San Clemente, una experiencia actual de santidad

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Foto de grupo de los participantes a los Retiros interprovinciales 2020 de Napoles y Roma

Una de las víctimas más ilustres del Covid-19 fue sin duda San Clemente María Hofbauer: todo estaba listo en Viena para la celebración de los doscientos años desde su muerte, cuando los gobiernos europeos impusieron el encierro, cancelando así también un evento tan importante para el Mundo redentorista.

Este gran santo, que en vida tuvo que afrontar tantas pruebas y adversidades, también en esta circunstancia corrió el riesgo de ser desechado e incluso ignorado.

Los retiros que los Redentoristas celebran anualmente en Italia ya tenían un tema obligado en San Clemente y en la actualidad de su mensaje, mucho antes de que se extendiera la pandemia. Con más razón este tema ha resultado urgente y actual, precisamente a la luz de las incertidumbres y los temores que vive nuestra época.

Unos cuarenta cohermanos de las Provincias de Nápoles y Roma se reunieron del lunes 7 de septiembre al jueves 10, al pie del Vesubio, en la casa redentorista de Colle Sant’Alfonso, para reflexionar sobre la aventura histórica, humana y espiritual de quien es considerado el segundo fundador de los Redentoristas, y en todo caso el propagador del carisma alfonsiano más allá de los Alpes. El P. Adam Owczarski, Decano del Instituto Histórico Redentorista, ayudó con las meditaciones matutinas para diseñar el camino existencial de San Clemente, mientras que el Postulador General P. Antonio Marrazzo en las reuniones de la tarde ayudó a captar las “lecciones” del Santo para nuestro tiempo. Y la convivencia de los datos históricos con los teológicos y espirituales fue ciertamente fructífera.

En una época decididamente más difícil que la nuestra, por motivos políticos y bélicos, san Clemente -que había asimilado íntimamente el espíritu del Fundador y el carisma de la Congregación- tuvo que reinventar una nueva forma de ser redentorista, que siempre proyecta su ser apóstol a partir de las urgencias que encuentró, y no desde la teoría.

Además, nuestro Santo no tuvo un carácter fácil: claro, él fue el primero que lo supo, pero supo también poner el ardor de su temperamento al servicio de la misión, y con la ayuda de la gracia divina trató siempre de salvaguardar el primado de la caridad y dimensión comunitaria del carisma mismo. Y luego, junto a los primeros “héroes de las virtudes” redentoristas (es decir, San Alfonso, San Gerardo y el Beato Sarnelli), compuso con ellos un cuadro original y extraordinariamente actual para nuestro hoy, donde la creatividad, El celo y el dinamismo misionero, la fortaleza y la capacidad de aceptar y procesar las derrotas ocupan un lugar decisivo. Y nuestras Constituciones, con su lenguaje y sus referentes, confirman esta imagen y la hacen aún más clara y provocativa.

Al final de los retiros, la Provincia de Nápoles tuvo su Asamblea, que también contó con la presencia del Superior General P. Michael Brehl y el coordinador de CRE Johannes Römelt. En el centro de la atención estuvo la revisión del Plan Pastoral y el proceso de Reconfiguración: también en este caso, el buen San Clemente había preparado el terreno, con su ejemplo de “colaborador, socio y ministro de Jesucristo en la gran obra de la Redención” ( Const. 2)

P. Serafino Fiore CSsR