El paso de la Modernidad a la Post-Modernidad ha traído consigo una serie de cambios: de la unidad que regía en la Modernidad se ha pasado a la diversidad en la Post-Modernidad; de lo absoluto se ha pasado a lo relativo; dele esfuerzo se ha pasado a buscar el placer; de la razón se ha pasado al sentimiento; de lo objetivo se ha pasado a lo subjetivo.
Uno de estos cambios es el paso de lo fuerte a lo ‘light’ (lo blando, lo muelle, lo cómodo); Ricardo Cuadrado T., en su libro Valores para el joven llamado a ser feliz (1.992) hace la descripción de lo que es ‘la persona light’:
- “La persona light tiene, ante todo, un pensamiento débil, le faltan principios.
- • La persona light se preocupa solo de lo práctico y de lo inmediato; su lema es ‘pasarlo bien en cada momento’.
- La persona light se instala en el relativismo de que ‘todo da igual’; siente curiosidad por todo, pero es profundamente superficial.
- La persona light camina sin finalidad y sin proyectos; por lo mismo, todo para ella es espontáneo y permisivo.
- La persona light se basa y se refleja en los datos estadísticos; encuentra la verdad de su argumentación en las estadísticas.
- La persona light piensa y obra con mentalidad consumista: tener más para consumir más.
- La persona light admite sin muchos inconvenientes los grandes problemas de nuestra sociedad, pero no toma postura militante frente a ellos.
- La persona light es como el tele-espectador con mando a distancia que cambia continuamente de canal, sin saber lo que hay en cada uno y buscando no se sabe qué”.
El término ’light’ ha entrado en el lenguaje corriente de nuestro tiempo: se habla del menú light, de la cerveza light, del tabaco light; incluso ya los escritores aluden al ‘hombre light’ (Enrique Rojas), a la ‘mujer light’ (Silvia Itkin). Pero es, sobre todo, el joven de hoy quien en mejor forma encarna la mentalidad ‘light’. Si se curiosea la habitación de un joven postmoderno, podremos encontrar que las paredes están cubiertas con los posters de ‘Marx’, del ‘Che Guevara’, de ‘Michael Jackson’, del deportista del año, de la actriz de cine y también la imagen de Jesús de Nazareth: todos están al mismo nivel y en igualdad de importancia; ninguno vale más, ninguno vale menos.
Una consecuencia a tener presente es que la persona ‘light’ o ‘persona ‘débil’ como la designan otros autores, generará, a su vez, una familia débil, una escuela débil, una ética débil, una comunicación débil, una política débil, una religión débil, una sociedad débil, como lo prevé Gianfranco Morra en su libro Il quarto uomo (el cuarto hombre).
Esta consecuencia que desarrolla en cadena debe generar alarma entre los padres de familia, educadores, orientadores de la juventud en vista al futuro de toda la comunidad humana.
P. José Silvio Botero G., C.Ss.R.