El día domingo 30 de octubre, todos los participantes y auxiliares del XXV Capítulo General que comenzará mañana por la mañana en el Centro Redentorista de Pattaya, Tailandia, fueron convocados a las 17 hs. en el Centro de Convenciones (recientemente construido), para compartir un aperitivo fraterno y luego una presentación de bienvenida.
Con la presencia del Sr. Obispo de Chanthaburi, monseñor Siri Phong; y el obispo emérito, monseñor Thienchai, del Superior General y su Consejo, de numerosas personas de la comunidad local y de los participantes del Capítulo, se inició este momento orante y recreativo. Luego de un momento de oración, en el que nos ayudaron a rezar el coro y la orquesta del Colegio Internacional de Bangkok (institución dirigida por los Redentoristas), el provincial de Tailandia, P. Joseph Apisit Kritsaralam, nos dio la bienvenida al Reino de Tailandia, “Tierra de la sonrisa”, animándonos con dos frases particulares, en el idioma local, “tomarse las cosas con calma” y “no importa”.
Luego de escuchar el himno nacional de Tailandia, con el que recordamos también especialmente al rey de este país, recientemente fallecido, escuchamos también a un coro de niños del “barrio de los niños del P. Ray”, un sistema de hogares que cuida de niños pequeños que no pueden estar con su familia.
Escuchamos también al coro de no videntes del Instituto para personas con necesidades especiales y a un grupo de jóvenes con capacidades especiales, que preparó una coreografía para nosotros. Luego nos animó un grupo de adolescentes, con una coreografía muy bien producida. También un coro de la comunidad filipina nos acompañó con su música.
Un hermano estudiante filipino que realiza aquí su año de integración pastoral, acompañado por el padre Damián (España), cantó “Alma misionera”. A continuación, el padre Damián y el coro filipino cantaron juntos la canción “Be not afraid” (no tengan miedo). El momento de reflexión, celebración y oración concluyó con otra canción, “As the river flows” (mientras fluye el río), con una invitación muy especial a continuar la evangelización.
Una cálida bienvenida de toda la comunidad, desde los más pequeños hasta los adultos, pasando por la energía y la música de los jóvenes, nos animó a vivir este Capítulo como tiempo de gracia y animación para la misión.
Carlos Furmento, CSsR
