A los Miembros de la Congregación del Santísimo Redentor

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Roma, 25 de febrero de 2006
Prot. N° 0000 132/04

 

Mis queridos Cohermanos:

Tengo el gusto de presentarles el informe de la Comisión para la Reestructuración titulado “Trabajo en progreso”. Como verán enseguida, este documento es fruto de una amplia consulta y de un trabajo creativo. Sin duda alguna, ¡los miembros de la comisión han trabajado intensamente! Se ve claramente también que su texto no contiene afirmaciones rígidas, sino más bien, sugerencias valiosas para motivar el diálogo entre todos los Redentoristas.

Recuerdan cómo el último Capítulo General pidió que la Comisión para la Reestructuración preparara un informe actualizado antes de las seis reuniones regionales de mitad del sexenio (Orientaciones 11.3). Un borrador de dicho informe fue presentado ya al Consejo General en diciembre de 2005 durante una reunión en la que estuvieron presentes todos los miembros de la Comisión. A continuación, la Comisión ha trabajado con ahínco para elaborar el informe a tiempo para la                                       primera de las reuniones regionales que tuvo lugar en enero pasado. Las otras cinco reuniones regionales están programadas para el segundo semestre de 2006, de forma que los cohermanos tienen suficiente tiempo a su disposición para estudiar este documento y exponer sus sugerencias a su respectivo Superior Mayor.

El Capítulo General concibió el proceso de reestructuración como fruto de una reflexión y de un diálogo a gran escala entre los Redentoristas. A este fin, pido a los Superiores Mayores que proporcionen un ejemplar de este informe a cada uno de los miembros de su Unidad. El documento debe ser estudiado por las comunidades locales a fin de que pueda ser presentado en las reuniones regionales un resumen de sus impresiones y sugerencias. En cuanto a las comunidades de América del Norte, aunque ya tuvo lugar su correspondiente reunión regional, tienen aún la oportunidad de reflexionar sobre las recomendaciones de este documento a fin de enviar a continuación sus ideas al Padre Guy Pilote, miembro de la Comisión por esta Región.

En nombre del Consejo General, agradezco a los miembros de la Comisión para la Reestructuración el duro trabajo que ha dado como fruto el presente documento al tiempo que los animo a proseguir este valioso servicio que están prestando a nuestra misión. Cuento también con la buena voluntad de todos los Redentoristas a la hora de estudiar las propuestas del documento y de ayudarnos a discernir la voluntad de Dios para nuestra Congregación.

Fraternalmente,

Joseph W. Tobin, C.Ss.R.
Superior general

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Comisión para la Reestructuración

“Trabajo en progreso”
Algunas propuestas

Diciembre de 2005

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Prólogo

“Dar la vida por la abundante Redención” fue el tema escogido por el Capítulo General de 2003. Pretende reafirmar nuestra identidad y hacer una renovada apelación a nuestra vocación. Intenta proponer, una vez más, el principio orientador que modela nuestra vida de Redentoristas. Tenemos que dar testimonio de la abundante Redención a través de nuestro estilo de vida, de nuestras palabras y de nuestro dinamismo apostólico.

Con el mismo espíritu, el Capítulo General decidió también que había llegado el momento de considerar seriamente una revisión de nuestra forma de organizarnos en orden a nuestra misión. Esto empezó a entenderse y a mencionarse como la necesidad de considerar ya la “Reestructuración” en la Congregación.

Actualmente existen 37 Provincias, 24 Viceprovincias, 16 Regiones y 9 Misiones. Dichas Unidades están organizadas también como Regiones de la Congregación y son: Asia-Oceanía, África, América (América del Norte y América Latina) y Europa (Norte y Sur).

La pregunta clave es: ¿Es ésta la forma más eficaz de movilizarnos hoy en favor de la misión?

Hay que anotar que actualmente otras Congregaciones se están formulando, igualmente, esta misma pregunta respecto a su propia organización.

La mayor parte de las veces (aunque no siempre), dichas estructuras fueron desarrolladas históricamente como respuesta directa a las necesidades del pueblo – culturas diferentes, lenguas diferentes, experiencias pastorales diferentes. “La mayor parte de las veces también, como respuesta a las necesidades del pueblo” – pero no siempre – porque en ocasiones fueron cuestiones internas y presiones de los Redentoristas los que dieron lugar a las estructuras que actualmente tenemos.

Dichas estructuras, una vez establecidas, frecuentemente son difíciles de modificar, incluso cuando las necesidades pastorales del pueblo – su razón de ser – hayan cambiado radicalmente. Mantener estructuras anticuadas y tratar de trabajar con ellas puede representar un serio obstáculo a la eficaz movilidad que requiere la misión.

Por este motivo, el Capítulo General ordenó una revisión general. Pidió que el Consejo General creara una Comisión para la Reestructuración, la cual debería presentar propuestas al próximo Capítulo General de 2009.

La Comisión, en este documento, presenta propuestas iniciales a todos los cohermanos de la Congregación. Dichas propuestas fueron discutidas con el Consejo General y modificadas a la luz de dicha discusión.

Se publican ahora para su más amplia discusión entre todos los cohermanos, a nivel de (Vice)Provincia [1] , y en nuestros seis encuentros regionales de 2006.

Una discusión más amplia es considerada de crucial importancia.

Cuando se llegue a dicha discusión habrá una razón para la reestructuración que destacará sobre las demás. Es ésta: que podamos continuar nuestra tradición. Nuestra tradición es algo, y ese algo es la misión. Cuando decimos que “nuestra tradición es la misión” no queremos decir que esto implique que todos deban estar en activo, con salud y dispuestos a la acción. Muchos de nosotros o son ancianos o están enfermos o se encuentran débiles bajo un aspecto u otro. Pero, a pesar de todo, sigue siendo cierto para todos, sin excepción alguna, que “dar la vida por la abundante Redención” es el verdadero núcleo que da sentido a nuestra vida. Expresamos de formas diversas y según las diferentes etapas de la vida este sentido central, pero este es el núcleo del problema para todos nosotros.

