Perú: historia de la devoción de la Virgen del Perpetuo Socorro en Piura(1/3)

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Publicamos en 3 momentos, un artículo del Licenciado Gonzalo Jesús García Ruiz, laico redentorista, Docente de Historia, egresado de la Universidad de Piura y miembro de la Hermandad de la Virgen del Perpetuo Socorro de Piura.

Hablar de la devoción a la Virgen del Perpetuo Socorro es hablar de la fe de un pueblo que acude a la mirada acogedora y llena de amor de una Madre que nos ofrece a su único Hijo para el perdón de nuestros pecados.

La Historia de un cuadro de la Virgen, robado por un mercader en Creta, que llegó a Roma y tras muchos prodigios y signos es expuesto para la veneración de los muchos devotos que iban en busca del Perpetuo Socorro de María. La Virgen del Perpetuo Socorro es un icono (cuadro) pintado al temple sobre una tabla. Mide 53,4 cm de altura por 41,8 de anchura. Respecto a la fecha de composición del icono, lo más probable sería situarlo a mediados del siglo XV. Nos
guiamos por los datos que ofrece la famosa Tabla.

La devoción en la ciudad de Piura comienza en los primeros años del siglo XX. Era 1907, cuando tres valerosos sacerdotes, Misioneros Redentoristas Franceses llegaron por estas calurosas tierras: P. Alfonso Baumer, (quien sería el primer superior de la comunidad de Piura), el joven P. León Dellétre, alma de la fundación por su espíritu de lucha hasta lo imposible, y el P. Armando Buonodiere, gran predicador. Venían con un gran sueño: Dar a conocer el mensaje de la Abundante Redención en Cristo.

Una devoción que inicia en el Puerto

Al principio, la fundación redentorista en esta parte del país se veía muy difícil, los sacerdotes fundadores no tenían el lugar donde establecerse como comunidad y estaban dispersos en la región, ya sea como capellán de algún hospital (como fue el caso del Padre Baumer) o como colaborador en alguna parroquia.

El Superior Viceprovincial, envió un comunicado anunciando que iría a Piura, pues había recibido de sus cohermanos mayores una orden de que desistieran de la Fundación y se retiraran. Padre León Dellétre, que estaba como Vicario Cooperador de Paita fue quien Recibió la noticia, él venía realizando su labor misionera en la capilla de las Mercedes, predicando, confesando, atendiendo a los enfermos que solicitaban su presencia.

La peste bubónica hacía estragos en la población del puerto y este misionero estaba dispuesto a atender las 24 horas para auxiliar a los moribundos. En esta labor fue donde encontró un cuadro de la Virgen del Perpetuo Socorro que tenía un buen número de devotos. Padre León se vió en la obligación de reunir a sus cohermanos para darles la triste noticia, la partida era inminente.

Como despedida a la ”efímera” misión, los Redentoristas fundadores organizaron un triduo en honor a la Madre. En la Misa de Despedida, fue tanta la concurrencia de los fieles entregados al amor de la Madre del Perpetuo Socorro, que hicieron retroceder a los misioneros en su decisión de marcharse del puerto. Este, quizá fue el impulso, el punto de partida de este gran camino que tiene la congregación la ciudad de Piura.

En los meses que permanecieron los Redentoristas en Paita, se fundó la Archicofradía de Nuestra Señora del Perpetuo Socorro y San Alfonso, como adivinando que la Virgen se quería quedar en estas tierras.

La archicofradía construyó un altar en la iglesia San Francisco de Paita el cual era presidido por la Virgen del Perpetuo Socorro en el centro, encima del Sagrario, a su derecha San Alfonso María de Ligorio y a su izquierda San Gerardo Mayela. Hasta hoy existe dicho altar. Allí nació la devoción a la Virgen en estas tierras.

Lic. Gonzalo Jesús García Ruiz,
Docente de Historia, egresado de la Universidad de Piura