(Nápoles, Italia) – El martes, 27 de de septiembre San Alfonso habrá celebrado un cumpleaños especial en el paraíso. La casa donde nació en Marianella, a las afueras de Nápoles, ha destinado un lugar para los pobres, con la inauguración de una estructura para poder servirlos.
Muchas personas asistieron al evento. El motivo principal es que, mientras que el 1 de agosto, fiesta litúrgica del santo fundador de los Redentoristas, cae durante el verano, cuando muchas familias están ausentes porque ya están de vacaciones, la gente en Marianella prefiere celebrar la fiesta de San Alfonso el 27 de septiembre. Este año la fiesta coincidió con la inauguración de las instalaciones que la Provincia Napolitana ha proporcionado a la Asociación “Las obras del Hijo”, fundada por el joven sacerdote napolitano P. Gabriele Di Vaio.
Esta asociación, con la que colabora la comunidad redentorista local y en primer lugar el responsable, el P. Lello Martino, ayuda a un número muy grande (500 o más) de personas sin hogar y de las diversas áreas de Nápoles, sobre todo de los suburbios cada vez más numerosos, pobres a causa de la crisis económica, o a causa de la desintegración familiar y el flujo migratorio. A su vez, especialmente por la noche, los miembros de la Asociación traen comidas y un gesto de humanidad a estos pobres, buscándolos debajo de los puentes o en el interior de una casa de cartón. Ofrecen un servicio de ducha en muchos casos, y en los casos que puedan, dan unos primeros auxilios como ayuda en la sanidad.
Obviamente se necesita un lugar donde se puede preparar comida para llevar a los pobres y sin hogar. Se necesitaba un lugar para poner una ducha. La Asociación ya estaba utilizando algunos locales, pero debido a la cantidad no han sido suficientes. Así se elaboró una propuesta, que el Consejo Provincial de Nápoles no dudó en acoger: el pasillo de la planta baja, que va desde la “Capilla pública” (la que una vez sirvió como establos para la familia de Ligorio) al llamado “jardín de San Alfonso” se puso a disposición de la Asociación, prestado por diez años, para acomodar el servicio de cocina, preparación de comidas, y una primera recepción para la limpieza y duchas.
En los últimos meses muchos miembros de “Le Opere del Figlio” (Las obras del Hijo) han trabajado para limpiar el recinto, pintarlo y repararlo. El resto fue un milagro de la Providencia: Don Gabriele dice que comenzó con alrededor de 900 euros, pero todo el trabajo, al final de cuentas ha costado 34.000 euros, donados libremente por personas generosas. Y todo gracias al trabajo gratuito de muchos voluntarios.
P. Serafino Fiore CSsR