El amanecer de un Espíritu inquieto

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Francisco Javier Caballero, CSsR – L. A. Gonzalo Díez – Cardenal Carlos Osoro

(Madrid) – El pasado 27 de marzo tuvo lugar la presentación del libro “Amanece, que es mucho” recientemente publicado por la Editorial Perpetuo Socorro, de la Provincia redentorista de Madrid. En este acto, moderado por el director de la editorial Francisco Javier Caballero, intervinieron el autor del libro, L. A. Gonzalo Díez, misionero claretiano y director de la revista Vida Religiosa; José Cristo Rey, catedrático de Teología de la Vida Religiosa y el Cardenal Carlos Osoro, Arzobispo de Madrid.

 

En la presentación, el director de la editorial PS, hizo memoria del trabajo realizado por esta editorial durante más de cien años, de forma especial al servicio de la teología moral, la pastoral y también la teología de la vida consagrada, como rasgo característico de la espiritualidad redentorista y alfonsiana. Así mismo, expresó la alegría por la gran acogida que está teniendo este libro en la vida religiosa española.

El cardenal Osoro, cercano y cómplice del espíritu que mueve la vida religiosa, quiso enmarcar este amanecer en un contexto de Iglesia, de enriquecimiento y de escucha. De esta manera invitó a todos los allí presentes a acercarse a la vida religiosa para ver la belleza que reside en ella, dijo: “Los consagrados regalan vida porque hoy hay hambre de esta belleza. Las vidas de los consagrados están dispuestas para que otro pueda encontrar la belleza en el encuentro con Jesucristo. Existe en nuestra sociedad este reclamo, y también esta respuesta, que tantas veces viene de la mano de la vida religiosa”. Él mismo, como pastor de la diócesis de Madrid, prometió un regalo que diariamente va confeccionando: un mapa de la ciudad en la que va marcando las distintas posiciones desde las que actúan los consagrados “porque este regalar vida, al servicio de los hombres, se da donde está presente la vida religiosa”.

 

¿Está amaneciendo un espíritu inquieto? A esta pregunta quiso responder el profesor del Instituto Teológico de Vida Religiosa, José Cristo Rey García. “La inquietud de Dios la manifiesta el Espíritu. Y la vida religiosa es consciente de ello”. El profesor pedía de este modo a los religiosos una vuelta a “lo esencial”, reclamando una vida religiosa que sepa colaborar con el Paráclito, y que por tanto, “sea siempre capaz de hacerse más pequeña, para colarse entre las rendijas; más humilde, por confiada; más compasiva y más libre”.

El autor, el P. Luis Alberto Gonzalo Díez, continuó en esta misma línea: “Creemos que la vida consagrada está en su momento. Un tiempo recreado por el Espíritu como a él le gusta hacer las cosas: desde lo sorprendente, imprevisible y no calculado”. Pero a su vez, este momento exige un cambio que posibilite este amanecer: “La vida consagrada necesita levantar la mirada de lo mucho que trae entre manos. Algunos de sus hijos e hijas hace tiempo que no tienen tiempo
–así de redundante y claro– para emocionarse o para cantar; para agradecer el don vocacional de la gratuidad o utopía, porque tienen que producir o vigilar o dirigir o contar… verbos con poco ensueño, que tienen más relación con los ciclos de producción que con los de salvación. Se debe amanecer a una comprensión diferente porque nos ayudará a estar menos obsesionados por sobrevivir y más abiertos a la sorpresa de la vida”.

Es este momento en el que la vida religiosa comienza a entender que lo que el Espíritu pide es mucho. Tanto que parece inasequible. Algo así como si se empezara a captar una nueva palabra: ruptura. No ya reforma, ni renovación. El Espíritu pide un amanecer, que rompa, poco a poco, con las tinieblas.

Finalmente, el director de la editorial PS, dio las gracias a todos por su presencia, por el testimonio de vida, de misión compartida, de don del Espíritu e intercongregacionalidad.

La Editorial Perpetuo Socorro continuará en su empeño por seguir anunciando amanecer.