A los Miembros de la Congregación del Santísimo Redentor

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Roma, 15 de junio de 2004
Prot. N° 0000 132/04

Queridos cohermanos,

A ustedes la gracia y la paz de Dios nuestro
Padre y de Jesucristo, el Señor.

Los Redentoristas estamos emprendiendo un derrotero trazado por el XXIII Capítulo General hacia la reestructuración de la Congregación. En la primera Comunicanda del sexenio, el Consejo General señaló que, aunque el Capítulo había delineado un sendero, aún quedaban muchos detalles de los pasos del proceso de reestructuración por clarificar (Comunicanda I, 47-48). Quiero comunicarles, junto con los otros miembros del Consejo, algunas de las decisiones tomadas para impulsar el cumplimiento de la decisión del Capítulo General.

La preparación de la primera Comunicanda ha dado al Consejo General la oportunidad de clarificar nuestra comprensión de la idea de la reestructuración. Hemos seguido profundizando esta reflexión durante la reunión extraordinaria de las dos primeras semanas de junio. En esa oportunidad, escuchamos las experiencias de los superiores generales de Congregaciones que ya han dado pasos más avanzados en el proceso de reestructuración, como los Marianistas y los Oblatos de María Inmaculada. El Consejo General dedicó gran parte del tiempo a establecer los principios que nos guiarán en la aplicación de las pautas marcadas por el Capítulo General. Nuestra convicción más importante es que las estructuras deben estar al servicio de la misión de la Congregación. Si nos damos cuenta de que un determinado modo de organización de la Congregación ya no sirve a su misión, significa que ha llegado la hora de descubrir una estructura mejor.

Sabemos que el Consejo General tiene una clara responsabilidad a la hora de cumplir las decisiones del Capítulo General. Pero estamos convencidos de que la verdadera reestructuración no se puede imponer desde arriba. Nuestra Congregación es un cuerpo misionero internacional que enfrenta situaciones muy diferentes. Por tanto, no existe una sola solución simple y adecuada a todas las regiones. Por otro lado, el proceso de reestructuración no debe dejar aislados a pequeños grupos de congregados. Al contrario, debe fortalecer los vínculos que nos unen a todos los Redentoristas, ya que compartimos el mismo carisma, independientemente de las circunstancias concretas en las que anunciamos la Buena Nueva del Evangelio a los más pobres y abandonados. El Consejo General es consciente de que para el proceso de reestructuración se necesita una información exacta sobre la extensa realidad actual de la Congregación. Además, pensamos que el éxito de cualquier proceso de reestructuración será incierto si no está basado en un amplio apoyo de los cohermanos.

Esas convicciones nos han conducido a estas dos decisiones importantes. En primer lugar, hemos decidido cómo se conformará la Comisión para la reestructuración mandada por el Capítulo General (cfr. XXIII Capítulo General, Orientaciones, 11.3). En segundo lugar, hemos iniciado un modo de agrupar a las unidades de la Congregación por sub-regiones para comprometerlas a una mayor eficacia en su búsqueda de nuevas estructuras y nuevos proyectos de colaboración y solidaridad. Permítanme explicar brevemente estas decisiones.

La Comisión para la reestructuración

Esta Comisión contará con seis miembros, uno por cada Región de la Congregación: África, Asia, Europa Norte, Europa Sur, América Latina, y América del Norte. Durante los próximos meses se pedirá a cada superior mayor que proponga los nombres de dos cohermanos de su respectiva Región para este servicio en la Comisión. El Consejo General, en su próxima reunión extraordinaria, del 30 de agosto al 4 de septiembre de 2004, estudiará las sugerencias y elegirá a los seis miembros. El Consejo General prevé una reunión con los miembros de la Comisión para diciembre de este año. Esperamos desarrollar, en dicha reunión, un plan de acción más amplio para seguir implementando las decisiones del Capítulo. Es claro que estaremos informando a todos los cohermanos sobre el avance del proceso.

Agrupaciones sub-regionales

En segundo término, el Consejo General se propone agrupar a las unidades de la Congregación en grupos sub-regionales y designar un Coordinador para cada sub-región. Esta disposición no constituye una estructura jurídica y el Coordinador no tendrá una jurisdicción. Sin embargo, confiamos obtener resultados positivos de esta organización experimental. Pensamos que esta disposición ofrecerá tanto al Consejo General como a la Comisión para la reestructuración una visión exacta de la realidad actual de la Congregación y una estimación de las exigencias futuras de la misión.

