8 pasos para ser un misionero redentorista

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Elegir un camino, discernir nuestra vocación no siempre es fácil. Pueden presentarse muchos desafíos y, a menudo, es difícil ser claro acerca de los pasos a seguir hasta que, efectivamente, “llega”. Para quienes eligen la vida religiosa no es diferente. Conozca el recorrido vocacional y formativo de los Misioneros Redentoristas en ocho pasos:

1- Sentir el llamado de Dios por la vida religiosa.

La comprensión de la vocación pasa por el crecimiento personal y la maduración como cristiano. Esto se hace a través de la oración constante, la participación en la comunidad y la Eucaristía. Estos tres pilares son la base para que la persona joven responda conscientemente al llamado de Dios.

2- Conocer los diversos carismas de la Iglesia.

La Iglesia católica es rica en dones y carismas. Muchas congregaciones, institutos y comunidades están dispersas por todo Brasil y el mundo, cada una con una historia y una misión diferentes. Es importante que los jóvenes busquen a estas familias religiosas y conozcan a aquellas que despiertan su interés según las áreas de actividad. Discernir es saber!

3- Establecer un contacto con la Pastoral Vocacional Redentorista.

Al darse cuenta de que la Vida Religiosa Redentorista puede ser su camino, es necesario contactar la Pastoral de Vocaciones para comenzar el acompañamiento vocacional. En este primer contacto, se le solicita información básica como la edad, el lugar de residencia y la educación. Con estos datos en la mano, la Congregación Redentorista envía al joven a la unidad Redentorista más cercana.

4- Inicia el acompañamiento vocacional.

Después de analizar los datos, se invita al candidato a iniciar el acompañamiento vocacional. Esta es una gran oportunidad para que el joven conozca mejor el carisma y la misión de la Congregación Redentorista. Por lo general, este proceso dura aproximadamente un año y se realiza a través de Internet y la participación en reuniones vocacionales.

5- Participar en reuniones vocacionales.

Las reuniones son fundamentales para la continuidad del proceso de discernimiento. Estos son momentos únicos en los que los jóvenes tienen la oportunidad de vivir con los Misioneros Redentoristas por unos días, compartiendo experiencias y conociendo más de cerca la rutina de una casa de formación. Es importante recordar que nadie se une a la Congregación Redentorista sin haber participado en reuniones vocacionales.

6- Unirse a la formación redentorista.

Después del acompañamiento, considerado adecuado para experimentar la experiencia formativa, el candidato es bienvenido en una casa de formación. El momento tan esperado de entrar en el seminario ha llegado. El discernimiento vocacional continúa a lo largo del proceso formativo, que dura un promedio de 10 años.

7- Asumir la misión redentorista como meta de la vida.

Cada nuevo día es una nueva oportunidad para aprender más sobre la vida de la comunidad y sobre la Misión Redentorista. Este es el propósito del viaje formativo, que asiste en la confirmación de la Vocación Redentorista.

8- Profesar los votos de pobreza, castidad, obediencia y perseverancia.

Habiendo experimentado todas las etapas del proceso formativo, el joven se consagra a través de los votos evangélicos como un Misionero Redentorista. De esta manera, algunos optan por la vida sacerdotal y otros por ser hermanos redentoristas. Todos comparten el mismo carisma y espiritualidad. La diferencia entre estas dos opciones es la cuestión ministerial, el servicio, el Sacramento de la Orden, que recibe el sacerdocio. Un misionero toma los votos de pobreza, castidad, obediencia y voto de perseverancia.

Thamara Gomes

(www.a12.com)