Por tanto, si creemos en nosotros mismos, debemos continuar y debemos desarrollar nuestra tradición. No basta con decir que nosotros, los Redentoristas, éramos aquellos que en el pasado se sacrificaron para predicar el Evangelio de la salvación a los pobres y a los abandonados desatendidos. Tenemos que decir que, hoy, los Redentoristas son aquellos que se sacrifican por predicar el Evangelio de la salvación a los más necesitados, a los más apartados. Las propuestas de reestructuración en vistas a una misión eficaz van a suponer, sin duda alguna, sacrificios. Debido a esto, y porque esto comportará sacrificios y decisiones difíciles, es por lo que vamos a necesitar una discusión más amplia a fin de poder llegar a las mejores propuestas en favor de una misión eficaz según nuestra tradición.

Porque deben estar en búsqueda incesante de nuevas iniciativas apostólicas bajo la dirección de la autoridad legítima, se les prohíbe instalarse en situaciones y estructuras en las que su actuación perdería el distintivo misionero. Por el contrario, se ingeniarán en buscar nuevas formas de anunciar el evangelio a todas las criaturas (cf. Mc 16,15)” (Constitución 15).

Este documento tiene tres apartados.

El primer apartado presenta los principios generales. Os preguntamos: ¿Son verdaderamente éstos los “principios Generales”? ¿Podrían expresarse de forma mejor? ¿Se han omitido principios importantes?

El segundo apartado trata sobre los modelos y demás implicaciones de la reestructuración. Os preguntamos: ¿Son útiles dichos modelos? ¿Existen otros modelos que deban tenerse en cuenta? ¿Qué pensáis de la configuración general que parece estar emergiendo?

El tercer apartado se refiere a la Congregación en cada una de las seis Regiones geográficas actuales. Ofrece propuestas o sugerencias. Al leer este apartado, os pedimos que tengáis en cuenta, ante todo, la Región a la que pertenecéis: ¿Hay otras propuestas o sugerencias, tal vez mejores? Pero pedimos que tengáis en cuenta también las demás Regiones; la configuración general de la Congregación es un asunto que a todos nos interesa.

Vuestras respuestas influirán en el desarrollo de estas propuestas.

La opinión de los cohermanos es fundamental para nosotros que estamos comisionados para presentar propuestas a la consideración del Capítulo General de 2009.

No debe olvidarse que es posible, tras la aprobación del Consejo General, comenzar ya a poner en práctica de inmediato, aunque de forma experimental, algunas de las propuestas presentadas.

Podemos distinguir entre “cambio como proyecto”, de una parte, y “cambio administrativo”, de otra. Las propuestas de “Reestructuración” se encuentran en el ámbito de “cambio como proyecto”. Todos están invitados a este debate. Este documento está pensado a este propósito.

Es importante que este documento sea leído conjuntamente con la Communicanda Nº 1 del Consejo General (“Llamados a dar la vida por la abundante Redención”) que expone aún más ampliamente la motivación y la espiritualidad subyacentes a todo este esfuerzo actual de la Congregación.

Queridos cohermanos, el futuro de la vida redentorista será lo que queramos que sea. No nos quedemos simplemente aguardando al futuro; nuestras decisiones serán las que ayudarán a forjarlo.

“La esperanza implica naturalmente asumir riesgos. Sin esperanza, difícilmente se arriesga uno; se prefiere, por el contrario, el camino conocido, aunque éste sea equivocado. La esperanza, por otra parte, nos da un espíritu creativo y combativo, capacitándonos para romper con nuestro conformismo y dándonos valor para cambiar”.

Juan Lasso de la Vega, C.Ss.R. (Europa-Sur)
Con J. Casey, C.Ss.R. (Europa-Norte)
Brendan J. Kelly, C.Ss.R. (Asia-Oceanía)
José Ulysses da Silva, C.Ss.R. (América Latina y el Caribe)
Guy Pilote, C.Ss.R. (América del Norte)
Larry Kaufmann, C.Ss.R. (África)

Apartado I
Cinco principios orientadores

  1. El mundo de hoy es un mundo de rápidos cambios. Pero es precisamente en este mundo en el que buscamos las mejores estructuras para ejercer nuestra misión; es decir, la de predicar el Evangelio a los pobres, la de anunciar la plenitud de la Redención, la de estar junto a los abandonados. Es éste el motivo fundamental y el primer principio orientador en la reestructuración de la Congregación.

          I.La reestructuración está al servicio de la misión.

2.La reestructuración al servicio de la misión comporta una nueva mentalidad; de lo contrario, morirá. Nuestra fundamental identidad redentorista debe ser despertada de nuevo por el mundo de rápidos cambios en el que vivimos. ¿Quiénes somos? Somos quienes, reunidos sobre el fundamento de nuestra fe en Jesucristo, nos hemos consagrado al carisma redentorista y, esto, de manera más profunda de la que pudiéramos tener en nuestro compromiso con nuestra cultura o con nuestra nacionalidad, con nuestra tribu o con nuestra familia.

II.La reestructuración en vistas a la misión debe incitar y estimular un nuevo despertar de nuestra identidad, una conversión de nuestra mentalidad en línea con nuestra vocación, una nueva disponibilidad o, de lo contrario, no llegará a ninguna parte.

3.Al comienzo, la Congregación consistía en una única Unidad organizada en vistas a la misión. Hubo enseguida un tiempo en el que la Congregación tenía, esencialmente, dos Unidades como organización – la obra de San Clemente Hofbauer en los países transalpinos y la Congregación en su “tierra natal” de Nápoles y Roma. En 1841, la Congregación empezó una nueva organización en vistas a la misión. Se dividió en diversas Provincias, primero en Europa y después en todo el mundo. Esas diversas Provincias – hacia la mitad de la década de los ’70 – fueron reorganizadas de nuevo – sin perder su identidad – en seis Regiones geográficas: Asia-Oceanía, África, América del Norte, América Latina, Europa Sur, y Europa del Norte y del Este. Es justo decir que la Congregación no habría sobrevivido hasta hoy sin esas reorganizaciones históricas.

