(Washington, DC) Nuestro Padre Rob Ruhnke fue premiado la semana pasada por su “contribución significativa y duradera a las familias” con su programa “For Better and For Ever” (“Para Mejor y Para Siempre”), un programa de preparación al matrimonio por medio de parejas de matrimonios. La Asociación Nacional de Ministros Católicos de la Vida Familiar le entregó el codiciado premio durante un banquete en la Universidad Católica de América en Washington.
“El P. Rob sigue ampliando el alcance de “For Better and For Ever” a través de traducciones y actualizaciones para audiencias multiculturales, no católicas y seculares. Se ha convertido en el programa más utilizado de su tipo en las Américas “, dijo Colleen Gerke, presidente de la citada Asociación Nacional. “Es un ejemplo de la misión de nuestra Comisión Nacional por su compromiso con el método de la preparación matrimonial por medio de matrimonios y la conciencia de su diversidad permite que el ministerio de vida familiar proporcione acompañamiento a parejas y familias”.
El seminarista Huy Vu ya está colaborando con la comunidad vietnamita, que tiene que hacer frente a un aumento en las tasas de divorcio. “Él está aprendiendo desde cero, igual que yo”, dijo el Padre Rob. “Será ordenado sacerdote dentro de dos años, pero ya es considerado un valioso miembro del equipo “For Better and For Ever”. Según el P. Rob este programa fue concebido hace cuatro décadas, al igual que muchas personas, por un feliz “accidente”. En 1975, la Oficina de Vida Familiar de la Arquidiócesis de Galveston-Houston creía que el Programa “Engaged Encounter” que el personal y los voluntarios habían desarrollado era el mejor programa de preparación matrimonial de los Estados Unidos. “Sólo había un problema: sabíamos que nunca podríamos proporcionar suficientes fines de semana para atender a todas las parejas que quisieran participar”, dijo. Comenzamos una búsqueda intensiva de ideas y programas que podríamos usar para crear una “segunda opción mejor “, y eliminar los otros programas que creíamos no valía la pena recomendar a las parroquias de la arquidiócesis “.
(Traducción: P. Emilio Lage, CSsR)
