Más de 50 años en el servicio a la Moral
Con este número, la aventura de Moralia llega a su fin. En el ya lejano 1970, en pleno pos-concilio y animada por la vibrante energía de aquellos años, la Provincia de Madrid de la Congregación del Santísimo Redentor ponía en marcha el Instituto Superior de Ciencias Morales. Era su forma de celebrar el centenario de la proclamación de san Alfonso doctor de la Iglesia. Hoy, cuando celebramos los 150 años de aquella declaración, damos por concluida una etapa. Moralia comenzó como una modesta revista de carácter privado para la formación de los redentoristas en 1955. En 1963, en pleno Concilio, cambió su nombre a “Pentecostés”. Al fundarse el Instituto Superior de Ciencias Morales fue adoptada como su órgano de expresión. En 1979, recuperó su antiguo nombre, más apropiado a su condición de ser la única revista en lengua española dedicada exclusivamente a la reflexión teológico-moral.
Desde que se hizo público el final de nuestra revista, hace algunas semanas, hemos recibido numerosos mensajes de nuestros suscriptores, expresando su aprecio y lamentando el cierre. A todos ellos, agradecemos su estima por nuestra labor. A los que hemos trabajado en Moralia durante las últimas décadas, nos entristece contemplar el fin de nuestra revista, pero como dice el profesor Marciano Vidal, en un artículo que aparece en este mismo número, “más que como un final de actividad, quiero interpretar este hecho como un cierre de misión cumplida”.
No cabe duda de lo mucho que Moralia ha contribuido a la renovación de la Teología Moral en el más de medio siglo transcurrido desde el Concilio Vaticano II, un tiempo que no ha sido siempre fácil para algunos de los moralistas que más intensamente han colaborado con nosotros. Creemos, sin embargo, que la nuestra era una tarea necesaria y que podemos estar orgullosos de lo realizado. A otros les toca ahora seguir desarrollando en el campo de la Teología Moral esas intuiciones conciliares que –auguramos– seguirán animando a la Iglesia y su misión en el mundo durante épocas venideras.
Publicamos en este número sendos mensajes del Superior General de los Misioneros Redentoristas, P. Michael Brehl, y del Superior de la Provincia de Madrid, P. Francisco J. Caballero. Son muestras del gran aprecio de los redentoristas por la labor de nuestra revista, que desde aquí agradecemos públicamente.
El lector tiene en sus manos un número más voluminoso de lo normal. Los colaboradores redentoristas habituales de Moralia han querido contribuir a este número final con reflexiones de mayor longitud y calado. Mi agradecimiento personal a todos y a cada uno, pues sin ellos hubiera sido imposible haber llegado hasta aquí, especialmente tras el cese de la actividad docente del Instituto Superior de Ciencias Morales en 2008. Gracias, también, a todos los autores que, en un momento u otro, han contribuido con sus artículos a nuestra publicación. Es de justicia reconocer de manera especial el trabajo callado y eficaz del hermano Fernando González Cuezva, fiel administrador de esta revista desde casi sus inicios.
Concluyen para mí veinte años de servicio en este puesto. Mi última palabra de agradecimiento es para los suscriptores de la revista, que con su fidelidad han sostenido nuestra publicación, no solo económicamente, sino como esa comunidad de reflexión y diálogo sin la cual la labor teológica resulta impensable. A todos vosotros y vosotras, ¡gracias!
Padre Alberto de Mingo CSsR, Director de Moralia