Reflexiones vocacionales de los Redentoristas y las hermanas Redentoristas.

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La Constitución, en el número 20, aclara quién es un MISIONERO REDEMPTORISTA.

“Los redentoristas son apóstoles de fe robusta, de esperanza alegre, de ardiente caridad y celo encendido. No presumen de sí y practican la oración constante. Como hombres apostólicos e hijos genuinos de san Alfonso, siguen gozosamente a Cristo Salvador, participan de su misterio y lo anuncian con la sencillez evangélica de su vida y de su palabra, y por la abnegación de sí mismos se mantienen disponibles para todo lo arduo a fin de llevar a todos la redención copiosa de Cristo.”

Dios llama a todos a experimentar la plenitud de la vida que se nos muestra en y a través de Jesucristo. Todos están llamados a la santidad de la vida. La gran mayoría de los católicos están llamados a la vocación laica. Esta vocación de ninguna manera es inferior a las vocaciones religiosas o sacerdotales, ya que Dios no llama a ninguno de sus siervos a algo de segundo nivel. Los laicos, enraizados en su llamado bautismal para revelar a Jesucristo al mundo. Están llamados a participar para llevar el mundo entero a Dios (Christifideles Laici n. 1). Lo hace como una persona casada o como una persona soltera, cada estado de vida trae consigo su particular atención y genio.

En su exhortación apostólica, Vita consecrata, San Juan Pablo II nombró al hombre o mujer consagrado como el icono del Cristo transfigurado. En la imagen religiosa, un icono es una representación de lo sagrado o divino que representa y participa en la realidad que representa. Es una ventana a lo divino. Al hacer esta comparación, el Papa Juan Pablo nos recordó a todos que quienes están llamados a esta vocación son entregados a la Iglesia y al mundo para recordarnos la presencia de lo divino entre nosotros.

Los cohermanos redentoristas irlandeses y las hermanas redentoristas compartieron su comprensión de la vocación con nosotros. Estamos llamados a compartir la buena vida que hemos recibido de Dios al responder al servicio de la humanidad de la mejor manera posible. También tenemos la responsabilidad de trabajar por las vocaciones para llevar a cabo las obras que nos confió según lo previsto por nuestro fundador Sant’Alfonso di Liguori. Oramos para que muchos hombres y mujeres jóvenes puedan dar testimonio y compartir la alegría y el amor de Dios por los necesitados.

(www.redemptorists.ie)