(Ciudad del Vaticano) – Han pasado algunos días desde la celebración de la Conferencia del Grupo Santa Marta en el Vaticano, encuentro al que asistimos las Oblatas del Santísimo Redentor. El Grupo, que nació con el objetivo de sensibilizar y unir fuerzas contra la trata de personas, ha ido abriendo sus puertas desde su creación en el año 2014, y ha pasado de estar formado únicamente por obispos y altos cargos de los cuerpos policiales, a incorporar también a aquellos que viven en primera persona la realidad de las víctimas de trata: comisiones episcopales, vida religiosa y organizaciones como Cáritas.
Preocupación por la corrupción
De esta manera, la conferencia ha contado con más de 130 asistentes de 25 países diferentes, todos ellos conocedores de la realidad de la trata desde su propia perspectiva. Un caso remarcable es el de Argentina, en el que el Comisario General de la Policía Federal Argentina, Néstor Roncaglia, tuvo unas palabras de agradecimiento a la labor de las oblatas en su país, encargadas de llevar la sensibilización sobre la trata no solo a distintos ámbitos de la sociedad sino a los propios agentes de policía, primera línea también en la lucha contra la corrupción. Y es que este fenómeno al que el Papa Francisco dedicó su vídeo del mes de febrero es una de las principales preocupaciones en muchos países, en los que el gobierno y los organismos oficiales no son garantía de seguridad.
También se destacó la gran preocupación que tienen los estados, sobre todo europeos, por la inseguridad en los corredores humanitarios, ya que es en los refugiados, muchas veces sin documentación y desamparados tanto por su país como por aquel en el que se encuentran, pueden encontrar una mayor facilidad para actuar. Por eso, uno de los principales objetivos de la conferencia ha sido remarcar la necesidad de que tanto los organismos gubernamentales como las empresas y los medios de comunicación se conciencien de la realidad de la trata y actúen para erradicar esta forma de esclavitud moderna. Una esclavitud que cada día encuentra nuevas formas de explotación y en la que la vida humana pasa a ser un factor puramente comercial.
Saludo individual
La conferencia concluyó con una audiencia del Papa Francisco a los allí presentes, en la que dirigió a todos unas palabras de aliento para continuar la labor y agradecimiento por el compromiso de los allí presentes. Para terminar, el Papa saludó de forma individual a los asistentes y en la que agradeció a las Oblatas, una vez más ya que el Santo Padre conoció en persona la labor de nuestra congregación en Buenos Aires, el trabajo que durante años hemos llevado a cabo con mujeres víctimas de trata y en contexto de prostitución.
(hermanasoblatas.org)