(Nápoles, Italia) – Durante el retiro Provincial que se ha desarrollado del 7 al 11 de septiembre de 2015, los hermanos de la Provincia de Nápoles han tratado de responder a la invitación de Francisco en el releer su pasado con gratitud, vivir el presente con pasión, para abrazar el futuro con esperanza.
Las ideas propuestas por algunos hermanos de la misma provincia se complementaron con un fructífero intercambio de los participantes. A partir de la historia pasada que mostró el papel central asignado por Alfonso de Liguori a Cristo y una fuerte amistad con él, fuente de fraternidad simple y renovada en la comunidad. La pasión del presente nos lleva a redescubrir el papel de los centinelas y mensajeros de buenas noticias. La esperanza necesaria para abrazar el futuro sólo será eficaz si operativa, es decir, capaz de mover las cortinas como lo hizo Abraham, y sin pretender que todo esté claro. Una reflexión final inspirada en los “avisos de la vocación religiosa” queridos por San Alfonso, ha puesto en relieve las categorías bíblicas de cada llamado verdadero: la experiencia personal y comunitaria de Dios, la dimensión litúrgica y el desierto, la aceptación del fracaso y así sucesivamente.
El retiro fue también una oportunidad para festejar a los hermanos que celebran el jubileo de profesión religiosa. Otro momento importante fue la entrega a las diversas comunidades del icono de Nuestra Señora del Perpetuo Socorro, con el mandato de amarla y hacerla conocer.
Consegna MPS 05 La historia de la Provincia de Nápoles, en este sentido, es elocuente: por diversas razones, el icono hasta ahora no ha creado una tradición misionera y un culto igual a las que se encuentran en otros lugares. Sabemos que en Italia y en particular la devoción mariana del Sur está ligada a los muchos nombres con los cuales María es venerada, de una manera diferente en cada ciudad. Por otra parte, San Alfonso fue devoto a otro título, el de María Madre del Buen Consejo, y la iconografía mariana redentorista está llena de tantas imágenes queridas por nosotros, como Santa Maria dei Monti, el Alma Redemptoris Mater, Nuestra Señora de De Alteriis, la Virgen de los Siete Velos, etc.
Además de las diversas iniciativas bajo consideración para el Jubileo de Nuestra Señora del Perpetuo Socorro, sigue siendo un deseo que se espera hacer un compromiso concreto: captar el potencial misionero y catequético inherente a esta imagen confiada a nosotros, y hacer que el pueblo de Dios se enamore más y más.
Serafino Fiore