SEGUNDO NOVICIADO REDENTORISTA 2017
«A TI, Señor, presento mi ilusión y mi esfuerzo; en ti, mi Dios confío, confío porque sé que me amas. Que en las pruebas no ceda al cansancio, que tu gracia triunfe siempre en mí. Yo espero siempre en ti, yo sé que tú nunca defraudas al que en ti confía».
Así, quiero empezar con esta oración de fortaleza y fe, la experiencia inolvidable del segundo noviciado, fue algo que marcó la vida de cada uno de los que estábamos ahí. Esta experiencia del segundo noviciado se realizó en Lima – Perú, especialmente en el lugar de Cieneguilla, en la casa de retiro “El Milagro”, y de verdad fue para cada uno de nosotros, un redescubrir el milagro del llamado de Dios en nuestra vida.
Durante la seis semanas pudimos entrar en contacto con nuestra vida y la llamada que Dios nos hizo, para ser discípulos de Jesucristo, al servicio del pueblo de Dios. Y así poder consagrar nuestra vida al amor de Dios, y además profundizar el ser redentorista, es decir, “un hombre que cree realmente y vive apasionado por la Abundante Redención, y por tanto, un hombre que confía en Dios y se confía a ÉL.
Y así, poder vivir de acuerdo con el carisma e identidad Redentorista que es: “Los Redentorista son apóstoles de fe robusta, de esperanza alegre, de ardiente caridad y celo encendido” (CC. 20), que identidad más bella y hermosa tenemos los hijos de san Alfonso, y esto nos da fuerzas para seguir a Jesucristo, nuestro Redentor.
Por eso el segundo noviciado no fue un perder el tiempo, sino que fue un tiempo lleno de gracia del amor de Dios, y tenía un solo objetivo, “consolidar y confirmar la opción vocacional en el seguimiento de Jesucristo Redentor, a través de la dedicación perpetua en la Congregación del Santísimo Redentor, para continuar su misión de proclamar el Evangelio a los más abandonados, especialmente a los pobres.
Esta dedicación perpetua fuimos a profundizarla en un clima de oración y silencio, «por la profesión religiosa los congregados consolidan su existencia personal y comunitaria para dedicarse por entero al anuncio del evangelio» (CC. 46).
Esta experiencia al estar apartada de las preocupaciones académicas y compenetradas por una atmósfera de retiro, posibilita recapitular la propia historia vocacional. Contemplar la acción de Dios en dicha historia, e invitar a la conversión permanente de aquel que ha decidido abrazar el seguimiento de Jesucristo en nuestro carisma misionero.
El segundo noviciado está pensado con miras a la reestructuración, el encuentro con hermanos de las distintas Unidades de la URNALC y de la URSAL, es una experiencia única para tomar conciencia de nuestro dinamismo misionero que va más allá de las fronteras. La contemplación de nuestro carisma de la mano, y en compañía, de hermanos de diversos países y (vice) provincias.
Al finalizar todos los que estábamos en el segundo noviciado, pudimos valorar la riqueza del llamado de Dios, y salir fortalecidos para proclamar con nuestro testimonio de vida la abundante Redención, siempre tomados de la mano de Dios “donde están dos o más reunidos en mi nombre, allí estoy Yo en medio de ellos” (Mt 18,20)
Doy gracias a Dios por el llamado que Él me hizo, para anunciarlo al mundo, y también doy gracias a mi Provincia por aceptarme seguir esta vida, llena del amor de Dios. Soy Redentorista y en mi identidad están contenidos: la oración, el sacrificio, el apostolado, la misión, el pobre, la periferia.
(cohermanos que han participado de esta profunda experiencia espiritual del segundo noviciado)