El martes 19 de septiembre las islas que forman el archipiélago de Puerto Rico comenzaron a sentir la fuerza del Huracán María, de una magnitud de categoría 5. En la noche de ese martes los fuertes vientos y la lluvia se sintieron en San Juan. En la tarde el miércoles 20 de septiembre descubrimos los estragos ocasionados por este furioso huracán. Un archipiélago de islas que se caracterizaba por las diferentes tonalidades de verde en su flora, ahora se encuentra cubierto por un color marrón. Sin embargo, comenzamos a ver que de esa flora maltrecha brota con fuerza la vida con un nuevo esplendor y verdor.
En Puerto Rico no estábamos preparados para recibir un huracán de esa magnitud. La burocracia de los gobiernos afecta adversamente la distribución de la ayuda que se va recibiendo en el país.
A continuación, un breve resumen de lo que ha acontecido en el país durante estos días.
COMUNICACIONES:
El huracán arrasó con todos los sistemas de comunicación. El gobierno de Puerto Rico (policía, administración central, municipios, agencias, departamentos del estado) se quedó sin comunicaciones con el pueblo. Sólo permaneció en el aire una estación de radio. A través de los años los puertorriqueños habíamos cambiado el sistema de telefonía a la forma digital.
Casi todas las compañías de celulares e internet perdieron sus antenas y estructuras. Después de varios días FEMA (agencia de los EUA encargada de ayudar en los desastres) comenzó a distribuir teléfonos satelitales al gobierno.
Los primeros teléfonos distribuidos no funcionaron y la queja de algunos alcaldes es que los segundos que enviaron no funcionaban donde se necesitaban. A tres semanas del huracán, seguimos incomunicados.
En las carreteras encontramos los postes del tendido eléctrico, de la telefonía. Las carreteras quedaron obstaculizadas por los árboles, derrumbe de carreteras y tierra. Hay pueblos que se encuentran incomunicados. La falta o dificultad en la comunicación ha impedido conocer la situación en algunas áreas del país. Esta situación afecta la distribución de ayuda a los necesitados.
El aeropuerto internacional perdió los radares y se arruinó la torre de control. Los primeros días sólo se permitieron la llegada de vuelos militares u oficiales. Poco a poco el aeropuerto ha recuperado su dinámica.
SERVICIOS DE AGUA POTABLE Y ELECTRICIDAD: A tres semanas del evento, el gobierno informa que el 60% de la población cuenta con el servicio de agua potable. Se ha preparado un programa en la que se van alternando por días los sectores que tienen agua. El sistema de distribución de energía eléctrica quedo totalmente destruido. La falta de electricidad afecta el sistema de acueductos, los hospitales, el aeropuerto, puertos… Aunque en este momento los celadores de la Autoridad de Energía Eléctrica se encuentran trabajando, intentando reestablecer la electricidad, aproximadamente cerca del 95% de la población no tenemos servicio de energía eléctrica.
SERVICIOS DE SALUD: La falta de electricidad afectó los servicios de salud a la población. El gobierno ha intentado hacer llegar la electricidad a algunos de los principales de los hospitales. Algunos de los hospitales han recibido generadores eléctricos para su funcionamiento, aunque en la primera semana se hizo difícil conseguir el combustible para esos generadores. En los hospitales abiertos hay una gran congestión de pacientes. Se están dado casos en pacientes que necesitan estar en la sala de cuidado intensivo tienen que esperar días en la sala de emergencia.
Las aguas estancadas van creando el ambiente propicio para la propagación de mosquitos. Esto amenaza la transmisión del dengue, chikunguña y zika. En algunos municipios se reportan cantidades considerables de personas con sarna humana, conjuntivitis y leptospirosis.
ALIMENTOS: En los puertos y en el aeropuerto del país hay toneladas de alimentos. La burocracia tanto del gobierno de los Estados Unidos como de Puerto Rico han dificultado la llegada de esos suministros a la población. La coordinación de cómo hacer llegar esos alimentos a los necesitados ha sido deficiente. Los pobres que reciben una asistencia del gobierno para la alimentación utilizaban una tarjeta de débito. Por la falta de electricidad y que los bancos no tienen sistema de ATH/ATM no han podido acceder a la compra de alimentos. Casi todo tiene que pagado en efectivo.