Hay agrupaciones sub-regionales que ya están funcionando y han trabajado juntos por varios años. Por ejemplo, existen tres agrupaciones sub-regionales en América Latina que ya han conseguido establecer un método eficaz de trabajo conjunto. Pensamos seguir consultando durante los próximos meses, pero por ahora vemos estas quince sub-regiones:

América del Norte (2)

Canadá: Ste. Anne, Edmonton-Toronto, Yorkton
Estados Unidos: Baltimore, Richmond, Caribe de habla inglesa, Denver, Extra Patriam

Europa Sur (2)

Unidades de habla francesa: Lyon-Paris, Estrasburgo, Bélgica Sur, Líbano-Irak, Vietnamitas
Unidades Latinas: Roma, Nápoles, Madrid, Lisboa

Europa Norte (3)

Oeste: Dublín, Londres
Centro: Viena, Copenhague, Flándrica, Colonia, Munich, Helvética
Este: Praga, Bratislava, Michalovce, Varsovia, Lviv, Rusia-Kazaquistán

Asia (3)

Este: Tokyo, Kagoshima, Corea

Sudeste: Manila, Cebú, Bangkok, Vietnam, Ipoh, Indonesia, China Popular, Australia, Aotearoa-Nueva Zelanda
Sur: Bangalore, Alwaye, Mumbai, Colombo

América Latina (3)

Norte: México, Centroamérica, Cuba, San Juan, Haití, Caracas, Bogotá, Quito, Perú Norte, Perú Sur
Sur: Pilar, Asunción, Buenos Aires, Resistencia, Santiago de Chile, Bolivia
URB (Brasil): Manaus, Fortaleza, Recife, Bahía, Río de Janeiro, Sao Paulo, Goiás, Campo Grande, Porto Alegre, Surinam

África (2)

Unidades de habla francesa y portuguesa: Matadi, Luanda, Burkina-Niger, Costa de Marfil, Madagascar, Mozambique
Unidades de habla inglesa: Sudáfrica, Nigeria, Ghana, Zimbabwe, Kenya

Los superiores mayores de cada grupo sub-regional se reunirán por lo menos una vez al año con el Coordinador, el consejero general de la Región, y el representante regional de la Comisión para la reestructuración. Estas reuniones analizarán el futuro de la misión de los Redentoristas en la sub-región, la formación de los candidatos y los otros congregados (esto es: formación inicial y formación permanente), y los proyectos de colaboración interprovincial, incluyendo las comunidades internacionales. Pensamos que las sub-regiones tendrán un papel muy importante en el proceso de reestructuración y, posiblemente, en la continua renovación de la Congregación.

En los próximos meses los consejeros generales se pondrán en contacto con los superiores mayores de cada sub-región para consultarlos sobre los posibles candidatos para el servicio de Coordinador de la sub-región. Se pedirá a los superiores mayores de cada sub-región que consulten entre sí y se pongan de acuerdo para proponer al Consejo General los nombres de dos cohermanos como candidatos a Coordinador. El Consejo General estudiará esas recomendaciones antes de nombrar a los coordinadores sub-regionales en diciembre de este año. No es necesario que el Coordinador sea un superior mayor, pero debe ser un cohermano que conozca bastante bien la realidad de las unidades de su grupo sub-regional. Se espera que el Coordinador asuma esta responsabilidad con mucha seriedad, pero pensamos que este servicio de hecho no será un compromiso de tiempo completo.

Los consejeros generales también estarán consultando la opinión de los superiores mayores con respecto a la distribución en las agrupaciones sub-regionales. La distribución actual propuesta por el Consejo podría ser modificada.

Podríamos comparar la selección de la comisión para la reestructuración y la organización de los grupos sub-regionales con los trabajos que actualmente se están realizando en la Iglesia de San Alfonso en Roma. Hemos empezado unos trabajos muy necesarios de renovación del techo y los cimientos de este querido santuario, en el cual se venera el cuadro original de nuestra Madre del Perpetuo Socorro. El primer paso es preparar el andamio, que da a los obreros la posibilidad de acceso eficaz a todas las partes de la estructura. Del mismo modo, la Comisión y los grupos sub-regionales permitirán al Consejo General trabajar de manera efectiva con todos los congregados en la continua renovación de nuestra Congregación. Agradecemos la unidad que compartimos a través de sus oraciones y de la colaboración activa de todos ustedes.

Fraternalmente,

Joseph W. Tobin, C.Ss.R.
Superior General

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