Hoy, las Regiones de la Congregación están constituidas sobre una base geográfica. En estas entidades geográficas, el mundo actual encuentra todavía un cierto sentido de pertenencia. Pero es hasta cierto punto significativo que el movimiento actual de los pueblos trascienda hoy y vaya también más allá de tales límites.

III.    La reestructuración en vistas a la misión debe seguir a las personas; debe ser igualmente una reestructuración dentro de nuestras Regiones y, no en menor grado, también una reestructuración más allá de nuestros límites regionales, siguiendo las migraciones demográficas.

4.En esta situación, es importante que el Gobierno General tenga poderes para disponer y para allegar recursos tanto económicos como de personal – y, donde sea posible, de colaboradores laicos – cuando así lo requieran las nuevas iniciativas. Necesitamos encontrar nuevos modos de equilibrar la localización de creatividad y de recursos con una debida centralización de medios cuando así lo requieran las nuevas iniciativas o las situaciones de urgencia.

IV.Es muy importante disponer de una nueva capacidad de allegar recursos para la misión, y de reestructurarlos para la misma.

En algunos casos, serán las Provincias reunidas para una nueva iniciativa urgente las que harán de agentes de una nueva concentración de recursos. En otras situaciones, será el Gobierno General, que tiene una responsabilidad global en la misión de la Congregación, quien tendrá la capacidad de allegar y de disponer de los recursos de acuerdo con las necesidades.

V.Parte vital de nuestra misión, tanto en el pasado como en el presente, es la reflexión teológica enraizada en la experiencia pastoral; una nueva distribución de nuestros recursos en esta materia es parte esencial del desafío que supone la reestructuración en orden a la misión hoy.

5.Algunas sugerencias, si bien muy modestas, se hacen a continuación entre nuestras propuestas para las Regiones de Asia-Oceanía y de África.

La fragilidad de la Congregación es bien fácil de reconocer hoy – en cuanto que es parte de la propia fragilidad de buena parte de la vida consagrada instituida en la Iglesia. Ciertamente, nos será difícil trabajar de forma adecuada en estos nuestros tiempos si no nos enfrentamos del mejor modo posible a los nuevos desafíos que el nuevo mundo nos presenta.

No existen soluciones mágicas. Además, no podemos hacer frente a dichos desafíos sin una disponibilidad a trabajar en unión con los laicos y con las demás Congregaciones religiosas. Pero parece evidente que debemos comenzar, y que debemos hacerlo con valentía. Por tanto, se van a formular a continuación las propuestas, Región por Región.

Apartado II
Reestructuración: algunos aspectos e implicaciones

A.Modelos de reestructuración

En este apartado proponemos a vuestra consideración y a vuestros comentarios algunos modelos de estructuras. En cuanto modelos, sólo sirven para proporcionarnos un instrumento operativo o conceptual a fin de ayudarnos a construir estructuras apropiadas a nuestra misión. La ventaja de los modelos es que son capaces de evocar una respuesta imaginativa, posibilitándonos, además, establecer la conexión entre el carisma, la espiritualidad y la misión, por una parte, y la correspondiente organización estructural, por otra. Colocados en este apartado del documento, dichos modelos brindan un puente entre los principios orientadores del apartado anterior y las correspondientes propuestas del apartado siguiente. Es importante, por tanto, estudiarlos en este contexto.

Los cinco modelos que proponemos están sacados de la experiencia del pasado y del presente, pero también pueden sugerirnos una nueva manera de imaginar nuestra vida de Redentoristas en el actual siglo XXI. A ningún modelo se le privilegia más que a otro. (A decir verdad, queremos escuchar vuestras sugerencias sobre otros posibles modelos). En este sentido, sería más útil verlos en conexión unos con otros en un proceso abierto y de expansión a partir del concepto de una “Fusión” de dos Unidades (Modelo 1) hasta una más amplia red de Unidades que trascienda incluso los límites regionales (Modelo 5).

Las estructuras están al servicio de la misión. La reestructuración está en función de la renovación de la misión. Estamos llamados, por tanto, a encontrar siempre nuevos modos de trabajar juntos ayudándonos mutuamente en el apostolado, en la formación y en la economía. Los cinco modelos que siguen se presentan como una posible forma de abordar nuestra común tarea de proyectar el cambio.

  1. Fusión de Unidades

Aquí, dos o más Provincias se unen y se convierten en una sola (Vice)Provincia. Ejemplos de esto en los últimos decenios son: la Provincia de Denver (unión de St. Louis y Oakland); Provincia Edmonton-Toronto (unión de Edmonton y Toronto); Burkina-Níger (unión de dos Viceprovincias); Bolivia (unión de La Paz, Reyes y Tupiza).

Sería útil e instructivo hacer un estudio de esta evolución analizando temas como: ¿Qué motivó el cambio? ¿Dio como resultado una movilización más eficaz para la misión? ¿Surgió un contexto mejor para los cohermanos jóvenes en su vida y misión?

  1. Unión de Unidades que mantienen una identidad regional

En la recientemente constituida Provincia San Clemente se unieron cuatro Unidades que eran anteriormente Provincias, pero cada una de ellas conserva en la Provincia una identidad de Región con estructuras propias.

Es demasiado pronto para juzgar la eficacia de este modelo. Sin embargo, sería instructivo un informe de su recorrido hasta hoy, pues se trata de una experiencia innovadora y valiente.

  1. Federación de Unidades

Éste puede considerarse un modelo relativamente nuevo, aunque algunos intentos ya se habían llevado a cabo. Ejemplos de estos intentos pueden encontrarse en dos Unidades del Noreste brasileño (Fortaleza y Recife), en cuatro Unidades en el Sureste asiático (Ipoh, Cebu, Manila, Bangkok), en las dos Viceprovincias de Paraguay, o en Viena y Munich. Una vez más, el objetivo primordial al adoptar este modelo (como los demás) es servir a la misión mediante la generación de nuevos recursos, y no simplemente mantener los antiguos.

En el modelo de “federación”, algunas (V)Provincias se asocian de forma relativamente estable, pero con una organización más libre que les permite conservar su identidad mientras colaboran en una federación y superan el aislamiento perjudicial. Esto les ha permitido asumir riesgos y acometer nuevas iniciativas en la misión.

