San Clemente María Hofbauer, Redentorista, gran predicador, colaborador fundamental para la expansión de la Congregación en el mundo.
1 – Clemente fue el noveno de doce hermanos
San Clemente Hofbauer nació como Johannes (John) Hofbauer el 26 de diciembre de 1751 en Tasswitz, Moravia, República Checa. Era el noveno hijo de Paul Hofbauer y Maria Steer, que tuvo doce hijos. Su padre murió cuando ella tenía solo 6 años. Entonces su madre, señalando un crucifijo, le dijo: “De ahora en adelante, él es tu padre. Ten cuidado de no angustiarlo por el pecado. El pequeño Clemente tomó esas palabras en su corazón.
2 – Trabajó como panadero en su juventud.
Clemente se convirtió en el patrón de los panaderos porque trabajó en esta profesión cuando era adolescente. Como era pobre, no pudo hacer sus estudios eclesiásticos. Trabajó en una famosa panadería de Viena. Entonces, un día conoció a dos mujeres, que se ofrecieron a pagar sus estudios.
3 – El rosario fue su devoción favorita
Cuando era niño, le encantaba rezar el rosario con su familia y los llamaba para rezar. Fue un ferviente devoto de la Virgen. Se hizo conocido como el “sacerdote que bendijo los rosarios”. Llamó al rosario su “biblioteca”, diciendo que a través de esa devoción obtuvo todo lo que le pidió a Dios. En un monasterio, recibió el nombre de Clemente María, siguiendo su devoción a la Madre de Jesús.
4 – Solía tocar la puerta del tabernáculo
Clemente indica claramente lo que el buen Redentorista debe traer con él: confianza inquebrantable en Dios y celo misionero. Una imagen lo resume bien: el toque del Tabernáculo. Este gesto marcó la amistad que el santo tenía con Jesús, y fue su forma de decir que estaba allí, que lo amaba y lo deseaba ardientemente. Ha derribado las barreras de cualquier espiritualidad basada en el miedo o la esclavitud.
5 – Fue considerado un “león en el púlpito” y un “cordero en el confesionario”.
Clemente siempre ha cuidado mucho el bienestar espiritual de todos los que frecuentaban su capilla. En el altar, reveló toda su devoción como hombre de fe. Él habló de lo que la gente necesitaba escuchar, predicando para que la gente pudiera reconocer sus pecados, experimentar la bondad de Dios y vivir de acuerdo con la voluntad divina. Pero si era un león en el púlpito, era un cordero en el confesionario. Solía escuchar los pecados de los penitentes, decirles palabras de aliento, pedirle perdón a Dios y enviarlos a seguir a Jesucristo en sus vidas.
6 – Creó la “Misión Perpetua”, una misión realizada todos los días del año
La iglesia de San Benno en Varsovia, Polonia, se convirtió en el sitio de una misión en curso y una impresionante actividad apostólica de San Clemente y su amigo, el padre Thaddeus Hubl, pronto hubo ocho misioneros. La iglesia tenía un intenso programa de predicación, educación, confesiones y devociones todos los días. Esto atrajo a multitudes, que apenas cabían en la pequeña iglesia. San Clemente también fundó un orfanato para niños y una escuela. La actividad comenzó en 1787 y continuó hasta 1808 cuando Napoleón Bonaparte cerró la iglesia y dispersó a la comunidad.
7 – Fue arrestado y expulsado de la ciudad donde trabajaba.
Los Redentoristas fueron expulsados de Varsovia en Polonia en un momento de restricción religiosa, que se extendió en el período posterior a la Revolución Francesa y con la expansión dirigida por Napoleón Bonaparte. San Clemente y todos los Redentoristas tuvieron que exiliarse en 1808. La iglesia de San Benno se cerró y los cuarenta Redentoristas que vivieron allí fueron encarcelados durante un mes, luego se les ordenó volver cada uno a su país.
8 – Trabajó como capellán en el hospital cuando Napoleón atacó Viena
En septiembre de 1808, después de ser exiliado de Polonia, Clemente llegó a Viena, Austria. En 1809, las tropas de Napoleón atacaron la ciudad y Clemente trabajó como capellán del hospital, cuidando a los muchos soldados heridos. El arzobispo, al ver su celo, le pidió que cuidara una pequeña iglesia italiana en la ciudad de Viena. Permaneció allí durante cuatro años hasta que fue nombrado capellán de las monjas ursulinas en julio de 1813.
9 – A menudo se le llama el “segundo fundador” de los Redentoristas
San Clemente contribuyó a la expansión de la Congregación Redentorista. Durante su vida, intentó instalar nuevas comunidades en la Congregación, pero no lo logró. Él y su compañero, el padre Thaddeus Hubl, sufrieron mucho las guerras y la masonería influyó en la política en Varsovia y luego en Viena, donde Clemente vivió durante los últimos 12 años. En Viena, buscaba permiso para fundar la comunidad redentorista. El documento de aprobación se emitió solo el día de su muerte, el 15 de marzo de 1820. Por lo tanto, la expansión de la Congregación en todo el mundo tuvo lugar desde la provincia austríaca.
10 – Recibió el título de Patrón de Viena
En Viena, como ya se mencionó, después de servir para soldados heridos por la guerra de Napoleón, Clemente trabajó en una parroquia italiana y luego fue capellán de las monjas ursulinas. Allí, en Viena, inicialmente fue desterrado de la predicación y amenazado con la expulsión. Sin embargo, no lo detuvo en el ministerio sacerdotal. En esos años atrajo la atención de muchos intelectuales y estudiantes, así como de personas y artistas ricos. El papa Pío VII se enteró de su celo apostólico y emitió un decreto para fundar la primera comunidad redentorista en Austria. Esto sucedió en la víspera de su muerte. San Clemente murió con el sueño hecho realidad.
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