A los Miembros de la Congregación del Santísimo Redentor

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Roma, 10 de septiembre de 2005
Prot. N° 0000 268/2005


Queridos cohermanos:

En nombre del Consejo General mis saludos más afectuosos y la seguridad de nuestro recuerdo en la oración.

En las últimas reuniones extraordinarias, y en particular en la última del 1-10 de septiembre de 2005, el Consejo General se ha preguntado qué hacer para ejecutar la decisión del XXIII Capítulo General que dice así:

El Capítulo determina que sean dos (y
solamente dos) las lenguas oficiales de
comunicación en la Congregación: inglés y
español. Todos los candidatos que entran en la
Congregación (es decir, todos los novicios)
están obligados a estudiar una de las dos;
aquellos candidatos para los que la lengua
materna es el inglés o el español están
obligados a estudiar la otra. Todos los
cohermanos profesos son vivamente
exhortados a adoptar esta práctica. (XXIII
Capítulo General, Decisión n. 5).

El Consejo General cree que una aplicación literal de esta decisión no encontraría a la Congregación preparada en este sentido ni tampoco permitiría que se lograran los objetivos para los que fue pensada.

Nos hemos a interrogado sobre el espíritu que animó al Capítulo, que sin duda tenía una intención positiva, a aprobar tal decisión: facilitar la comunicación dentro de la Congregación y en los encuentros internacionales, el primero de todos el propio Capítulo General. Se tenía en cuenta, además, el provecho que habrían de sacar de ella las Unidades al colaborar a nivel de formación inicial y continua.

A pesar de esto, hemos visto también, por otra parte, los problemas que podrían derivarse de poner práctica ahora esta decisión. Nuestra impresión es que el Capítulo General no tuvo ni manera ni tiempo suficiente para reflexionar sobre las dificultades concretas con las que habría que contar a la hora de poner en práctica esta decisión que, además, fue una de las últimas en votarse. Quizás no se reflexionó suficientemente sobre el hecho de que la tendencia general a la globalización no es ni unívoca ni menos aún pacífica puesto que origina, a veces, tendencias que privilegian culturas particulares y lenguas que se tenían por menos importantes. Quizá tampoco se ponderó suficientemente el hecho de que – a diferencia de otras familias religiosas – la nuestra ha desarrollado, sobre todo en el último siglo, una tendencia descentralizadora con repercusiones también sobre el problema de las “lenguas.”

A la luz de estas premisas, el Consejo General ha creído oportuno determinar la siguiente forma de que se lleve a la práctica la Decisión N. 5 del XXIII Capítulo General:

1.   Etapas a realizar de inmediato

a. Que todas las Unidades garanticen a los candidatos en la formación inicial un curso de inglés o de español con una duración de, al menos, tres años. Los candidatos cuya lengua materna sea el inglés o el español están obligados a estudiar la otra lengua.

b. Que los candidatos de habla inglesa y en formación inicial en África estudien, en vez del español, el francés a fin de favorecer una mejor comunicación dentro de la Región.

c. Alentamos vivamente a todos los cohermanos que no hablan inglés o español a aprender, en la medida de lo posible, uno de estos dos idiomas.

d. Recomendamos a todos que, en la medida de lo posible, estudien el italiano, lengua de nuestro fundador y de las “fuentes” redentoristas.

e. Al tiempo que expresamos nuestro agradecimiento a las Unidades que disponen ya en la actualidad de estructuras, ayudas económicas y cohermanos para favorecer el aprendizaje de idiomas, expresamos igualmente nuestro deseo de que su ejemplo cunda entre las demás.

f. Que las Communicanda y otros textos oficiales del Gobierno General (Ratio, etc.) se redacten todavía en inglés, español, italiano, portugués, francés, alemán y polaco.

g. Que los encuentros oficiales promovidos por el Gobierno General tengan en consideración la concreta situación de los participantes y se garantice un servicio adecuado de traducción.

h. Es nuestra intención garantizar la versión en inglés, español, italiano, portugués, francés, alemán y polaco tanto de la página Web de la Congregación como del boletín informativo Scala. Somos conscientes, sin embargo, de que este empeño será posible en tanto exista por parte de las Provincias una adecuada colaboración y haya disponibilidad de traductores.

2.   En vistas al próximo Capítulo General

a. Nos parece que se corresponde con el espíritu de la decisión del XXIII Capítulo General el que se prevea para el próximo Capítulo General el uso de dos lenguas, el inglés y el español.

b. Prevemos discutir fraternalmente todo este tema en el curso de las reuniones de mitad de sexenio y en las inmediatamente precapitulares, tomando finalmente las soluciones que se crean más apropiadas.

c. Que el próximo Capítulo General haga una evaluación de toda la materia y tome las decisiones que crea más oportunas para el siguiente sexenio.

Deseando que – más allá de las diferencias lingüísticas que a veces nos separan – el común idioma de la caridad consolide nuestra fraternidad y la fidelidad a la vocación que hemos recibido del Señor, os saludo cordialmente
En Cristo Redentor,
Joseph W. Tobin, C.Ss.R.
Superior General

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