Amadísimo Padre, Papa Francisco,
En nombre de todos los participantes de nuestro XXVI Capítulo General, te agradezco de corazón por habernos acogido al final de nuestro trabajo. Expreso un cordial saludo en nombre de los misioneros redentoristas presentes en el mundo, de los laicos que nos apoyan y de todas las congregaciones que se inspiran en nuestro carisma. Le agradezco sinceramente, Santo Padre, por habernos concedido este encuentro fraterno tan importante que apoyará nuestra misión de salir a las periferias existenciales del mundo.
Santo Padre, como bien sabes, somos una congregación misionera, de sacerdotes y hermanos, fundada el 9 de noviembre de 1732 por San Alfonso María de Ligorio, Doctor de la Iglesia. Con el ardor misionero de San Clemente María Hoffbauer, la Congregación se expandió luego fuera de Italia. Dentro de 10 años celebraremos 300 años de existencia. Actualmente, somos 4617 cohermanos presentes en 85 países del mundo. Estamos organizados en 5 conferencias: Europa, América del Norte, América Latina y el Caribe, Asia y Oceanía y África y Madagascar.
Nuestra misión es anunciar el Evangelio a los más pobres y abandonados a través de múltiples formas pastorales y de formación moral teológica con la Academia Alfonsiana. En este XXVI Capítulo, para responder fielmente a nuestro carisma en fidelidad a los signos de los tiempos, reflexionamos sobre nuestra identidad redentorista, nuestra misión, nuestra vida consagrada redentorista, la propuesta teológica moral que proponemos, la formación para la misión y la orientación, Liderazgo para la misión. Estos días han sido para nosotros un verdadero Pentecostés y una oportunidad para conocer las diferentes caras de nuestra Congregación.
Te agradecemos, Santo Padre, por tu fecunda magisterio y tu palabra profética, que nos anima en los diversos ámbitos de nuestra Misión en el servicio fiel a la Iglesia. Gracias, Santo Padre, por su valentía en llevar a cabo la renovación eclesial teniendo en el corazón la inclusión y aceptación de todos. Su invitación a escuchar el grito de la tierra y de los pobres es para nosotros una advertencia que da luz a nuestra misión. Tus enseñanzas estimulan incesantemente nuestra misión redentorista. Y por nuestra parte, haremos todo lo posible para colaborar en tu misión como Pastor Supremo y como primer misionero que nos insta a salir de nuestra zona de confort e ir a los más pobres y abandonados.
Por nuestra parte, seguiremos acompañando tu ministerio petrino con nuestras oraciones a la Madre del Perpetuo Socorro y a San Alfonso. Le pedimos sinceramente su Bendición Apostólica.
San Pedro, 01 octubre 2022
Rogério Gomes, C. Ss. R.
Superior General