Hay tres elementos clave en este modelo:

(1)En las Unidades federadas, los cohermanos llegan a conocer bastante bien la realidad de unas y otras. Al mismo tiempo, se produce una fecunda interacción de ideas, de solidaridad y de sinergia respecto a la mutua ayuda y al recíproco aliento, surgiendo así medios prácticos de cooperación.

(2)Hay modos estructurales y permanentes de profundizar el esclarecimiento de los objetivos de la misión, manteniendo como prioridad las necesidades pastorales del pueblo.

(3)Existe un mínimo apropiado de estructura para las decisiones: tal vez un “Presidente” nombrado o una Comisión Permanente de la federación, y un encuentro anual “a modo de Capítulo” con poder decisorio.

Vuestras sugerencias sobre este modelo serán muy bienvenidas, particularmente sobre el modo de fortalecer las estructuras encargadas de tomar decisiones. Además, ¿cuáles son las implicaciones de este modelo respecto a la variedad de lenguas y a la pluralidad de Iglesias (en el sentido de ritos diversos tal como se describen en nuestras Constituciones y Estatutos)?

  1. Conferencias

Proponemos aquí a vuestra consideración un nuevo modelo surgido de nuestras deliberaciones como Comisión. Este modelo tuvo su origen en nuestras reflexiones sobre las seis grandes Regiones geográficas actuales. Como ya dijimos en el prólogo, las Regiones son una estructura relativamente nueva en la Congregación (alrededor de 1970) y, de hecho, no se contemplan en nuestras Constituciones. Nos hemos hecho la siguiente pregunta: ¿Están funcionando las Regiones en orden a la misión? Si efectivamente la respuesta es positiva, o si bien continuamos optando por una estructura regional más amplia, ¿qué aspecto de la misma daría un mayor soporte a la misión de la Congregación?

A la hora de responder a estas preguntas sugerimos que se tenga en cuenta el concepto eclesial de “Conferencia” que sería una asociación de Unidades en una Región o Sub-Región (o en la sugerencia propuesta para toda Europa, de dos Regiones), con poderes más amplios de decisión y de ejecución de lo que actualmente existe en las Regiones, y que estaría motivado por la respuesta a los problemas y desafíos pastorales más amplios como serían, por ejemplo, la secularización o la emigración. De esta forma, podríamos hablar de una Conferencia, por ejemplo, de Redentoristas de Brasil, de una Conferencia de Redentoristas de toda Europa, etc.

Simplificando, la diferencia principal entre una Región actual y una Conferencia consiste en la potestad de tomar decisiones y de ejecutarlas. Esto puede tener también consecuencias en la composición del Capítulo General y en el Gobierno General.

Dado que este modelo y el siguiente son algo relativamente nuevo, y porque suplantan hasta cierto punto a las Regiones, nos gustaría escuchar vuestra opinión, vuestra reacción y vuestras sugerencias en orden a una ulterior consideración.

  1. Red de Unidades

En este caso se piensa en una red internacional o “alianza” de todas las Unidades ya comprometidas con la misión de la Congregación en una determinada Región (o de aquellas con un interés en dicha Región).

Cuando hablamos de “determinada Región” nos referimos a dos posibilidades: (1) a una determinada zona geográfica como, por ejemplo, el continente de África; (2) a una zona necesitada pastoralmente que presenta desafíos específicos, tales como la evangelización en un mundo secularizado.

El primer ejemplo será examinado más detalladamente en este documento cuando expongamos las propuestas para África:

Proponemos la creación de una red internacional de todas las Unidades ya comprometidas con la misión de la Congregación en África y de otras que, en el futuro, quieran asumir un compromiso en este continente.

Se tendría un encuentro periódico de este organismo internacional con la finalidad de estudiar los desafíos de la misión en esta zona, debatir temas de política y de relaciones mutuas, compartir recursos económicos y convertirse, así, en un instrumento para el establecimiento de diversas iniciativas y estructuras. Esto valdría tanto respecto a una Red para una determinada zona geográfica como para un concreto desafío pastoral.

Creemos que semejante solución ” de Redes” sería un instrumento más eficaz, al tiempo que la expresión de una mayor solidaridad, frente a lo que han sido las Unidades que han trabajado en paralelo, como ha sido el caso del pasado.

Vuestra respuesta a los modelos

Una vez más os hacemos un llamamiento a que, en vuestras reuniones de comunidad, de Unidad, y de Región, discutáis dichos modelos y manifestéis vuestra opinión acerca de “si” los mismos pueden ser más eficaces y “de qué forma” en orden a continuar la misión de la Congregación.

B.El Gobierno General

Para una reorganización más eficaz de la misión, necesitamos reconocer la autoridad que nuestras Constituciones atribuyen al Gobierno General. Así, en temas como nuestra respuesta a las urgencias pastorales o a las nuevas formas de misión, o a los nuevos modelos para reestructurar nuestra misión, afirmamos y aceptamos la iniciativa propia del Gobierno General. Esto es fundamental. Somos una Congregación internacional que vive en un tiempo que nos lleva a todos a una realidad globalizada. La solidaridad internacional en la misión es cada vez más esencial a medida que nos adentramos en el siglo XXI, y el Gobierno General tiene un cometido particular y una misión propia a este respeto.

Al decir esto, no queremos limitar las iniciativas y las responsabilidades en el seno de las Unidades, y entre ellas mismas, con respecto a la misión. Creemos que el presente documento aborda este punto de forma adecuada. No obstante, un aspecto esencial de la reestructuración será prestar atención a la función y a la autoridad del Gobierno General.

C.Comunidades internacionales e intercongregacionales

Donde la misión lo exija, debemos estar preparados para constituir comunidades internacionales teniendo en cuenta los diversos modelos arriba mencionados. El concepto de comunidad internacional continúa motivando la imaginación de muchos cohermanos, pero necesita ser examinado más atentamente, prestando especial atención a temas tales como una previa y adecuada preparación, líneas de autoridad, de administración y acerca de la forma de compartir recursos.

¿Cuál es su opinión, y cuáles son sus sugerencias, respecto a las comunidades internacionales?

