“Con la mirada del redentor, nos redescubrimos desde el amor”, fue el lema que acompañó del 12 al 15 de agosto a más de 100 participantes – entre jóvenes, asesores, sacerdotes, religiosos y laicos – que se convocaron en el Convento San Alfonso en Villa Allende, Córdoba (Argentina).
Iluminados por la lectura del encuentro de Jesús con Bartimeo (Mc. 10, 46-52), se trataron diversos temas, iniciando por reconocer cómo nos encontrábamos luego de estos años viviendo en pandemia, el modo de vincularnos con nosotros mismos y con los demás. Por último recibimos el llamado a ser transformadores en este mundo herido, a través de formación en el carisma y en liderazgo.
Los momentos incluyeron oraciones, celebración de la Eucaristía, adoraciones, reflexiones personales, en grupos, de recreación (como una noche de fogón) y talleres Agradecemos a Dios por estos días de encuentro, compartir y celebrar su presencia en nuestras vidas.
Les compartimos las palabras del padre provincial, Marcelo Pomar, en la Misa de despedida: “Comenzábamos el encuentro con ese texto de Bartimeo, y hay quienes dicen que Jesús tenía una mirada sumamente coherente, consciente de la realidad. En la parábola, por ejemplo, de la semilla, vemos que el sembrador siembra en el camino, entre espinas, entre piedras y una pequeña parte -dice Jesús- cae en tierra buena. Y encima de esa pequeña
parte… inmediatamente nos cuenta la parábola del trigo y la cizaña.
Jesús tiene una mirada muy consciente de una realidad que no siempre es fácil, y no es homogénea, pero nada le enturbia la mirada a Dios. Esa mirada realista no logra enturbiar una mirada confiada. El texto que hoy hemos leído termina diciendo que el que no quiere la luz, es por es consciente que obra el mal, el que obra el bien camina en la luz.
Imaginemos que tenemos un faro: si doy la espalda a la luz, proyecto delante mío las sombras. Si doy la espalda a la luz, me obligo a ir siempre detrás de mis sombras. Pero si doy la cara a la luz, las sombras van detrás. Así es un poco la vida, todos tenemos sombras, ¿Pero vamos a dejar que ellas nos guíen, o vamos a llevar las sombras con dignidad sabiendo que vamos de cara a la luz?
Creo que este encuentro nos pone decididamente de cara a Jesús. No tengan miedo de ponerse de frente a Jesucristo -dice el papa Francisco- no te quitará nada, hará tu vida mucho más plena. Por eso al cerrar este reencuentro, agradezco primero a todos los que lo han hecho posible: a los hermanos que acompañan a cada una de las comunidades, a esos baluartes que tienen ustedes en sus comunidades que son los asesores y animadores, que con espíritu joven los acompañan y escuchan.
Con una mirada más aclarada de nuestra vida, poniéndonos decididamente de cara a la luz de Cristo redentor, recibamos su bendición. Al volver a nuestras comunidades tendremos los mismos o más problemas que antes, pero los que no volvemos iguales somos nosotros.
Ahí está la diferencia, se nos aclaró la mirada y por eso le damos gracias a Dios. Que el Señor les regale siempre la luz de su presencia, los bendiga en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. amén”
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