(Roma) – Después de cuatro años de colaboración en el trabajo de la curia general de la Congregación del Santísimo Redentor en Roma, está de regreso a Goiás para asumir otras actividades pastorales. Vivir en Roma fue una experiencia de crecimiento y aprendizaje. En este tiempo, además del trabajo en lo que respecta la economía de la congregación, tuve la oportunidad de hacer un master en economía y administración eclesiástica en el Instituto de Teología de la Vida Consagrada (Claretianum), ligado a la Pontificia Universidad Lateranense y colaborar en el trabajo realizado por el equipo del economato general.
Vivir en Roma ha sido una oportunidad especial para conocer la congregación en sus diversas realidades. Entender nuestra acción de evangelización en el mundo y la multiplicidad de la dinámica pastoral. La riqueza de la congregación está en su carisma actual, dinámico y su actuación en las realidades más desafiantes en todo el mundo. Con el trabajo realizado por el equipo del economato general, pude entender la importancia de la solidaridad, tanto material como misionera. Esparcidos por el mundo, tenemos ejemplos concretos del compromiso heredado por San Alfonso y por nuestros predecesores.
La Congregación Redentorista vive un hermoso tiempo de reevaluación del proyecto misionero y de reestructuración de sus equipos en todos los continentes. Retorno a Brasil con el corazón entusiasmado por la misión, con la certeza de haber crecido humana y espiritualmente. Vuelvo con la certeza de que necesitamos esforzarnos al máximo para continuar anunciando al Redentor, a los más pobres y abandonados el Evangelio de la salvación, que nos inspira a vivir compartiendo con alegría.
Hermano Michael Goulart, CSSR
Nota de la redacción: El pasado 12 de enero, el hermano Michael tuvo la oportunidad de participar en una audiencia privada con el Papa Francisco, cuando recibió la bendición para reanudar sus trabajos misioneros en Brasil. Irá a la comunidad redentorista de Campinas, y colaborará tanto en el Santuario Basílica Nuestra Señora del Perpetuo Socorro, en Goiânia, como en la dirección financiera de la Vila São Cottolengo, en Trinidad.
