Mensaje de Navidad del P. Michael Brehl, C.Ss.R., Superior General
Hermanos y hermanas en Cristo nuestro Redentor,
¡Saludos desde Roma mientras nos preparamos para celebrar la Navidad, la gran fiesta de la Encarnación!
Para muchos de nosotros, la Navidad será diferente este año. Todos somos conscientes de las restricciones que enfrentamos. Sabemos muy bien las grandes pérdidas que hemos sufrido durante esta pandemia. Algunos de nosotros estamos desanimados y ansiosos. ¡Algunos han hablado de “cancelar” la Navidad! ¡Hermanos y hermanas, no podríamos cancelar la Navidad aunque quisiéramos! Reyes y dictadores, guerras y plagas, todos han tratado de cancelar la Navidad en épocas pasadas, y nunca lo han logrado. Porque la Navidad no depende de nosotros. ¡Depende de Dios – es la iniciativa de Dios!
Esta Navidad necesitamos abrir los ojos a las oportunidades que quizás no hemos visto en el pasado. Nuestras celebraciones serán más sencillas, quizás incluso más tranquilas y pequeñas. Pero Dios viene a nosotros en nuestro mundo herido hoy, al igual que Jesucristo nació en un mundo muy herido y sufriente hace más de 2000 años.
Dios nos visita hoy en nuestras familias y en nuestras comunidades. Dios viene a nosotros en las personas que conocemos tan bien, y en los extraños que pueden venir a nuestra puerta en busca de ayuda – en los pobres y en los migrantes, en los niños y en nuestros ancianos. Y a través de nosotros, Dios también visitará a otros.
Esta Navidad, el Papa Francisco nos invita a soñar de nuevo el sueño de Dios, y a ver este mundo como Dios lo ve – no con nuestros ojos, sino con nuestros corazones.
Esta Navidad, que reconozcamos lo que es realmente lo más importante de todo – que Jesús viene como nuestro Redentor, y como nuestro hermano, y que todos nosotros somos hermanos y hermanas unos de otros.
Por favor, recuerden rezar por los demás, y no olviden rezar por mí.
¡Que disfruten de una bendita y alegre Navidad dondequiera que la encuentren!