En conexión con esto, pero reiterando la urgencia de la misión y del ministerio como primera motivación, se encuentra el concepto y la experiencia de las comunidades intercongregacionales que serán analizadas más adelante. Debemos, además, prestar mucha atención a la colaboración con los laicos y al modo como dicha realidad puede reflejarse en nuestra comunidad apostólica en el futuro.

Apartado III
Las Regiones

Introducción

En este apartado hacemos propuestas para cada una de las Regiones. Os pedimos que las consideréis y que nos deis vuestra opinión que apreciaremos mucho. Nos agradaría recibir también sugerencias sobre las demás propuestas que puedan ayudar a nuestra reestructuración en vistas a una mayor eficacia en la misión. Puede ser mejor empezar por la propia Región, pero también os invitamos a reflexionar sobre las propuestas presentadas para las demás Regiones.

Europa norte y Europa sur

En Europa, las Provincias de la Congregación están organizadas actualmente en dos Regiones: Europa Norte y Europa Sur. La comisión hablará de estas dos Regiones de forma conjunta: esto es significativo. Pensamos que las (V)Provincias de estas Regiones deberán encontrar nuevas vías para trabajar juntas, como Regiones, para llegar finalmente, quizá, a ser una sola Región.

Propuestas

  1. Considerando globalmente a Europa, el mayor desafío para la Congregación es el de hacer que los cohermanos pasen de la fragmentación, el aislamiento y la lucha por la supervivencia, a un sentido compartido de misión.

Debemos tener presente que la Congregación corre el peligro de desaparecer en grandes zonas de Europa.

Debemos recordar, igualmente, que muchas personas en el corazón de Europa padecen una realidad de verdadera pobreza: religiosa, cultural y económica.

Proponemos que las (V)Provincias de Europa (ambas Regiones conjuntamente) traten de individualizar estrategias en orden a una aportación redentorista a la “nueva evangelización de Europa” preconizada por la jerarquía eclesial y pedimos que las reuniones regionales de Europa Norte y Europa Sur en el 2006 creen una Comisión para organizar un simposio sobre “La aportación redentorista a la nueva evangelización de Europa”.

Sugerimos que este simposio tenga lugar en 2007.

A este respecto, deben tenerse presentes, entre otras muchas consideraciones, las siguientes:

–    las posibilidades que los santuarios y los lugares de peregrinación ofrecen a los Redentoristas en este sentido;

–    las amplias franjas de pobreza religiosa, cultural y económica existentes en el mismo corazón de Europa (en lugares como, por ejemplo, zonas de Alemania Oriental y de la República Checa); la particular sensibilidad redentorista hacia los más abandonados debe ocupar el centro de la reflexión.

Reconocemos la dificultad de organizar dicho simposio. Se corre el peligro de que se reduzca a una simple “palabrería”, privada de realismo. Sería una considerable ingenuidad correr semejante riesgo. No obstante, y a pesar de los posibles escollos, pensamos que es necesario correr el riesgo.

  1. Proponemos el desarrollo de una nueva y coherente misión redentorista en favor de la población inmigrante de Europa (especialmente los inmigrantes católicos).

Es evidente que dicha misión tendría que ser asumida contando con la colaboración de los laicos y en colaboración con otras Congregación religiosas. Es evidente también que dicha misión adaptada a Europa exigirá que las (V)Provincias encuentren nuevas formas de trabajar juntas. Esto exigirá igualmente cooperar con Provincias de otras Regiones.

  1. Proponemos que las (V)Provincias de Europa formen una red internacional dedicada a la pastoral juvenil.
  2. Proponemos que las dos Regiones, por el momento, continúen siendo dos, como actualmente.

La razón de lo anterior es que la estructura en dos Regiones está dando, de momento, sus frutos. En Europa Sur, dicha estructura ayuda a la primera formación y, en un sentido más amplio, a la formación continua. En Europa Norte, dicha estructura ha creado nuevos vínculos entre las (V)Provincias que, en la historia reciente, se encontraban separadas entre sí o aisladas unas de otras.

Existen, no obstante, otras funciones importantes y otras necesidades organizativas de igual importancia que no están bien atendidas por la actual estructura en dos Regiones. Falta una nueva y coherente visión para la misión redentorista en Europa. Hemos pensado que las (V)Provincias de estas Regiones tendrán que encontrar nuevos modos de trabajar juntas, más allá de sus límites regionales -, para llegar a ser finalmente, tal vez, una sola Región. Pedimos vuestro parecer en este sentido.

Asia-Oceanía

Los cohermanos de la Región de Asia-Oceanía trabajan en un área de enorme diversidad cultural, en una vastísima extensión geográfica, y entre poblaciones de muy alto índice demográfico. La Comisión reconoce la complejidad de la realidad de Asia-Oceanía. Dicha complejidad presenta ciertos desafíos y dificultades cuando se trata de reorganizar o reestructurar. No hace muchos años, para facilitar una mayor comunicación e interacción mutuas, la Región se dividió en cuatro (4) Sub-Regiones. Dichas Sub-Regiones han logrado un cierto éxito al posibilitar una mayor colaboración entre las Unidades de la Congregación dentro de la Región. Sin embargo, la Comisión cree firmemente que se facilitaría mucho más la reorganización dentro de esa Región si las Unidades de la misma trabajasen juntas en lugar de constituirse en sub-Regiones. Creemos que esto daría como resultado el que quedara más patente nuestra misión como Redentoristas en Asia-Oceanía hoy, además de evitar el peligro de que alguna Unidad de la Congregación se sintiera aislada o sin ayuda. Dicha reorganización facilitaría también una mayor colaboración y solidaridad en el seno de la Región; es decir, esto haría que se compartieran ideas y estrategias en vistas a la evangelización, al tiempo que permitiría a la misma Región mirar más allá de sus propias fronteras.

La comisión propone lo siguiente:

  1. Que la actual Región de Asia-Oceanía se constituya en una Conferencia de Redentoristas de Asia-Oceanía. Todas las Unidades de la actual Región formarían parte de dicha Conferencia; sus Superiores Mayores se reunirían anualmente para intercambiar opiniones, reflexionar juntos, discutir y tomar decisiones referentes a la vida apostólica redentorista de la Conferencia. El gobierno interno de la Conferencia y la autoridad en ella para tomar decisiones necesitarían de una ulterior reflexión y discusión. Pedimos vuestro parecer en este sentido.

