¡Como una semilla que brota y da fruto!

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Testimonio de sor Teresa Ruggiero, quien profesó sus votos religiosos en la Orden del Santísimo Redentor el 31 de mayo en el Monasterio de Scala.
Queridos hermanos y hermanas en Cristo,

Comparto con ustedes la alegría de este particular momento que estoy viviendo. La creatividad del Espíritu y el amor misericordioso del Padre me llevaron, de formas inesperadas, a decir mi SÍ al Señor en la vida religiosa con mi profesión temporal en la Orden del Santo Redentor, en el Monasterio de Scala.

Este hermoso fruto alcanzó su madurez el 31 de mayo de 2021. ¿Pero sabes de dónde vino? De una semilla sencilla y pequeña, la semilla del Amor, que el Señor “plantó” en mi corazón. Esta semilla, en cierto punto, se rompió para dar a luz, comenzó a hacer espacio en la tierra para asomarse y extenderse hacia el Cielo. Su tallo abandonó lentamente el suelo y se abrió en pequeños capullos que, al florecer, daban fruto. Esto, sin embargo, no es un fin en sí mismo, sino que lleva consigo otras semillas de Amor listas para generar nueva vida. Esta imagen de la semilla representa el camino que he hecho desde el tiempo de las preguntas hasta el discernimiento, desde la entrada en el monasterio al noviciado hasta hoy. El amor ha hecho mi vida fecunda y, al crecer, ha dado frutos convirtiéndose en un don, un don de Amor para la Iglesia y para todos los hermanos y hermanas del mundo.

En los últimos años he redescubierto la belleza de la espera, ¡porque todo tiene su tiempo para madurar!

La alegría que sentí el día de mi profesión (¡¡¡y que sigue viva en mí !!!) casó bien con las lecturas de la celebración, donde primero el profeta Sofonías y luego la Virgen María nos invitaron urgentemente a gozar, a alegrarnos y a exultar, para aclamar al Señor con todo el corazón. Durante la lectura de la fórmula de la profesión sentí fuertemente la responsabilidad de mi elección, pero también la certeza de que la gracia del Señor es el sostén de mi camino.

El Señor, tu Dios … se regocijará por ti, te renovará con su amor … estas palabras del profeta resuenan en mi corazón como una promesa del Señor para mí y para ti, recordándonos que Dios se regocija en cada uno de sus hijos e hijas y renueva a todos con su Amor Paternal.

Te abrazo en Cristo, nuestro Redentor.

Hermana Teresa Ruggiero