El próximo sábado 2 de octubre, el Santuario de Nuestra Señora del Perpetuo Socorro en Curitiba, Brasil dará inicio a las celebraciones por el centenario de las novenas perpetuas. Dado que la Capela da Glória fue el punto de partida de la devoción al pueblo de Curitiba, el programa comenzará allí, con una procesión de velas, que partirá a las 19:00 horas, hacia el Santuario. En la Praça Portugal, los peregrinos de la Madre del Perpetuo Socorro serán recibidos al son de la Banda de la Policía Militar de Paraná. La misa de apertura está prevista para las 19:30 horas y contará con la participación de la comunidad redentorista y de diversas congregaciones religiosas invitadas, así como de los fieles devotos de Nuestra Señora.
“Celebrar 100 años de novenas es alabar mucho a los que nos han precedido. Significa tener un corazón agradecido por quienes han cultivado la devoción, ser fieles a las novenas que hoy nos llegan, con el don de alimentar nuestra fe y nuestra esperanza. Es hora de fortalecer esta devoción en nosotros mismos con el compromiso de llevarla a muchos que aún no la conocen; perpetuándolo en el corazón del mundo y de cada devoto de Nuestra Señora del Perpetuo Socorro. Es hora de celebrar, de regocijarse, es hora de glorificar a Dios por estos 100 años de propagación de la fe y devoción de las novenas”, dijo el Padre Celso Vieira da Cruz CSsR, Rector del Santuario.
historia de las novenas
El origen de las novenas tuvo lugar el 11 de julio de 1922, inspirado en el corazón del Padre André Browne, Misionero Redentorista y párroco de la Parroquia de San Alfonso, en Saint Louis, Missouri (EE. UU.). Ese día, tras contemplar las oraciones creadas y realizadas por la Archicofradía de Nuestra Señora del Perpetuo Socorro, el sacerdote consideró importante realizar ejercicios espirituales todos los miércoles.
Sucedieron la gracia y los milagros, y la devoción se extendió rápidamente por todo el mundo. Las novenas se convirtieron en la forma más destacada de devoción a la Madre del Perpetuo Socorro. Y es a través de ellas que los Misioneros Redentoristas se fortalecieron en la misión que les confió el Papa Pío IX en 1866: ¡dar a conocer a Nuestra Señora del Perpetuo Socorro en todo el mundo!
