(Vietnam) La pandemia de Covid-19 está causando estragos en muchas partes del mundo, especialmente en Vietnam. Confiados en el poder curativo de Dios, los miembros del Teologado de San Alfonso, en vísperas de la fiesta del Santo, el 31 de julio, tuvieron un momento de adoración eucarística mientras rezaban por el fin de la pandemia, y también para rezar por las víctimas de la pandemia, por los médicos, personal de salud y voluntarios que trabajan día y noche en la línea del frente contra la pandemia.
El día de Adoración comenzó con la Misa conmemorativa de San Ignacio de Loyola a las 5:30. Compartiendo durante la Misa, el director Joseph Do Dinh Tu mencionó dos personajes opuestos mencionados en el Evangelio de Mateo (cf. Mt 14, 1-12). Estos son San Juan Bautista y el Rey Herodes. Juan el Bautista, un profeta, usó voluntariamente su martirio para decir la verdad. Por el contrario, Herodes, un hombre con poder, con dinero, se sumergió en muchos mundos inútiles y luego cometió un error tras otro. De esta forma, el padre Dinh Tu recordó a la congregación la imagen de un profeta que debe ser capaz de decir la verdad, la voz de la conciencia y, sobre todo, poder discernir cuál es la mala ocasión para evitar, qué es lo bueno para hacer, para que después de cada día tratemos de ser mejores, más dignos de nuestra vocación. Juan Bautista y San Ignacio de Loyola son ejemplos que todos debemos aprender a seguir.
Luego, según el horario establecido, después de la Misa hubo horas de adoración para cada grupo en el Teologado. Cada hermano llega al lugar de adoración con sus sentimientos de luchas y dificultades y orando por los demás. Pero todos comparten la misma convicción de que con el poder de la oración incesante, el amor y el poder de Dios liberarán al mundo de las tinieblas del mal.
La Jornada de Adoración finalizó con la Bendición Eucarística a medianoche. Que el Jesús Eucarístico, rico en misericordia, conceda al mundo y a nuestro país Vietnam vivir una vida feliz y pacífica.
Ban van hoa y Duc Trung Vu, CSsR