Camino a la santidad, dos nuevos Venerables redentoristas

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El 5 de mayo de 2020, el Papa Francisco autorizó a la Congregación para las Causas de los Santos a promulgar los Decretos sobre:

– las virtudes heroicas del Siervo de Dios Francesco Barrecheguren Montagut, profeso sacerdote de la Congregación del Santísimo Redentor; nació en Lérida (España) el 21 de agosto de 1881 y murió en Granada (España) el 7 de octubre de 1957;

– las virtudes heroicas de la Sierva de Dios María de la Concepción Barrecheguren y García, Laica; Nació en Granada (España) el 27 de noviembre de 1905 y murió allí el 13 de mayo de 1927.

VENERABLE P. FRANCISCO BARRECHEGUREN, CSsR

El P. Francisco Barrecheguren, nació el 21 de agosto de 1881 en Lérida. Cuando tiene solo 11 meses muere su padre y poco después sus dos hermanas y su madre. Queda con cinco años, huérfano y sin familia en Cataluña. Sus tíos le llevan a Granada y en ella vivirá casi toda su vida. En su Curriculum vitae hace esta reflexión: No puedo decir, pues, el sabor que tienen los besos de la madre ni las caricias de un padre.

Estudia Bachillerato en el colegio de los Jesuitas de El Palo en Málaga y comienza los estudios universitarios de Ciencias, que deja para ocuparse en los negocios familiares en una fábrica de tejidos. Eso le permitirá tener una posición económica desahogada. En 1904 contrae matrimonio y un año después nace su única hija, María Concepción, que será popularmente conocida como Conchita. Forma una familia cristiana, cuyo centro es la celebración diaria de la Eucaristía y la visita, también diaria, al Santísimo Sacramento. Esa devoción eucarística le hace incorporarse a la Adoración Nocturna de Granada. Y su devoción por la Virgen le lleva a profesar como Terciario de la Orden del Carmen, donde fue Maestro de Novicios. Su hija muere con 21 años y pronto se extiende su fama de santidad. En Diciembre de 1937, fallece su esposa  después de una dolorosa enfermedad mental.

Con 65 años, viudo y sin otras responsabilidades familiares, en Junio de 1945, constituye con sus recursos el Patronato “Conchita Barrecheguren”, para la educación de niñas pobres, y se decide a ingresar en la Congregación del Santísimo Redentor. Emite los votos religiosos en Nava del Rey (Valladolid), el 24 de Agosto de 1947 y va a estudiar teología en Astorga. Recibe la Ordenación Sacerdotal en Madrid el 25 de Julio de 1949.

Los superiores de destinan a su ciudad de Granada, donde ejerce el ministerio sacerdotal en el Santuario de Nuestra Señora del Perpetuo Socorro y en el Carmen de Conchita. Principalmente se ocupa en llevar la Comunión a los enfermos, dirigir la oración del Rosario con el pueblo y atender la correspondencia del Proceso de Canonización de su hija.

Falleció 7 de octubre de 1957. Probablemente, la muerte le sobrevino al levantarse al toque de la campana a las 6 de la mañana. Fue una muerte, silenciosa y discreta, en coherencia con su modo de vivir, que culminaba un valioso, plural y modélico proceso de vida. Su cadáver, encontrado todavía caliente, tenía entre sus manos las cuentas del Rosario.

VENERABLE MARIA CONCEPCIÓN BARRECHEGUREN

María de la Concepción (Conchita) Barrecheguren nació en Granada el 27 de Noviembre de 1905, fue hija única del Venerable P. Francisco Barrecheguren. Recibió el Bautismo el 8 de Diciembre de 1905 con el nombre de María de la Concepción del Perpetuo Socorro.

Desde su Primera Comunión vive a impulsos de Eucaristía y escribe así: Mi amor, será un Dios crucificado. Mis armas, la oración. Mi fortaleza, la Eucaristía. Mi recreo, Jesús Niño. Mi divisa, la confianza en Dios y el desprecio de mí misma. Mi refugio, los brazos de la Virgen. Mis deseos, aspirar a amar cada vez más a Jesús”.

Durante su juventud se incorpora a la Archicofradía de Ntra. Sra. del Perpetuo Socorro, a la Adoración Nocturna, a las Hijas de María, a los Jueves Eucarísticos y a la Asociación Eucarística de las Marías de los Sagrarios.

Conchita viaja, escribe, compone poesías y toca el piano con perfección. También se ocupa en enseñar catecismo, trabajar en el taller de “Santa Rita” para confeccionar ropa para los pobres, visitar los Sagrarios de parroquias necesitadas y preparar ornamentos para ellas.

Su vida está marcada por la enfermedad: una precoz, con diecinueve meses, y que indica una existencia que, según los médicos, “no tendrá un día bueno”. Con doce años, aparecen de nuevo trastornos y se le prescribe una dura dieta, que tomará durante toda su vida.

La fragilidad de su salud le lleva a descubrir que, como tiene la edad en que Dios concede las vocaciones, la suya consiste precisamente en estar enferma.

Fue muy devota de Santa Teresita y peregrinó a Lisieux. Al regreso, trae una leve ronquera, que anuncia la tuberculosis. Es la misma enfermedad que vivió Santa Teresita. Conchita reconocerá que en Lisieux se ofreció al Señor y que le había tomado la palabra.

La tuberculosis era entonces una enfermedad poco conocida y prácticamente terminal. Su vida fue breve, apenas veintiún años, pero hizo de su vida cotidiana una historia extraordinaria de amor a Dios.

Murió el 13 de Mayo de 1927 y fue sepultada discretamente en el cementerio de Granada. Actualmente sus reliquias y las de su padre se encuentran en el Santuario de Ntra. Sra. del Perpetuo Socorro de Granada.

(Francisco Tejerizo Linares, CSsR)