Las “dos jornadas” de formación y actualización (6-7 de septiembre de 2024) en la Academia Alfonsiana dedicadas a “el potencial educativo de la IA” (o potencial de enseñanza) concluyeron en la tarde del sábado 7 de septiembre. La iniciativa, densa y rica en contenidos, con la que el Pontificio Instituto Superior de Teología Moral inició un nuevo proyecto formativo en línea con los cursos del Segundo y Tercer Ciclo, contó con la participación de 56 “estudiantes”: 25 presenciales, 8 en modalidad mixta y 23 online.
Gracias especialmente a los ponentes que animaron las distintas sesiones de este primer módulo didáctico: el prof. Stefano Pasta, miembro del equipo de Cremit – Centro de Investigación sobre Educación en Medios, Innovación y Tecnología – prof. Andrea Pizzichini, profesor de la Academia Alfonsiana, y el prof. Angelo Bertolone quien también colabora con Cremit.
Con esta primera actividad formativa y con las reuniones posteriores de los días 28 de febrero y 30, 31 de mayo próximos, la Academia da cuerpo y concreción a uno de los objetivos a corto plazo del Plan de mejora de la calidad 2023-2028, a saber, la necesidad de «planificar cursos internos de mejora para profesores y otros posibles usuarios». En esta línea entendemos el objetivo, inscrito en el camino, de ofrecer a los numerosos estudiantes que han pasado por nuestras aulas de licenciatura, doctorado, postdoctorado, nuevos espacios de formación y actualización en temas teológico-morales emergentes y, en perspectiva, darles mayor coherencia a la asociación Alumni Academiae Alfonsianae. Evidentemente, la propuesta y participación en estas actividades formativas, que esperamos se enriquezcan cada vez más con la aportación de los mismos usuarios, están siempre abiertas, según el espíritu de la Alfonsiana, a aquellos que, aunque no sean “ya estudiantes”, deseamos profundizar en el conocimiento moral en sus múltiples aspectos interdisciplinarios.
El grupo de trabajo (Coordinación) llamado a estructurar el camino se dejó provocar por la realidad. Tomamos prestadas algunas palabras del Santo Padre para presentar y motivar el tema elegido para este primer año de formación. En un breve pasaje de su reciente discurso ante el G7, el Papa Francisco afirmó: «muchos de nosotros nos hemos sorprendido por las aplicaciones fácilmente disponibles en línea para componer un texto o producir una imagen sobre cualquier tema o asunto. Particularmente atraídos por esta perspectiva son los estudiantes que, cuando tienen que preparar trabajos, los utilizan de manera desproporcionada.” Mucho más “preparados y acostumbrados al uso de la inteligencia artificial que sus profesores”, sin embargo, a menudo olvidan “que la llamada inteligencia artificial generativa, en sentido estricto, no es propiamente “generativa”, sino que es “reforzante”, en el sentido de que reordena los contenidos existentes, ayudando a consolidarlos, muchas veces sin comprobar si contienen errores o preconceptos”. De esta manera – continúa el Pontífice – corremos, entre otras cosas, el riesgo de «socavar el proceso educativo en su totalidad. La educación que debe ofrecer a los estudiantes la posibilidad de una reflexión auténtica corre el riesgo de reducirse a una repetición de nociones, que serán cada vez más evaluadas como incontrovertibles, simplemente por su continua reproposición”.
Los jóvenes, pero no sólo ellos, subraya el Pontífice en el citado Mensaje para la Jornada Mundial de la Paz, «crecen en ambientes culturales impregnados de tecnología y esto no puede dejar de poner en tela de juicio los métodos de enseñanza y de formación. La educación en el uso de formas de inteligencia artificial debería apuntar sobre todo a promover el pensamiento crítico”. Desarrollar «la capacidad de discernir en el uso de los datos y contenidos recogidos en la web o producidos por sistemas de inteligencia artificial». Y por su parte, «las escuelas, universidades y sociedades científicas están llamadas a ayudar a estudiantes y profesionales a hacer suyos los aspectos sociales y éticos del desarrollo y uso de la tecnología».
Éstas, por tanto, son las motivaciones, los posibles temas, las provocaciones y los desafíos que guiaron a la Coordinación al pensar y proponer el curso de formación anual; La intención que guió los trabajos preparatorios y que guiará ahora los pasos para proponer los contenidos no fue ni será la de querer o tener que dar, especialmente en los primeros encuentros, respuestas definitivas sobre un tema tan amplio. Tampoco ha sido ni será el de querer o tener que ofrecer soluciones absolutas y contundentes. Más bien era y será la “necesidad compartida” de poder plantear la pregunta sobre el tema de la inteligencia artificial, con el objetivo de dar vida a “formas de diálogo verdaderamente inclusivas” – como siempre subraya el Papa – capaces “de discernir con sabiduría cómo poner la inteligencia artificial y las tecnologías digitales al servicio de la familia humana”.
La esperanza, compartida también durante el primer módulo didáctico, es que esta pequeña semilla pueda, con la ayuda de todos, echar raíces y proliferar.
Antonio Donato, C.Ss.R.
Preside de la Academia Alfonsiana
(el texto original completo en italiano con las notas se puede leer en la edición italiana de Scala News)