Bajo el lema: “Redentoristas fieles a la misión, en activa participación y plena comunión” hemos sido convocados aquellos que nos encontramos dentro del proceso de formación inicial. Reunidos, del 13 al 20 de julio, en el Teologado San Alfonso, San Salvador, El Salvador, hemos contado con la participación de los hermanos aspirantes de la Casa Gaspar Stangassingger, ubicada en Trojes, el Paraíso, Honduras; de los hermanos postulantes del Seminario San Clemente, ubicado en San José Costa Rica y, entre ellos, 2 postulantes de la Provincia de San Juan; y la casa anfitriona, el Juniorado San Alfonso.
El objetivo de este encuentro es propiciar un espacio para conocernos, compartir la fe, la vocación a la que hemos sido llamados y, de modo especial, para poder enriquecer el carisma redentorista desde la diversidad de dones y culturas, enmarcados en la unidad. Para ello, hemos contado con la ponencia del P. Pedro López, CSsR, que nos habló sobre la sinodalidad y la Congregación; con el P. Marcelo Araujo, CSsR, conversamos sobre el XXVI Capítulo General y la Conferencia de América Latina y el Caribe; y con el P. Gerardo Carrasquilla, CSsR, hablamos sobre la reconfiguración y la nueva Provincia de América Central y el Caribe.
Los momentos de diálogo han enriquecido cada uno de los temas que tratamos, los espacios lúdicos han colaborado para poder integrarnos, los espacios de oración para sentirnos compañeros de camino; y todo el encuentro en cuanto tal se ha vuelto un signo de esperanza para los que estamos en el proceso de formación inicial. Vemos el esfuerzo de los miembros de nuestra Provincia y de la Congregación entera por seguir llevando adelante el anuncio de la abundante redención.
Como formandos hemos podido conocer las esperanzas, los sueños e ilusiones, así como los miedos, de cara a la reconfiguración como parte del proceso de reestructuración. Fruto de este encuentro, no es solamente tener un conocimiento más amplio, sino que, al ver el panorama en cuanto tal, de esto que es una realidad inminente que como Congregación estamos viviendo, es el no sentirnos como espectadores o agentes meramente externos a estos movimientos pneumatológicos, todo lo contrario, nos sentimos parte de este proceso y, desde lo que somos y tenemos, queremos aportar para que se pueda llevar a feliz término esta obra que el mismo Redentor, con la fuerza y discernimiento de su Santo Espíritu, ha comenzado.
Un momento de suma importancia fue el poder visitar la cuna del mártir san Óscar Arnulfo Romero, en Ciudad Barrios, San Miguel; celebrar la Eucaristía en ambiente de encuentro y bajo la intercesión de este gran santo del pueblo, símbolo de la vocación profética a la que somos invitados a participar, nos ha confrontado y alentado para que, al igual que Monseñor Romero, no tengamos miedo de dejarnos sorprender por el Redentor y, más aún, no temamos anunciarlo con nuestras palabras, con nuestras obras y con nuestros gestos. Como formandos, reconocemos que, hoy más que nunca, la Iglesia necesita de testigos que en verdad puedan reflejar la comunión en la participación activa del anuncio del Reino y, en nuestro caso, en fidelidad a la misión que, implícita o explícitamente, nos da el carisma redentorista.
La alegría de sabernos hermanos, compañeros de camino, agentes de reestructuración, apasionados por la misión, en activa participación para poner al servicio de los demás los dones que hemos recibido por parte del Señor; ver la realidad de la Iglesia en clave sinodal, ver el proceso de reestructuración de nuestra Congregación y ver los avances de la nueva Provincia de América Central y el Caribe, nos llevan a concluir que en verdad el sueño de san Alfonso M. de Ligorio bien vale la pena ser vivido.