(Dublín, Irlanda) – Los organizadores del Encuentro Mundial de las Familias, que se celebrará del 22 al 26 de agosto en Irlanda, han encargado para la ocasión un magnífico icono de la Sagrada Familia. Bendecido por el arzobispo Diarmuid Martin, presidente del encuentro de Dublín, y presentado al Papa, estará en el centro de las celebraciones e invitará a los participantes a meditar sobre la belleza de la vida familiar.
Elaborado según la tradición del modelo en forma de tríptico —tres paneles de madera con dos puertas que lo protegen—, el icono elegido para acompañar el Encuentro Mundial de las Familias fue realizado por el iconógrafo Mihai Cucu, artista rumano, asistido por las Hermanas Redentoristas del Monasterio de San Alfonso de Dublín. El panel central del icono presenta a la Sagrada Familia, Jesús, María y José, sentados a la mesa y compartiendo una comida. Esta imagen recuerda el famoso icono de la Santísima Trinidad del siglo XV del monje ortodoxo ruso Andrei Rublev.
A cada lado del panel central, dos frescos evocan escenas del Evangelio. El de la izquierda evoca la resurrección de la hija de Jairo y el de la derecha la boda de Caná. Estos dos episodios dan testimonio del lugar que ocupa la vida familiar en la enseñanza de Jesucristo y del amor que Dios le tiene, a pesar de las pruebas que afronta. Los arcángeles Miguel y Gabriel están en el exterior de las puertas y, en actitud de adoración, se prosternan ante Dios.
Bajo las puertas del icono está la inscripción latina Amoris Laetitia, “la alegría del amor”, título de la exhortación postsinodal del papa Francisco. Este documento será el punto de partida para las discusiones del Encuentro Mundial de las Familias.
Una Icono para entrar en oración
Con este icono elemento central en alguna de las celebraciones de este Encuentro Mundial de las Familias, se nos invita a (re)descubrir el significado de los iconos. Derivada del griego, la palabra ‘icono’ significa ‘imagen’. Un icono no es una fotografía o un retrato. Como los Evangelios, pero de manera visual, nos invita a la oración.
Según escribió el patriarca Bartolomé de la Iglesia ortodoxa griega:
“Un icono no es una mera pintura religiosa y no es, por definición, un objeto religioso. Ciertamente, es un sujeto con el que el espectador, el devoto, entra en un diálogo sin palabras a través del sentido de la vista. Para un cristiano ortodoxo, el encuentro con el icono es un acto de comunión con la persona representada en él”.
(aleteia.org)
