L de lenguaje

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(del Blog de la Academia Alfonsiana)

“.. el lenguaje, en quien habla,
no traduce un pensamiento maduro sino que lo realiza”.
Maurice Merleau-Ponty

Se sabe que durante gran parte del siglo XX el lenguaje fue un tema clave en lo que a menudo se denomina “filosofía analítica”, tal vez mejor simbolizado por la figura de Ludwig Wittgenstein. Menos conocido es el hecho de que el lenguaje es a menudo un tema clave en lo que se conoce como “filosofía continental”, particularmente en el existencialismo y la fenomenología. Esta división ahora se ha superado un poco: un filósofo contemporáneo como Claude Romano está extremadamente atento a estas dos tradiciones (ver en particular, Au cœur de la raison, la phénoménologie).

El propósito de esta breve contribución es comentar sólo un aspecto del tema del lenguaje en el pensamiento de Maurice Merleau-Ponty. El aspecto en cuestión se refiere a la relación entre pensar y hablar/escribir. En la conversación cotidiana y la discusión espontánea, tendemos a expresar lo que pensamos y hablar como dos actividades separadas y consecutivas. Mientras preparo una conferencia, por ejemplo, puedo entenderme a mí mismo como si primero caminara por el jardín pensando y luego fuera a mi oficina a escribir lo que pensaba. Merleau-Ponty denuncia enérgicamente que esta comprensión del lenguaje es bastante simplista e incluso ilusoria. Según este autor, el pensamiento se produce sólo en y a través del acto de hablar (aunque sea para uno mismo)/escribir. Así que no tengo primero una idea (pensamiento) y luego la expreso en el habla (hablar/escribir), sino que el pensamiento nace en y a través del hablar. Para él, la expresión lingüística (oral o escrita, interna o externa) es sólo el nacimiento del significado.

Si todo esto es verdad, ciertamente tiene importancia para la ética y la teología moral. Podríamos, por ejemplo, pensar provechosamente en estas disciplinas como actividades en las que nos hablamos a nosotros mismos (y entre nosotros) sobre cómo nos hablamos a nosotros mismos (y entre nosotros) sobre lo que es bueno y malo, correcto e incorrecto. . Más concretamente aún, podríamos pensar en una tesis no como un texto en el que publico mis pensamientos terminados, sino como un texto en el que y a través del cual esos pensamientos llegan a ser.

padre Martin McKeever, CSSR