Monseñor Giovanny Pazmiño presidió el acto litúrgico concelebrado en honor a la Madre del Cielo. (Foto El Heraldo)
(Ambato, Ecuador) – Entre cánticos ingresó a la Catedral la sagrada imagen de Nuestra Señora del Perpetuo Socorro hasta el altar mayor. Los feligreses llenaron totalmente el templo. La eucaristía fue presidida por monseñor Giovanny Pazmiño, obispo de la Diócesis de Ambato a las 12:00 horas del 5 de noviembre.
La Madre del Cielo está presente en la vida diaria de sus hijos, es la que guía y aconseja. Los padres para los hijos se constituyen en las personas amorosas que buscan formarlos de mejor manera y les brindan ternura, pero ese gran amor no basta, puesto que también existen momentos en los que los padres deben ser duros para corregir a sus hijos sin perder autoridad, indicó monseñor durante la homilía.
Hizo el llamado a ser buenos feligreses, porque todos son hijos de la Madre Santísima. Invitó a los creyentes a ser testimonios de vida al poner en práctica las enseñanzas de la Palabra de Dios.
Monseñor dijo que es un privilegio contar con la llegada del ícono de la Virgen del Perpetuo Socorro. Explicó que el cuadro estuvo en Roma y procedía de Creta hacia el año 1500 y que por casi 300 años estuvo expuesto en la iglesia de San Mateo ubicada en la capital Italiana.
Cuando las tropas de Napoleón llegaron a esa ciudad en 1789, la iglesia de San Mateo fue destruida y el ícono estuvo en una capilla particular de los padres Agustinos.
En 1855 la Congregación de los Redentoristas adquirió el terreno donde estaba la antigua iglesia de San Mateo. Al poco tiempo se conoció que allí estaba la imagen milagrosa de la Virgen del Perpetuo Socorro. Al encontrarla en 1865, los Redentoristas pidieron al Papa llevarla nuevamente a su antigua morada, siendo concedida la solicitud y retornó en 1866, agregó monseñor.
“Estamos celebrando 150 años de la entrega de la sagrada imagen por el Papa Pío IX a la Congregación del Santísimo Redentor, bajo el encargo de darla a conocer por todo el mundo”, explicó el padre redentorista y misionero Ángel Bernal.
La imagen ingresó al Ecuador y su primera parada fue en Quito. En Ambato estuvo pocos dias y continuó su peregrinaje por Chimborazo, Guayas, Los Ríos, Manabí, Azuay, Loja, hasta salir de Ecuador y llegar a Piura donde empezará su recorrido hacia el interior de Perú, agregó el sacerdote misionero.
“Es una bendición su presencia, porque eso significa que no estamos huérfanos ya que la Virgen nos protege y socorre y está presente en la vida de las familias”, una devota de Ambato.
(tomado de elheraldo.com.ec)