(Brasil) – La noche del 22 de febrero, cientos de fieles asistieron a la misa en honor a las víctimas de la tragedia de la presa Córrego do Feijão en Brumadinho, en la región metropolitana de Belo Horizonte (Brasil). La celebración tuvo lugar en la Iglesia de San José y fue presidida por el obispo auxiliar de la archidiócesis de BH, responsable de la región de Vale do Paraopeba y por el misionero redentorista, Mons. Vicente de Paula Ferreira. Concelebrada por varios sacerdotes, incluido el p. Renê Lopes, párroco de Matriz de São Sebastião, de Brumadinho.
En el atrio de la iglesia se colocó una gran cruz con fotos y nombres de todas las personas que murieron en el desastre, causando gran emoción de los que pasaban. Antes de comenzar la misa, un grupo de 14 personas indígenas de Aldeia Naô Xohã de São Joaquim de Bicas, también víctimas de la tragedia, manifestaron y rezaron al Padre Nuestro en su idioma nativo.
Uno de los aspectos más destacados de la celebración fue durante el acto penitencial, con la entrada de un hombre sosteniendo a un niño, ambos cubiertos de barro. Un grupo de monjas los recibió en el altar, lavándoles las caras.
La misa fue parte de una serie de celebraciones y manifestaciones en solidaridad con las víctimas. Los actos religiosos fueron organizados por la Conferencia de Religiosos de Brasil (CRB), por la Iglesia de San José y por la Arquidiócesis de Belo Horizonte. Este lunes, 25 de febrero, marca el mes de esta tragedia que dejó 179 muertos y 131 desaparecidos, según el último informe de la Defensa Civil.
