Empatía en la escuela de Santa Edith Stein

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(del Blog de la Academia Alfonsiana)

La santa carmelita alemana de origen judío, Edith Stein, sor Teresa Benedicta de la Cruz, filósofa, mística, mártir y copatrona de Europa, murió el 9 de agosto de 1942 en el campo de concentración de Auschwitz a la edad de 51 años. Su contribución es notable en la comprensión filosófica, psicológica y espiritual de la empatía. Por lo tanto, dedicaremos nuestras próximas dos reflexiones a investigar cómo su visión empática puede iluminar nuestro juicio moral a nivel relacional y espiritual.

La empatía como fenómeno de la experiencia de los demás
El término “empatía” se creó en 1872 a partir de la palabra alemana Einfühlung que significa “sentir dentro de uno mismo”. Bajo la dirección de Edmund Husserl, Edith Stein, en su tesis doctoral titulada El problema de la empatía (1915) [i], exploró este tema desde la perspectiva de “la fenomenología de la percepción” [ii]. Según Stein, la relevancia de este enfoque radica en la posibilidad de “penetrar en su esencia” [iii] los fenómenos de la realidad, a partir de su percepción (sensorial e intelectual), y por tanto de su manifestación a la conciencia humana [iv]. En otras palabras, “se trata de comprender y conocer la realidad que nos rodea en todos sus “fenómenos”” [v].

A la luz de sus estudios, Stein define la empatía como “aquellos actos interiores fundamentales que permiten a una persona percibir la experiencia del otro” [vi]. O nuevamente, es la “capacidad de experimentar lo que el otro está experimentando” [vii]. Desde un punto de vista fenomenológico, la empatía permite pues penetrar, describir, comprender lo que sucede en uno mismo frente a la experiencia de otra persona [viii], en relación con las motivaciones, sentimientos y valores del otro [ix].

Para entender mejor la empatía a nivel fenomenológico, Stein establece la diferencia entre “el acto empático” y “el acto cognitivo de juzgar” en referencia a una experiencia vivida por el otro:

A diferencia del juicio que tiene como objetivo comprender los argumentos, ideas y conceptos mentales del otro, la empatía indica un acto dirigido a la percepción subjetiva del otro, a la experiencia interior del otro y, por tanto, también a su propia personalidad. […] A nivel fenomenológico, empatizar es penetrar en el mundo que la persona se representa a sí misma como tal. […] Entonces, para acceder a esto no solo es posible con el juicio, sino que también necesitamos de la empatía [x].

En resumen, para Stein, el acto empático se refiere a la percepción subjetiva e interior que experimenta una persona frente a la experiencia del otro. Sin embargo, enfatiza que, en términos fenomenológicos, esta experiencia de la persona siempre permanece indirecta y no original en referencia a la experiencia original del otro. Por tanto, el conocimiento del otro sólo es posible de forma no original a través de la empatía [xi]. Esto implica que no debe haber confusión entre el observador de la experiencia del otro (sujeto de empatía) y la persona observada que está experimentando esa misma experiencia (objeto de empatía) [xii].

Esta visión steiniana de la empatía, en referencia a la experiencia de los demás, puede iluminar nuestros juicios morales y ayudarnos a crecer en nuestras relaciones interpersonales. En el sentido de que nos permite poder percibir, sentir y comprender de manera más objetiva la experiencia vivencial (sufrida, serena o gozosa) de nuestros hermanos y hermanas, teniendo en cuenta sus motivaciones, sentimientos y valores. Sin embargo, esto nos invita a adoptar un cierto desapego para no confundirnos con la experiencia del otro. Ya que este último nunca es nuestro.

Mario Boies, C.Ss.R.


[i]    E. Stein, «Il problema dell’empatia», in E. Costantini – P. Valori et al. (ed.), Il problema dell’empatia: Edith Stein. Introduzione e note a cura di Elio Costantini. Presentazione di Paolo Valori, Studium Edizioni, Roma 1985; E. Stein, Le problème de l’empathie, Éditions Cerf/Carmel, Toulouse 2012.

[ii]   E. Stein, «Il problema dell’empatia», 69.

[iii]   Ibid.

[iv]   Cf. C. Lippinois, «Une vie pour l’empathie: Edith Stein», Temporel (2012), e3, in http://temporel.fr/Une-vie-pour-l-empathie-Edith, [Accesso: 01.06.2021]. (Traduzione nostra.) Il termine «coscienza» qui, deve essere compreso in un senso fenomenologico e psicologico, cioè in riferimento ai concetti di concienza riflessiva e di “conciousness” che permette a una persona «di essere cosciente delle cose» o «di rendersi conto della realtà intorno a se stesso».

[v]    R. Körner, «L’empatia nel senso di Edith Stein: una atto fondamentale della persona nel processo cristiano della fede», Simposio Internazionale. Edith Stein: testimone per oggi, profeta per domani. Teresianum, Roma, Ottobre (1998), e2, in http://www.ocd.pcn.net/edsi_kor.htm, [Accesso: accesso: 01.06.2021].

[vi]   C. Lippinois, «Une vie pour l’empathie», e4. (Traduzione nostra.)

[vii]  M. Challita, Il cervello empatico come base neurale del comportamento morale : impostazione interdisciplinare, Humanitas edizioni, Rende (CS) 2016, 9.

[viii] Cf. M.-M. Barrié, L’empathie à l’école du Christ : phénoménologie, neurosciences, accompagnement spirituel, (Recherches carmélitaines, no. 20), Editions du Carmel, Toulouse 2020, 19.

[ix]   Cf. Ibid., 38-41.

[x]    R. Körner, «L’empatia nel senso di Edith Stein», e2.

[xi]   Cf. E. Stein, «Il problema dell’empatia», 73-74 ; A. Bertolini, Empatía y trinidad en Edith Stein : fenomenología, teología y ontología en clave relacional, Secretariado Trinitario, Salamanca 2013, 53-59 ; M.-M. Barrié, L’empathie à l’école du Christ, 19-21.

[xii]  Cf. M.-M. Barrié, L’empathie à l’école du Christ, 21.