Pocos días después de la devastadora explosión, Beirut sigue evaluando las pérdidas y organizando la vida de los habitantes. Los padres redentoristas, que sirven en la capital libanesa, están ayudando a ayudar a las víctimas de esta explosión. “Podemos sentir que al estar con las personas estamos cumpliendo nuestra misión en el mundo herido”, dice el P. Binoy Mandapathil, superior de la misión.
Después del evento vemos a los libaneses organizando algunos grupos para limpiar y hacer los arreglos necesarios para la zona. La mayoría de las víctimas viven en otros hogares. No hay luz ni agua. La ayuda inmediata es proporcionarles comida y agua. Hoy podríamos hacer nuestra pequeña contribución a 100 personas proporcionándoles comida y agua. La gente lo recibió con lágrimas en los ojos. También nos pidieron que les ayudáramos a darles medicinas y reparar sus casas destrozadas. Caminando de casa en casa pudimos experimentar cómo las personas pueden sobrevivir a este trauma. Todos dicen que es Dios quien nos salvó. En la sociedad multirreligiosa y multirreligiosa, aquí, después de que el dolor ha tocado a la persona, la división no existe. Podemos sentir que al estar con personas estamos cumpliendo nuestra misión en el mundo herido.
Padre Binoy Mandapathil CSsR
