El próximo 22 de octubre tendrá lugar la beatificación de 12 redentoristas martirizados en Madrid, en 1936, y pertenecientes a las dos comunidades que, en esa fecha, la Congregación del Santísimo Redentor tenía en la capital de España (Santuario del Perpetuo Socorro en Chamberí, y la Basílica de San Miguel en La Latina), encabezados por el P. Vicente Renuncio Toribio.
Concretamente, la beatificación se celebrará en la catedral de La Almudena a las 11:00 horas, y estará presidida por el delegado apostólico, el cardenal Marcello Semenaro, prefecto de Dicasterio de las Causas de los Santos. La ceremonia estará precedida por una vigilia de oración con carácter juvenil el viernes 21 de octubre, a las 20:30 horas, en la Parroquia- Santuario del Perpetuo Socorro de Madrid (Manuel Silvela, 14). Los actos terminarán con una Eucaristía el domingo 23, a las 12:00 horas, presidida por el superior general redentorista, y coincidirá con el domingo del Domund, que este año se celebra bajo el lema “Seréis mis testigos”.
La beatificación es el resultado del cariño con que los hijos del San Alfonso y sus familiares han guardado la memoria de sus cohermanos a lo largo de los casi 90 años transcurridos y del trabajo de recogida de datos iniciado casi al día siguiente de ocurridos los hechos que llevaron a solicitar la apertura de la causa en 2005, iniciándose la fase diocesana del proceso en septiembre de 2006 y concluyendo en noviembre de 2007. Tras un iter de estudio en el Dicasterio de las Causas de los santos por historiadores, teólogos, cardenales y obispos, el Santo Padre los declaró mártires el 24 de abril de 2021.
Con la celebración, los redentoristas queremos dar gracias a Dios por nuestro carisma y vocación y por estos 12 religiosos misioneros -sacerdotes y laicos- que, además de predicar el Evangelio y anunciar a Cristo Salvador, vivieron su voto de perseverancia (4º de los redentoristas) siendo fieles a su fe y vocación y anunciando la salvación y misericordia de Dios en medio de la persecución y derramando su sangre como expresión de entrega generosa, amor a Dios y perdón y reconciliación para todos.
P. Antonio Quesada, CSsR.