Una redención especial

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fot. by C. Peters

Un crucifijo al borde de una carretera en la periferia norte de Tilburg, la ciudad de procedencia del Beato Pedro Donders. ¿Por qué?

El 27 de octubre, en Tilburg, se celebra la liberación de las tropas alemanas de ocupación por las tropas escocesas hace 75 años, comenzando justo en el vecindario donde nació el Beato Pedro Donders y en su cumpleaños, el 27 de octubre,  hace 135 años en el 1944. Durante la Segunda Guerra Mundial, la gente en Tilburg a menudo rezaba: “Nuestra Señora, empújalos un poco más. Beato Pedro, empújalos otro metro”, señalando las bombas arrojadas. Por eso, no consideran una simple casualidad que Tilburg no sufrió tanto por las bombas como otras ciudades en los Países Bajos, y ciertamente no fue por casualidad que fueron liberados en el cumpleaños de su hijo más famoso y querido. Simplemente lo atribuyen a la intercesión de Pedro Donders.

En recuerdo de esto, el crucifijo fue colocado en la esquina del santuario en Tilburg diez años después, en 1954, donado por un devoto desconocido del entonces Venerable Pedro Donders.

fot. by E. Becx

Precedido por la inauguración de una nueva exposición temporal, titulada “Los últimos testigos”, el sábado en el Pabellón Peerke Donders, Museo de la Caridad, el domingo, como todos los años en el 27 de octubre, se celebra una misa en la capilla en el Parque Peerke Donders, en la doble conmemoración: la del nacimiento de Pedro Donders y la de la liberación de Tilburg. Se reitera que Pedro Donders no hizo discriminaciones, ni por raza, ni por origen o religión. Al amar a todos los seres humanos tan ardientemente como amaba a Dios, contribuyó a una coexistencia pacífica de personas de diferentes culturas y religiones, de la cual Surinam hoy es un buen ejemplo y a la cual también los habitantes de Tilburg se comprometen.

¡Demos gracias a Dios por el inspirador ejemplo del Beato Pedro Donders! ¡Que nos ayude a contribuir también a un mundo pacífico!

fot. by K. Vos

Un Faya Lobi (“amor ardiente”), la flor nacional de Surinam que floreció durante mucho tiempo junto a la tumba del Beato Pedro Donders, pero que ahora, tal vez simbólicamente, es sustituida por una variedad de flores en varios colores.

Claudia Peters