(Puerto Rico) – El domingo 23 de mayo 2021, fiesta de Pentecostés, el Señor ha llamado a su casa eterna a nuestra hermano Rafael Torres Oliver, C.Ss.R., sacerdote redentorista, muy conocido como Padre Felo. En el dar la noticia, ofrecemos el testimonio de uno de sus tantos buenos amigos que tenía.
Felo amó la vida y vivió cada momento de manera plena. Hacer una lista de los “amores” de Felo, no haría justicia a esa palabra tan frecuentemente usada. Se tendría que añadir el adjetivo “pasión”. Felo vivió más que enamorado, vivió con un amor apasionado, por la vida y por los pobres abandonados.
Algunas de las muchas “pasiones” de Felo eran:
LA MISIÓN:
Tenemos que mencionar sus campos de misión: Guerra Contra el Hambre, República Dominicana, Haití, Puerto Rico y África. Símbolos de estas pasiones son Elié, su hijo haitiano adoptado muy querido, sus años en la Rep. Dom. y África, sus ministerios como formador y misionero en estos campos de misión.
Estamos también obligados a mencionar a su país, Puerto Rico y el dolor que daba a experimentar como se trata como un simple territorio anexado de segunda categoría, de colonia, la falta de autonomía y autodeterminación para atender a los vulnerables y más pobres (por ejemplo, el bien documentado proceso y su protestativo encarcelamiento en la cárcel federal por la cause de la isla de Vieques), y ¿por qué no decirlo?, su sueño y sus esfuerzos por la independencia política de su país.
LA VIDA CONSAGRADA:
La vivencia de Felo de los votos religiosos fue profética:
– Su estilo de vida, su vestir, sus renuncias y austeridad personal hablaban de la pobreza religiosa,
– Su apertura, su opción de amar y su interés por todos, sin prejuicios de procedencia, razas, condición social, pero obviamente su predilección por los pobres y abandonados,
– Su gran respeto por la autoridad, buscando siempre la fidelidad evangélica en las decisiones y propuestas de sus superiores. Su disponibilidad obediente se vio claramente cuando pedido de nuevo por los superiores de asumir ministerios que pensó que ya había dado todo lo que podía, como fue con la formación (internacional e intercultural) de los futuros redentoristas.
Su interés, su actitud positiva y animadora a todo lo relacionado con comunidad: la propia, de la Congregación, de la Iglesia y del pueblo santo de Dios.
LA CONGREGACIÓN REDENTORISTA:
Su disponibilidad de servicio y el orgullo de ser redentorista reflejados en su identidad total con la Congregación, el fundador San Alfonso, el carisma, la espiritualidad, los procesos, las Conferencias, la Unidades y la extendida familia redentorista.
LA ENFERMEDAD:
La agonía de los últimos meses y semanas de enfermedad nos deja a sospechar que conscientemente pidió al Redentor, ser unido a Él y a los muchos enfermos y moribundos que ha acompañado en su ministerio, compartiendo en su propio cuerpo estos mismos sufrimientos.
Padre Manuel Rodríguez Delgado, C.Ss.R. (Manny)
