(del Blog de la Academia Alfonsiana)
A excepción de los servicios de inteligencia y militares, una de las áreas que más se aplica a la vigilancia es la salud. Si tomamos, por ejemplo, la ciencia médica, de anatomía, anamnesis, análisis de fluidos, estadísticas, manuales de clasificación, tecnología de imagen, diagnóstico y prevención, se verifica la aplicabilidad no solo de procedimientos, métodos, técnicas, sino también tecnologías sofisticadas, imagenología, robótica y otros para comprender un determinado fenómeno y patógenos. Es común utilizar los términos vigilancia sanitaria, epidemiológica, ambiental, etc. En este sentido, todo este conjunto de conocimientos y tecnologías es de suma importancia y beneficio para los gobiernos para la elaboración de políticas de salud, prevención, combate, control y erradicación de enfermedades y está garantizado a través de la inversión en educación, investigación científica y tecnológica, saneamiento e inclusión social. Por tanto, se apunta al bienestar de la población.
La pandemia de COVID-19 es una de esas realidades en las que se ha aplicado de forma concreta el concepto de vigilancia. En poco tiempo se produjeron grandes cantidades de investigación, estudios de vacunas, pruebas de detección, formularios de identificación de pacientes y aplicaciones de geolocalización para indicar áreas de mayor incidencia del virus para la prevención (Immuni, COVIDSafe, OpenTrace, etc.)[1].
French y Monahan afirman que “en medio de esta crisis, una respuesta institucionalizada promete un mínimo de certeza: la vigilancia. Los recuentos diarios de casos confirmados, junto con un catálogo de la cantidad de muertes relacionadas con COVID-19, funcionan para brindar a las autoridades un terreno común para la acción. Aunque, si bien proporciona una contabilidad concreta de la prevalencia e incidencia, la vigilancia de COVID-19 también produce una serie de incertidumbres. Estas incertidumbres comienzan a surgir cuando nos preguntamos qué, exactamente, es la vigilancia de COVID-19?”[2] .
El uso de estos medios proporciona multitud de información a los sistemas de salud gubernamentales sobre la población que va desde donde vive el sujeto, clase social, enfermedades preexistentes, crónicas y comorbilidades patógenas. Con estos datos en la mano, es posible diseñar las diferentes políticas de salud. Sin embargo, hay gobiernos que tienen esta información y no la utilizan para combatir la pandemia en sí, y pueden usar estos recursos de manera ilícita para controlar a su propia población, fortalecer sus dictaduras o enfriar las democracias. Dicha información puede servir tanto para uso político de control, seguimiento, para facilitar o dificultar la accesibilidad de las poblaciones a los servicios de salud, para ser vendida a las empresas para orientar sus políticas de seguimiento de poblaciones, para identificar el consumo de bienes de salud y para determinar la producción y venderlos.
Es muy difícil para la gente común darse cuenta de que son víctimas de vigilancia, especialmente en el contexto de una pandemia que ha transformado la vida personal y social en todo el mundo. La producción de información tergiversada, a través de fake news, imposibilita tomar más conciencia del uso ético de la vigilancia y qué escapa a este propósito. La contravigilancia, en este caso, puede y debe ser ejercida por centros de investigación, universidades, investigadores, filósofos, sociólogos que se guíen por criterios éticos bien definidos y ofrezcan a las poblaciones información transparente para que sean conscientes de su información los recursos personales se utilizan de manera razonable y racional para el bienestar social y también para empoderarlos (empowerment).[3]
Rogério Gomes CSsR [4]
[1] Disponível em: https://en.wikipedia.org/wiki/COVID-19_apps. Acesso em 30 agosto 2020.
[2] FRENCH, Martin, MONAHAN, Torin. 2020. “Dis-ease Surveillance: How Might Surveillance Studies
Address COVID-19?”. Surveillance & Society 18(1), p. 3-4. Disponível em: https://ojs.library.queensu.ca/index.php/surveillance-and-society/index. Acesso em 30 agosto 2020.
[3] MONAHAN, Torin, PHILLIPS, David J., WOOD, David Murakami. “Surveillance and Empowerment”. Surveillance & Society 8(2) 2016, p. 106-112. Disponível em: https://ojs.library.queensu.ca/index.php/surveillance-and-society/article/view/3480/3434. Acesso em: 30 agosto 2020.