A los miembros de la Congregación del Santísimo Redentor

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Roma, 24 de Septiembre de 2004,
Prot. N° 0000 132/04

 

Queridos Cohermanos:

A vosotros gracia y paz de parte de Dios Padre y del Señor Jesucristo (1 Tm 1, 2).

Les escribo para informarles de una importante decisión tomada por el Consejo General con motivo de nuestra última Reunión extraordinaria del 30 de agosto al 6 de septiembre de 2004. Después de haber consultado a los Superiores mayores de la Congregación, hemos elegido a seis cohermanos que compongan la Comisión para la Reestructuración tal como pedía el XXIII Capítulo General (Orientaciones 11.3). Como recordarán por mi carta anterior, el Consejo General optó por escoger a un cohermano de cada una de las grandes Regiones de la Congregación. Los miembros de dicha Comisión son, pues, los siguientes:

Juan Manuel LASSO DE LA VEGA Y MIRANDA (Madrid, Región Europa-Sur)

Cornelius CASEY (Dublín, Región Europa-Norte)

Guy PILOTE (Ste-Anne de Beaupré, Región América del norte)

José Ulysses DA SILVA (São Paulo) Región Latinoamérica)

Brendan KELLY (Cebu, Región Asia-Oceanía)

Lawrence KAUFMANN (Sudáfrica, Región África)

El Consejo general está muy satisfecho con la composición de la Comisión. Creemos que estos cohermanos reflejan la gran diversidad de nuestra familia religiosa y que aportan con celo una inmensa preocupación por el futuro de nuestro trabajo misionero. Estoy agradecido a cada uno de ellos por su generosidad al aceptar nuestra invitación a ofrecer una duradera aportación a la Congregación. Es una alegría muy especial ver la disponibilidad del Superior General emérito con su voluntad de aportar de muy buen grado su dilatada  experiencia a esta importante tarea.

Hemos programado para el próximo diciembre un encuentro conjunto entre el Consejo general y la Comisión de Reestructuración. Varios consultores están preparando actualmente un documento de base para orientar nuestro trabajo. Pido a todos ustedes que recuerden a la Comisión en sus oraciones personales y comunitarias.

Que el Señor nos muestre cómo la Congregación puede ser cada vez más fiel a su vocación de anunciar la Buena Nueva a los pobres abandonados.

Muy fraternalmente,

Joseph W. Tobin, C.Ss.R.
Superior general

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