Cuando en 1776 los Redentoristas llegaron a la ciudad de Frosinone e, instalándose en el santuario de la Madonna delle Grazie, abrieron allí una comunidad, todos llevaban en el corazón el nombre de su hermano, fallecido con tan sólo 29 años, dos décadas antes. Era Gerardo Maiella. Todos los padres lo habían conocido y, lo consideraban santo, inmediatamente se esforzaron en dar a conocer su figura a la gente de Frosinone.
Incluso el joven estudiante Clemente Hofbauer, que terminó sus estudios de preparación al sacerdocio en Frosinone y celebró su primera Santa Misa en nuestra iglesia, se apasionaba por la figura del entonces siervo de Dios Gerardo Maiella. Antes de partir para expander la Congregación más allá de los Alpes, quiso transcribir la vida de San Gerardo escrita por el P. Giuseppe Landi, atribuible al p. Gaspare Caione y llevada con él a Varsovia.
Con el tiempo, la devoción del pueblo de Frosinone a San Gerardo fue creciendo cada vez más, gracias a que con el paso de los años se han multiplicado los milagros y gracias obtenidas por intercesión del santo hermano redentorista.
Y así Frosinone se convirtió en la “segunda ciudad más gerardiana de Italia”, precedida sólo por Materdomini.
En 1905, el Rector Mayor de la Congregación, P. Mattia Raus, regaló a la comunidad una ilustre reliquia y una preciosa estatua de yeso del Santo, que se lleva en procesión cada año. Además, en 1911 los Padres fundaron la Asociación de las Gerardinas, una cofradía femenina en honor a San Gerardo.
En Frosinone, San Gerardo se celebra tradicionalmente el último domingo de septiembre porque en octubre mucha gente va en peregrinación a su tumba en Materdomini.
Este año las celebraciones Gerardianas, organizadas por el párroco P. Luis Pérez y el superior P. Sergio Santi, se abrió con la novena predicada por algunos sacerdotes de la diócesis, mientras que los tres últimos días estuvieron confiados a la reflexión del padre redentorista Filippo Strippoli.
El P. Filippo habló a todos sobre algunos aspectos de la vida y de la espiritualidad de San Gerardo: su respuesta a su vocación, su obediencia a la voluntad de Dios, su cercanía y su apertura a todos, incluidas las mujeres (una actitud muy moderna para aquella época). .
El sábado 23 de septiembre, víspera de la fiesta, se celebró una misa. Misa con unción de los enfermos y por la tarde encuentro con los niños y la tradicional bendición de los bocadillos. Siguió la Misa a la que asistieron los portadores de la estatua. El coro polifónico de la ciudad interpretó las solemnes Vísperas en honor a San Gerardo, compuestas por nuestro difunto hermano y músico P. Giacomo Cirelli.
El domingo muchos participaron en las misas y se confesaron. Por la tarde tuvo lugar la solemne celebración eucarística presidida por Mons. Nino Di Stefano, Vicario general de la diócesis de Frosinone-Veroli-Ferentino, con la participación de los cohermanos y sacerdotes diocesanos.
Después de la misa tuvo lugar la solemne procesión con la estatua del santo, llevada a hombros por los hombres de la Cofradía, que recorrió las principales calles del centro histórico. La procesión estuvo encabezada por el P. Antonio Cirulli. Superior Provincial, que llevaba la reliquia del Santo, y el predicador P. Filippo Strippoli.
En la avenida panorámica y la plaza principal luego p. Filippo compartió una breve reflexión e impartió una bendición a los enfermos y a la ciudad con la sagrada reliquia. En la procesión participaron también el alcalde de Frosinone y las autoridades civiles.
Mucha gente participó y, al pasar la procesión, unieron sus voces a las de los costaleros que gritaban “¡Viva San Gerardo!”.
Gianluigi M. Colucci CSsR
