Los Misioneros de la Misericordia “regresan” a Roma

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Un grupo de misioneros redentoristas en el III Encuentro Mundial de los Misioneros de la Misericordia, celebrado en Roma del 23 al 25 de abril de 2022.

Este último fin de semana de marzo 2025 se celebra en Roma el Jubileo de los Misioneros de la Misericordia.
Laureano Del Otero Sevillano CSSR, uno de los misioneros redentoristas de la misericordia, nos escribe:
“Regresamos a Roma, y aunque el Papa está recuperándose, no faltará la alegría de saber que hemos sido convocados por él. De nuevo, habrá encuentros formativos para profundizar en la importancia del respeto a la persona que pide perdón, en la belleza de la misericordia divina, en la alegría que supone ser enviado por una Iglesia que no se cansa de promover el perdón y la conversión como caminos de salvación. Así brota la esperanza que este Jubileo nos desafía a encontrar, compartir y aguardar.” Y luego continúa:

Pedir perdón sigue siendo difícil. En consecuencia, confesarse también tiene sus dificultades. Aunque todos sabemos que la misericordia de Dios es grande y maternal, acercarse al Sacramento de la Reconciliación Penitencial sigue siendo el más difícil de los encuentros con la gracia del Señor Jesús.

¿Cómo se podría mejorar la celebración del perdón? ¿Cómo podría crecer en nosotros la confianza en que siempre seremos perdonados?

Estas preguntas tuvieron una respuesta eclesial concreta hace 10 años. En el año 2015, con motivo del Jubileo Extraordinario de la Misericordia, Francisco decidió investir a sacerdotes de todas las partes del mundo con una misión especial: anunciar la buena noticia del amor de Dios, especialmente como instrumentos de reconciliación y signos del perdón infinito del Padre: los Misioneros de la Misericordia.

Muchos Redentoristas de los cuatro puntos cardinales fueron llamados a formar parte de este cuerpo misionero. Ciertamente, el carisma Redentorista entronca totalmente con este servicio. La benignidad pastoral de San Alfonso y la indiscutible fama de “confesores” de tantos redentoristas en todo el mundo avalan el acierto de esta llamada.

Mi experiencia personal se ha desarrollado sobre todo en Albania, en la Misión Redentorista. Lo más importante es el día a día, la disponibilidad para la escucha y la compasión en el momento de celebrar el sacramento. En algunas ocasiones, los párrocos enviaban personas para confesarse a causa de una situación especial, pero este servicio lo he vivido sobre todo en la sencillez de las celebraciones en la misión o en el encuentro con otros misioneros. ¡Siempre hay alegría cuando uno se reencuentra con la mirada trasparente de Dios Padre!

Los Misioneros de la Misericordia fueron convocados por primera vez en Roma, después de abrir la Puerta Santa, “para recibir el mandato de ser signos e instrumentos del perdón de Dios” (Francisco, Miércoles de ceniza del año 2016). Este mandato y esta misión incluyen la capacidad de perdonar algunos pecados hasta entonces reservados a la Santa Sede, pero su acción es la celebración, los retiros y conferencias, los encuentros y los diálogos personales. Al terminar aquel Jubileo, el Papa decidió prolongar este ministerio, convocando en otras dos ocasiones (2018 y 2022) a estos misioneros que son cerca de 1000 en todo el mundo. La idea es que cada dos años reciban formación y se encuentren con el Santo Padre, para compartir sus experiencias y avanzar en un servicio misionero más eficaz en las distintas Iglesias particulares.

Aunque aún no es muy conocida su misión, los Misioneros de la Misericordia forman ya parte de la estructura de la Iglesia, y han sido incluidos en la constitución apostólica “Predicate evangelio” como parte del dicasterio para la promoción de la Nueva Evangelización.

El último fin de semana de marzo se celebra en Roma el Jubileo de estos Misioneros de la Misericordia. Regresamos a Roma, y aunque el Papa está recuperándose, no faltará la alegría de saber que hemos sido convocados por él. De nuevo, habrá encuentros formativos para profundizar en la importancia del respeto a la persona que pide perdón, en la belleza de la misericordia divina, en la alegría que supone ser enviado por una Iglesia que no se cansa de promover el perdón y la conversión como caminos de salvación. Así brota la esperanza que este Jubileo nos desafía a encontrar, compartir y aguardar.

Laureano Del Otero Sevillano CSSR