1.1 Hay necesidades específicas dentro de la Conferencia que necesitan meditarse; por ejemplo, la formación inicial, las nuevas iniciativas pastorales, la economía y la posibilidad de responder a la petición de nuevas fundaciones en países en los que todavía no estamos presentes. La Comisión propone que, dentro de la Conferencia, se cree una “Federación” entre determinadas Unidades a fin de responder más eficazmente a las diversas necesidades. Un ejemplo de dicha federación sería el acuerdo actual entre Cebu, Manila, Bangkok, Ipoh y Canberra respecto a la formación inicial; y entre Ipoh, Indonesia y Cebu respecto a la misión en Borneo. Una vez más, se hace necesaria una ulterior reflexión sobre la autoridad encargada de tomar decisiones en dichas federaciones. En este punto, queremos también escuchar vuestra opinión al respecto.

1.2En algunos países de la Región como Australia, Japón y Nueva Zelanda, cuyas culturas están muy secularizadas, existen desafíos específicos para predicar el Evangelio. La Comisión propone que se cree una “Red” en la que los cohermanos de dichas Unidades puedan encontrarse y colaborar conjuntamente con cohermanos de otras Regiones que viven y trabajan en situaciones similares; por ejemplo, los cohermanos de Sudáfrica, Londres, Dublín y Región de América del Norte. Una Red parecida podría establecerse igualmente, por ejemplo, para estudiar el tema de cómo responder mejor a las necesidades pastorales de los pueblos indígenas.

2.En consonancia con el Principio Orientador N. 5, arriba expuesto, la Comisión pide que la reunión regional de julio de 2006 establezca una Comisión para organizar un simposio sobre la “Misión Redentorista en Asia-Oceanía en el siglo XXI” a fin de ayudar a las Unidades de la Región a discernir cómo responder mejor a las necesidades pastorales del pueblo de dicha Región y delinear estrategias que faciliten una respuesta adecuada, teniendo siempre presente el mandato de predicar el Evangelio a los pobres y a lo más abandonados.

2.1El simposio daría también su debido reconocimiento e importancia a los santuarios de Baclaran y de Singapur en orden a tomar decisiones concretas sobre la forma de fortalecer nuestra presencia allí y renovar nuestro compromiso con estos dos importantes sectores de nuestra tradición y de nuestra misión en Asia-Oceanía. Esperamos que llegue a constituirse una Comisión a nivel de Congregación para facilitar el desarrollo de nuestros santuarios a nivel mundial.

Reconocemos la dificultad de organizar dicho simposio. Corre el peligro de convertirse en una simple “palabrería”, sin realismo. Sería una considerable ingenuidad correr este riesgo. No obstante y a pesar de los posibles escollos, creemos que es necesario correr este riesgo.

  1. La reflexión teológica sobre la experiencia pastoral en “situaciones límite” es un componente esencial de nuestra herencia alfonsiana. En Asia-Oceanía, los cohermanos están constantemente enfrentados a la pobreza deshumanizadora, al fundamentalismo religioso, al nacionalismo militante, a la negación de los derechos humanos y a la destrucción del medio ambiente. En Asia-Oceanía, el diálogo del cristianismo con otras religiones es también una preocupación fundamental.

Proponemos para Asia-Oceanía el establecimiento de un centro de reflexión teológica sobre temas que son cruciales para la misionología hoy; en particular, sobre el tema del diálogo con la cultura, las religiones y los pobres. Este centro, aunque esté situado en Asia-Oceanía, debería considerarse como un proyecto de toda la Congregación y una riqueza para la misma. Esto debe tenerse en cuenta a la hora de asignarle recursos materiales y de personal.

América del Norte

La Región, denominada en la Congregación “América del Norte”, tiene una diversidad y una complejidad que no deben perderse de vista. Comprende, por ejemplo, (V)Provincias en USA, en Canadá, además de la Provincia de Yorkton (que expresa la realidad de una Iglesia distinta). Existen comunidades de cohermanos brasileños y polacos al servicio de determinadas necesidades pastorales y existen también cohermanos de la Viceprovincia Extra Patriam. Un buen programa para la reestructuración en vistas al futuro de esta Región no debe descuidar dicha diversidad.

Las (V)Provincias de la Región de América del Norte han emprendido en los últimos años una enorme reestructuración: reestructuración de (V)Provincias, de Institutos de formación y de ministerios. Dicha reestructuración se ha llevado a cabo como respuesta a una muy dramática disminución del número de cohermanos disponibles, pero ha sido también – felix culpa – ocasión para nuevas iniciativas en la pastoral y para una muy eficaz colaboración mutua; por ejemplo, en la formación.

Se han realizado grandes esfuerzos en vistas a la reestructuración dentro de las Provincias así como también en orden a la unión entre diversas Provincias. Esto ha consumido grandes energías y ha exigido, casi inevitablemente, muchos esfuerzos para la creación de nuevos acuerdos internos.

  1. Proponemos que las (V)Provincias de la Región organicen un simposio sobre “La actual misión redentorista en América del Norte: en busca de una visión compartida”.

Deberán tenerse en cuenta, entre otras muchas consideraciones, las siguientes:

 

– la diversidad de la “Región”.

– la sensibilidad redentorista hacia los que están fuera de la Iglesia; dicha sensibilidad debe ser una consideración fundamental así como también su aplicación a los nuevos movimientos de evangelización.

– el desafío de predicar el evangelio en culturas secularizadas y consumistas.

Reconocemos el peligro de que dicho simposio sea solamente una simple “palabrería” sin realismo, y que, para evitar dicho peligro, será necesaria una considerable dosis de ingenio. Reconocemos, además, que tal simposio requerirá grandes energías con las que no siempre es fácil contar. No obstante, y a pesar de los posibles escollos, proponemos dicho simposio a vuestra consideración en la confianza de que puede tratarse de un riesgo que merece la pena correr.

