(Melbourne, Australia) – El gobierno australiano está a punto de enviar a 37 recién nacidos, 54 niños y sus familias de inmigrantes (267 personas en total) al campo de detención organizada en la isla de Nauru, en Manus Island, que acoge a todos los inmigrantes que llegan irregularmente, en barcazas, de países asiáticos vecinos, a Australia. Actualmente hay 10 mil personas en el campo, a la espera de ser repatriados. Esta medida está creando un intenso debate en el país. Por lo que se están realizando marchas de protesta en todas partes para evitar el envío de estas 267 personas a Nauru.
“Hace sólo unos pocos años, muchos australianos habrían considerado inconcebible que nuestros gobiernos impusiesen un trato de este tipo a los refugiados que buscan asilo en nuestro país”, escribe el p. Bruce Duncan, sacerdote redentorista australiano y director del Instituto para la Religión y la Política Social, con sede en Melbourne.
Muchos observadores critican la actitud del gobierno que, mediante el envío de personas a Nauru “se lava las manos de toda responsabilidad”, haciendo caso omiso a si esos niños serán tratados bien o si sus intereses serán tutelados. “La cuestión – señala el p. Duncan – genera una crisis de conciencia en la nación”, tanto en los políticos como en los ciudadanos, que reflexionan sobre “donde nos ha llevado la lógica de la disuasión de los solicitantes de asilo”.
La iglesia, las organizaciones que defienden los derechos humanos y las asociaciones de médicos reiteran que esta política de aislamiento está generando enfermedades mentales en miles de detenidos, sobre todo en los niños. Y se apelan al antiguo “derecho de asilo”.
El Artículo completo:
“Australia’s moral crisis: shipping babies and families off to Nauru”
http://www.cssr.org.au/justice_matters/dsp-default.cfm?loadref=1710