el cura, son una prioridad, y sin ellos no hay misión real. De hecho, son los mismos fieles, quienes anuncian la Buena Nueva por todas partes, incluso aceptando los riesgos que ello conlleva. El P. Tín ha trabajado en los últimos años en la formación de pequeños grupos de laicos misioneros.

El sacerdote es ahora el vicario de la parroquia Pleichuet, rica de 1.400 fieles. Los Redentoristas gestionan centros de misión en Cheoreo Tolui y Pleichuet Pleikly que, junto con las parroquias, cuentan con más de 24 mil católicos.

(AsiaNews)