LAS TRAGEDIAS SE SUCEDEN EN LA ISLA
A penas inicia la temporada de los huracanes, y gran parte de Haití está ya bajo fuertes lluvias. Esto trae consecuencias nefastas para una población que ya está azotada por la pobreza, la inseguridad, la inestabilidad política crónica, el desempleo, la epidemia del cólera, las catástrofes naturales, etc. Esta sucesión de tragedias que afectan la Isla en repetidas ocasiones hacen que muchos se pregunten como el salmista, ¿hasta cuándo Señor? (Salmo 13,2).
El dolor y el sufrimiento se ha vuelto parte del cotidiano del haitiano, no se logra salir de una situación dolorosa sin la llegada de otra. Así pues, desde finales del mes de abril, el país conoce un derramamiento de sangre sin precedentes donde la población busca hacerse justicia por su propia cuenta con respecto a los integrantes de los grupos al margen de la ley. Se nota que la gente está harta de la situación socio-política del país. Lo que es muy llamativo es la indiferencia de la comunidad internacional que a pesar de la multiplicación de los encuentros, no logra presentar algo concreto para sacar al país de este caos. Es en medio de estas incertidumbres que el país vive en estos días fuertes inundaciones que han causado ya la muerte de 42 personas, 11 desaparecidas, 85 heridos, sin contar el fallecimiento de otras 4 personas debido a un terremoto de 5.7 de la escala de Richter que golpeó a la ciudad de Jérémie al Suroeste de la Isla este 6 de junio.
Afortunadamente, las estructuras físicas de los redentoristas en estas zonas no han sido afectadas, pero mucha gente con muchas necesidades acuden a nuestras comunidades para solicitar ayuda económica y espiritual. Así pues, con lo poco que tienen, los cohermanos tratan de mantener una presencia eficiente en medio de esta realidad de desesperanza. Más que nunca, Haití necesita de sus hijos y del apoyo de los demás pueblos para sacarla del abismo donde la maldad y el egoísmo del ser humano lo ha puesto.
P. Renold ANTOINE, C.Ss.R.
Haití un país en grave crisis
El 26 de abril el secretario general de la ONU, António Guterres, hizo un llamado a la acción internacional para detener la escalada de violencia en el país más pobre del hemisferio occidental, un Estado en emergencia.
Esto se refleja en sucesos como el del lunes 24 de abril 2023, cuando más de una docena de presuntos pandilleros fueron linchados en la calle y a plena luz del día. Se trata de una espiral de violencia, por la que António Guterres pidió el despliegue de una fuerza de intervención internacional, porque la situación “ha alcanzado un nivel comparable al de países en conflicto armado”.
La mayoría de los 11,5 millones de haitianos dependen de la ayuda internacional. Según el Banco Mundial, casi el 90 por ciento de los haitianos vive por debajo del umbral de la pobreza, y uno de cada tres vive incluso en la pobreza extrema.
El cólera ha vuelto a expandirse, con un saldo de cerca de 670 muertos, y 35.000 casos de posibles contagios, y solo uno de cada dos hogares tiene acceso a un suministro básico de agua potable e instalaciones sanitarias.
La enviada especial de la ONU para Haití, María Isabel Salvador, ha presentado la situación actual del país: “El número de homicidios denunciados aumentó en 21 por ciento entre el 1 de enero y el 31 de marzo”. Además se registró “el aumento de secuestros en un 63 por ciento en el primer trimestre de 2023 en comparación con los últimos tres meses de 2022”.
En medio de esta crisis de seguridad, se vive una crisis sanitaria donde incluso clínicas como el Hospital Albert Schweitzer, que atendía a unas 700.000 personas, ha tenido que suspender sus servicios hace dos meses por la gran inseguridad. Hay alrededor de 130.000 desplazados internos, dispersos por Puerto Príncipe, y cientos de mujeres embarazadas y lactantes que, después de huir a República Dominicana, fueron deportadas a Haití.
La tragedia en la tragedia ha llegado en esta última semana: Al menos 42 personas han muerto y otras once permanecen en calidad de desaparecidas luego de las inundaciones de este fin de semana en Haití. Alrededor de 85 personas resultaron heridas y más de 13.600 casas sufrieron daños, obligando a los pobladores a ser evacuados.
Agencias/Scala News