Madrid, El reportaje en portada del número de este mes de nuestra revista Icono está dedicado al Sínodo. El pasado 9 de octubre, la Iglesia comenzó un proceso participativo y plural que culminará en octubre de 2023: el Sínodo. La palabra Sínodo significa camino común o conjunto. A lo largo de la historia ha habido muchos Sínodos, pero, tras el Concilio Vaticano II, la Iglesia se recuperó con fuerza como un instrumento al servicio de la comunión eclesial y de la colegialidad episcopal.
Los últimos Sínodos han tratado la nueva evangelización (2012), los desafíos pastorales de la familia (2014-2015), los jóvenes, la fe y el discernimiento vocacional (2018) y la Amazonia (2019). Este Sínodo es peculiar porque es llamado a reflexionar sobre la misma Sinodalidad como valor y objetivo eclesial. “La sinodalidad es un estilo y una forma de ser con la cual la Iglesia vive su misión en el mundo. La misión de la Iglesia requiere que todo el Pueblo de Dios esté en camino, con cada miembro desempeñando su rol crucial, unidos unos a otros”. Así lo señala el “Vademécum”, uno de los instrumentos que la Santa Sede pone a disposición de las diócesis y de todos los creyentes en la página web del Sínodo actual.
El Sínodo desea escuchar al Espíritu Santo que guía la Iglesia, pero también a las personas, a cada creyente, especialmente a aquellos que nunca han sido escuchados y tienen algo que decir. Escuchar y dar participación a todos, escuchar para comprender, comprender para poder tomar decisiones sabias y realistas.
“Deseo terminar con una imagen. La imagen usada para el logo sinodal me parece muy oportuna”, asegura el autor del artículo, Víctor Chacón, CSsR. “Representa al Pueblo de Dios: ancianos y niños, mujeres y hombres, clérigos, religiosos y laicos, casados y solteros, también discapacitados. Una Iglesia plural, diversa, actual. Una paleta de colores amplia, no monocromática”. Y añade: “Caminan, la actitud es de movimiento y caminan juntos”.
(redentoristas.org)