También este año la PJVR se presentó con alegría y entusiasmo: del 18 al 20 de junio tuvo lugar el Campamento de Animadores en la casa Redentorista de Colle “Sant’Alfonso” que acogió con cariño a todos los participantes.
Después de un año de preparación y actividad en el campo de la pastoral, los animadores y jóvenes de las distintas comunidades, con la sabia guía de los sacerdotes, aceptaron de inmediato la invitación a hacer su propia contribución humana y espiritual en los días que acaban de transcurrir.
Los días de actividades, de hecho, se sucedieron según un programa bien estructurado, alternando momentos de oración, trabajo, juego y compartir. El tema básico fue la “llamada” a la animación, que se examinó en todos los puntos para que todos pudieran comprender plenamente su significado.
Fueron fructíferos los encuentros de catequesis y formación animados por las dos comisiones de PJVR de Roma y Nápoles que, con celo y dedicación, supieron captar y transmitir los elementos esenciales a cada uno. Los momentos vividos fueron variados y múltiples: cada uno pudo convertirse en parte integrante de un grupo heterogéneo.
Por primera vez, las provincias napolitana y romana han trabajado para perseguir los mismos objetivos: un único denominador común para tejer un intercambio renovado en nombre de la inclusión.
Gracias a la presencia de las diferentes realidades redentoristas, hemos comprendido la belleza y la maravilla de conocer y hacer suyas las características de los demás: cada uno se compromete a ofrecer algo que lo caracteriza para ponerlo en comunión con los demás.
Aún puedo ver en mis ojos las sonrisas, las miradas festivas y atentas de mis compañeros de viaje: mientras escribo, saboreo los momentos vividos en las actividades del encuentro … momentos de fundamental importancia que han sentado las bases para permitirnos elaborar momentos de oración, organizar encuentros pastorales y sobre todo poner en marcha momentos de evangelización popular.
En resumen, compartir nunca ha faltado.
Desde el punto de vista técnico hemos recibido las nociones necesarias para “afrontar” los retos del buen animador (organizar un encuentro PJVR, un momento de oración o evangelización en la calle), mientras que desde el punto de vista espiritual hemos recibido los mayores de dones: la presencia de Jesús De hecho, los momentos de oración vividos son fundamentales: desde la reflexión personal en el momento del Desierto para el discernimiento interior hasta la tarde de adoración que ha completado todo el trabajo realizado.
Se siguió un viaje en grupo con la ayuda de unos simples elementos: una cuerda estirada por manos que se cruzaban, tenues resplandores de velas que iluminaban la oscuridad del bosque, la Palabra del Evangelio y la luz de Cristo Redentor.
La pastoral juvenil, por tanto, no es un camino sencillo, sino un estilo de vida que se ajusta al celo misionero de anunciar a los demás la alegría que se guarda en el corazón.
Será difícil olvidar los abrazos, las miradas, las sonrisas, las lágrimas caídas por las emociones vividas …
Solo tomó unos días crear esos lazos que nadie podrá romper, esos lazos que solo la PJVR puede atar en el corazón de todos nosotros.
(Roberto Maiorino, pjvr Pagani)
CAMPO ANIMATORI, Colle S. Alfonso, 18 – 20 junio 2021