La falta de electricidad dificulta que los supermercados, negocios de comida puedan ofrecer sus servicios. Hay largas filas de personas buscando conseguir los alimentos para sus familias.
VIVIENDA: El gobierno ha informado que más de 250,000 viviendas se perdieron durante el paso del huracán. Encontramos familias viviendo en casas sin techos. Los refugios son una estructura temporera con capacidad de albergar personas por varios días. Según transcurre el tiempo la situación de los refugiados se complica.
EDUCACIÓN: Varias de las escuelas del sistema público sufrieron daños. Otras escuelas son utilizadas como refugio. Se espera que para finales del mes de octubre se continúe con el semestre escolar. Las escuelas redentoristas o aquellas que están asociadas por un contrato con nosotros ya comenzaron a ofrecer las clases, ofreciendo ayudas y servicios a los alumnos y sus familiares.
EMIGRACIÓN: Durante los últimos años se ha producido el fenómeno de la emigración de los puertorriqueños hacia los Estados Unidos. Las condiciones en la que se encuentra Puerto Rico han alentado a algunos a contemplar la posibilidad de la emigración en busca de empleos, servicios de salud y educación para los hijos. En algunos casos los hijos que se encuentran fuera de Puerto Rico han buscado la forma que sus padres ancianos se muden (aunque sea temporeramente) a los estados.
MISIONES REDENTORISTAS:
PUERTA DE TIERRA:
El sector Puerta de Tierra ha sufrido grandes daños. Algunos comercios fueron vandalizados o saqueados en diferentes momentos. Como todo Puerto Rico, estamos sin electricidad o comunicaciones. Nuestra comunidad de San Agustín sufrió daños en la casa de la comunidad, en el templo, y los otros edificios. El agua penetró en todas las habitaciones de la casa arruinando el mobiliario, el viento reventó algunas de las ventanas y cristales de la casa. La sala de la comunidad se encuentra destruida. Dos de las puertas en la entrada del Templo fueron derribadas. Varios vitrales se rompieron (incluyendo el del Santísimo Redentor).
GUAYAMA:
El pueblo de Guayama esta devastado. De la majestosa plaza han quedado unos árboles torcidos y quebrados. La mayoría de las casas de madera se encuentran en el suelo. Algunas de las capillas de la Parroquia sufrieron daños. La comunidad redentorista se ha mantenido solidaria con la población, ofreciendo servicios y las facilidades para las necesidades del pueblo.
SAN LORENZO:
En San Lorenzo la comunicación entre los barrios se obstaculiza por la cantidad de tendido eléctrico y árboles en las carreteras. Algunas capillas sufrieron daños a su estructura
AGUAS BUENAS:
Parroquia Los Tres Santos Reyes: En la parroquia se afectaron algunas capillas. El municipio estuvo incomunicado con las comunidades en el campo por los árboles que se cayeron y los derrumbes en las carreteras.
Casa Cristo Redentor: Nuestra Casa Cristo Redentor (casa de retiros) sufrió daños en algunos techos de las edificaciones. El antiguo noviciado de la provincia tuvo daños considerables. Muchos de los árboles se cayeron. La comunidad redentorista con un grupo de laicos ha ido trabajando en la Casa con la esperanza que para el 15 de octubre las facilidades estén recibiendo personas y estudiantes para participar de las actividades.
Academia San Alfonso: Los edificios de la Academia San Alfonso se afectaron grandemente. Sin embargo, la facultad y algunos padres trabajaron fuertemente para comenzar las clases la pasada semana.
Los redentoristas estamos en medio del pueblo, dando testimonio del Redentor con esperanza y solidaridad, según los puertorriqueños asumen la reconstrucción de la nación. Durante estos días hemos sido testigos de un pueblo que es fraterno, trabajador, generoso y solidario. Puerto Rico se renueva como una planta que es podada, con mayor vigor, mayor capacidad de dar el mejor fruto.
Felipe Santiago