  1. La reestructuración en vistas al futuro debería mantener la diversidad en la Región así como también la mutua colaboración de todos a nivel regional.

¿Podría darse que en algunos casos – para algunos grupos de (V)Provincias – fuera más eficaz la colaboración con el modelo sugerido de “federación”?

Ambos modelos podrían darse al mismo tiempo sin detrimento de los beneficios que comporta la colaboración a nivel regional (como “Conferencia” regional), como, de hecho, ha venido desarrollándose de forma aceptable en la Región en los últimos años.

  1. América del Norte es un centro importante de inmigración, sobre todo de inmigrantes católicos.

Proponemos que se cree una Comisión para América del Norte que tenga como finalidad desarrollar la misión redentorista entre los inmigrantes de América del Norte.

Es probable que lo anterior exija trabajar conjuntamente con (V)Provincias de otras Regiones, y es obvio también que esta misión debe asumirse con ayuda de colaboradores laicos y en colaboración con otras Congregación religiosas. Deben establecerse, además, vínculos con el ministerio redentorista que se realiza en favor de los inmigrantes en otras Regiones.

Parte del trabajo de este ministerio es la promoción vocacional entre la población de inmigrantes.

  1. Las Provincias de América del Norte tienen una larga tradición en la ayuda al desarrollo de otras Provincias, especialmente las más necesitadas. Un modo de continuar esta misma tradición puede ser trabajar conjuntamente con otras Provincias en determinados proyectos.

En el apartado sobre África se propone que las Provincias con responsabilidades en proyectos en esta Región – o Provincias que deseen manifestar su solicitud y apoyo a la Región – trabajen juntas en una especial Alianza o Red. Esta Red sería un instrumento para el desarrollo, para el apoyo y la atención a la misión redentorista en África, además de ser también una forma de recíproco aprendizaje y de mutuo enriquecimiento.

  1. Proponemos que se apoye la decisión de fundar una nueva comunidad internacional comprometida con la pastoral del santuario de Ste-Anne de Beaupré.
  2. Los cohermanos de la Viceprovincia Extra Patriam atienden a necesidades pastorales diferentes, pero corren el peligro de aislarse. Proponemos que los responsables de la Viceprovincia Extra Patriam inviten a cohermanos de otras (V)Provincias de la Región a visitar y a conocer aún más su ministerio y su realidad. Debe estudiarse la posibilidad de algún acuerdo en beneficio mutuo.

América Latina y el Caribe

Aproximadamente un tercio de los cohermanos de la Congregación viven en esta Región. Su desarrollo es particularmente significativo y sus estructuras son extraordinariamente importantes para una misión eficaz.

En la Región de América Latina y el Caribe no se trabaja demasiado en base a reuniones regionales. Se hace, más bien, a nivel de las tres sub-Regiones existentes; es desde dicha realidad de sub-Regiones desde la que se desarrolla un esfuerzo eficaz para organizarse conjuntamente en vistas a la formación y a la misión sobrepasando las propias fronteras (V)Provinciales. Dichas sub-Regiones son: Unión de Redentoristas del Brasil (URB), Sub- Región del Norte de América Latina y el Caribe, y Unión de Redentoristas del Sur de América Latina (URSAL). En estas sub-Regiones se da una eficaz colaboración en la formación inicial, en la formación continua de los cohermanos y en la capacidad de responder a las necesidades que surgen de cara a la misión.

A pesar de todo, son también muchas las necesidades que hay que atender. En cada sub-Región se dan Unidades que son muy débiles y otras que encuentran difícil trabajar conjuntamente con las demás (a causa de la diferencia de mentalidad o de contextos concretos). Existen también dificultades a la hora de implementar decisiones en vistas a una misión eficaz a nivel regional y sub-regional.

La reestructuración de cara al futuro debe tener en cuenta los anteriores desafíos.

  1. Para facilitar un mejor proceso de toma de decisiones y de su puesta en práctica, sugerimos que, a nivel sub-regional, se tome en consideración el modelo de Conferencia.

A nivel regional, proponemos que los coordinadores de las sub-Regiones (o Conferencias) constituyan una Comisión permanente encargada del desarrollo de la solidaridad en orden a iniciativas misioneras redentoristas, de cara a la formación y respecto a la economía.

Entre los cometidos de la Comisión, enumeramos los siguientes:

(1)el discernimiento de nuevas propuestas para la misión,

(2)el desarrollo de la solidaridad interprovincial,

(3)la apertura a convenios en vistas a la misión en otros países y en favor de los más pobres,

(4)los temas referentes a la reestructuración propuesta para la Región.

2.Hay ejemplos de (V)Provincias que ya han desarrollado estructuras de colaboración de acuerdo, en cierta medida, con el modelo propuesto de Federación. Sugerimos que esto tenga un posterior desarrollo y se use de un modo más amplio, particularmente para ayudar a las (V)Provincias con escasos recursos.

3.Proponemos que cada sub-Región (o Conferencia) elaboren una “Ratio” común para la formación inicial en la misma.

El objeto de esto es contribuir a desarrollar una idea común sobre la identidad redentorista que pueda ser compartida por todos los cohermanos más jóvenes de la Región, facilitando así una más estrecha colaboración interprovincial, como exigirá cada vez más nuestra misión en el futuro.

  1. La correcta continuidad de la tradición intelectual de la Congregación en todo el mundo no estará garantizada sin una seria aportación de los cohermanos de esta Región.

Proponemos que las (V)Provincias de esta Región den prioridad a la formación de candidatos competentes a fin de llevar adelante nuestra tradición intelectual y teológica.

África

Introducción

El continente de África se debate hoy en su esfuerzo por encontrar su propio puesto en la comunidad internacional. De modo similar, el resto del mundo se interroga sobre el papel y la identidad de África dentro de un esquema global.

Una discusión paralela parece estar teniendo lugar igualmente dentro de la Iglesia en general, y de la Congregación en particular. Como Redentoristas, somos sensibles ante la fragilidad de nuestras nuevas fundaciones así como ante otras que no son tan nuevas en este vasto continente caracterizado por la extrema pobreza, la guerra, la emigración de la gente y las enfermedades (la más obvia y seria de las cuales es el SIDA). Corroboramos el valor y la perseverancia de nuestros cohermanos que continúan proclamando la abundante Redención superando todo obstáculo.

