(EE.UU) Más de 200 personas se reunieron en la iglesia católica de San Gerardo en Baton Rouge, LA, EE.UU., para rendir honor a la vida de los oficiales de policía y de los primeros caídos mientras cumplían con su deber y también para apoyar a los hombres y mujeres que sirven y protegen a la comunidad. El ex jefe de la policía de Baton Rouge, Pat Englade, organizó la Misa Azul el 16 de julio, un día antes del primer aniversario de la emboscada de 2016 en la que murieron tiroteados el oficial Montrell Jackson, el oficial Matthew Gerald del Departamento de Policía de Baton Rouge y el comisario adjunto Brad Garagola del Departamento de la Comisaría del Este de Baton Rouge. Dijo que fue para rezar por todos los que responden a situaciones de emergencia. Ha sido un año largo y doloroso en Baton Rouge, una ciudad que intenta curarse de décadas de tensión racial y violencia. Ha sido especialmente difícil para las familias de los oficiales asesinados. Ronnie Gerald, padre del oficial Matthew Gerald, dijo que a su hijo le encantaba ser oficial de policía y estaba orgulloso de servir a su comunidad. Y sirvió a todos con el mismo amor, respeto y honor, según su hermano Marc Gerald. Ambos, feligreses de San Gerardo, expresaron su profundo agradecimiento por el apoyo que la familia ha recibido de la comunidad parroquial. Se sintieron especialmente tocados cuando el párroco, P. Chuong Cao, anunció que la Misa Azul será un evento anual. El congresista Garret Graves asistió para mostrar su apoyo, y los feligreses también dieron la bienvenida a un grupo numeroso de agentes de la ley, así como al procurador del tribunal, Hillar Moore, al comisario de East Baton Rouge Sid Gautreaux, y al jefe de policía de Baton Rouge, Carl Dabadie. El procurador Moore dijo que aquellos que hicieron el sacrificio final para servir a todos – sin importar el color o cualquier otro tipo de división – nunca podrán ser olvidados. El comisario Gautreaux dijo que la Misa Azul demostró el aprecio de la comunidad, y enfatizó que la policía está “aquí para servir”.
El jefe Dabadie dijo que la Misa Azul es un paso hacia una comunidad más unificada. “Hemos recorrido un largo camino en los últimos 12 meses, pero todavía tenemos mucho que curar”, dijo. “Un servicio como este, donde podemos interactuar con nuestra comunidad, nos hace sentir que somos – uno y todos – parte de la misma comunidad”.
(Traducción: P. Emilio Lage, CSsR)