En cuanto Comisión para la Reestructuración, hacemos las siguientes propuestas dirigidas a la Región de África, conscientes de que, en algunos aspectos, el énfasis se pone más sobre la estructuración inicial que en la re– estructuración como tal. En esta fase no queremos pensar en una “Conferencia” para África.

Propuestas

  1. Proponemos la creación de una red internacional de todas las Unidades ya comprometidas con la misión de la Congregación en África así como de otras Unidades que puedan querer asumir en el futuro un compromiso en este continente.

Recomendamos reuniones regulares de dicho organismo con el fin de aprender sobre los desafíos de la misión en África, estudiar temas y políticas de mutuo interés, compartir recursos económicos a través de la creación de un Fondo para África y siendo un instrumento para el establecimiento de diversas estructuras e iniciativas, algunas de las cuales se explican de forma más detallada a continuación.

  1. Además de la mencionada red para África debería constituirse una Comisión Permanente para África.

Un intento de esto se hizo ya con la creación de un grupo de cuatro cohermanos formado por el Consultor General de la Región, por el miembro de la Comisión para la Reestructuración en África, y por los coordinadores para las lenguas inglesa y franco-portuguesa. Al mismo deberían sumarse también otros tres miembros más nombrados por la red arriba mencionada.

El cometido de la Comisión Permanente sería facilitar las reuniones del organismo de la red, crear y supervisar el Secretariado recomendado en la siguiente propuesta y supervisar la administración del “Fondo para África”, en colaboración con el Gobierno General y con el Secretariado general de Economía.

  1. Proponemos la creación de un Secretariado africano para la inculturación, la misionología y la espiritualidad.

El Secretariado quedaría sometido a las directrices del organismo arriba descrito. Sería interpelado por las siguientes preguntas: ¿Qué significa ser Redentorista hoy en África? ¿De qué forma debería encarnarse el Evangelio en la realidad pluricultural de este continente?

Aunque el Secretariado pueda requerir miembros distintos para la lengua francesa, portuguesa e inglesa, alentamos un esfuerzo combinado en la medida de lo posible. Fieles a la idea de Iglesia universal según el documento sinodal Ecclesia in Africa, un determinado enfoque redentorista sobre la inculturación, la misionología y la espiritualidad reuniría lo mejor de nuestra reflexión teológica, de nuestra vida apostólica y de nuestra colaboración para la formación en África. Recomendamos que se tengan, al mismo tiempo, reuniones regulares con el Instituto redentorista de similares características en Asia para tratar el tema del diálogo interreligioso. Alentamos la colaboración con otros institutos religiosos en África.

  1. Las estructuras actualmente existentes en África para la colaboración en la formación inicial tienen que consolidarse. Alentamos la apertura a los posibles recursos que el Secretariado para la inculturación pueda brindar. Lo mismo debe aplicarse a la formación continua así como también a la preparación conjunta para la emisión de los votos perpetuos.

A pesar de las dificultades y de las diversidades existentes, proponemos una ratio formationis común para toda África y una política común para las vocaciones, que deberá ser elaborada por los distintos Secretariados de Formación en colaboración con el Secretariado africano para la inculturación, misionología y espiritualidad.

  1. Proponemos una política general así como técnicas que sean un referente a la hora de la financiación de la formación inicial en la Región de África, todo lo cual deberá ser elaborado por el Secretariado general de Economía conjuntamente con las respectivas Unidades.

Debe dársele la bienvenida a la iniciativa tomada ya por el Secretariado de Economía en este sentido así como al aliento de ayuda económica procedente de la Congregación como un todo en orden a la formación inicial en África.

  1. Pensamos que todo lo anteriormente dicho debería desembocar en una nueva fundación en un país de África donde la Congregación aún no estuviera presente.

Proponemos que esa nueva fundación sea internacional y responda a una necesidad pastoral urgente en sintonía con el carisma y la misión de la Congregación. Debería combinarse en ella la proclamación explícita de la Palabra con proyectos sociales o de desarrollo, y todo ello en colaboración con los laicos asociados a la misión.

Conclusión

Por múltiples razones, esta discusión queda abierta en el sentido de que os invitamos a proseguir el debate. Lo que hemos sometido a vuestra consideración no ha sido otra cosa que “trabajos en curso”. No se trata de un documento final. La próxima redacción de un documento sobre la reestructuración tomará cuerpo sólo tras las reuniones regionales de mitad de sexenio, cuando se haya tenido la oportunidad de dialogar y de debatir lo aquí expuesto.

Serán fundamentales, por consiguiente, para el proceso a seguir, las respuestas que recibamos sobre el presente borrador. A este fin, señalamos la lista de nuestros correos electrónicos. Aunque cualquier aportación será bienvenida, esperamos que, en la práctica, la mayoría de las respuestas vengan de parte de las reuniones regionales en las que los miembros de la Comisión para la Reestructuración estarán presentes.

Una cuestión no tratada en este documento, pero que forma parte de nuestro cometido, es la referente al tema de la composición del Capítulo General. Será estudiada en nuestras futuras reuniones, especialmente a la luz de vuestras respuestas a este debate sobre los principios orientadores, los modelos de reestructuración y nuestras propuestas para las Regiones.

miembros de la Comisión

Juan Manuel Lasso de la Vega (Europa Sur)
[jmlasso@terra.es]

Con Casey (Europa-Norte)
[provlig@eircom.net]

Brendan Kelly (Asia-Oceanía)
[bjkcssrcb@yahoo.com.ph]

Ulysses da Silva (América Latina y el Caribe)
[peulysses@yahoo.com.br]

Guy Pilote (América del Norte)
[gpilote@cssr.net]

Larry Kaufmann (África)
[larrykaufmann@telkomsa.net]

[1] Con el término de “(Vice)Provincia” queremos designar e incluir a todas las diversas Unidades de la Congregación: Provincias, Viceprovincias, Regiones y Misiones.

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