25 años de presencia de las Redentoristas en Kiri, Burkina Faso

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Queridos hermanos y hermanas, con gran alegría, fervor y oración vivimos hoy en Kiri la celebración del 25° aniversario de la apertura del Monasterio del Santísimo Redentor de Kiri en Bobo-Dioulasso.

A esta celebración asistieron las Redentoristinas de Diabo, los Redentoristas de la Viceprovincia de África Occidental y los discípulos del Santísimo Redentor que son laicos asociados a las Redentoristinas, una docena de sacerdotes de la Archidiócesis de Bobo Dioulasso, religiosos y muchos otros fieles amigos del Monasterio de Kiri.

La historia de la institución de las Redentoristas en Kiri nos permite saber que la petición fue hecha varias veces por Monseñor Anselme SANOU a partir del 17 de noviembre de 1980, y fue después de 17 años de espera que se hizo realidad.

Durante la misa, presidida por el Vicario General de Bobo, en representación de Monseñor Paul OUEDRAOGO, el capellán del Monasterio dio la bienvenida a todos recordando las palabras de Monseñor Anselme SANON al definir el Monasterio el día anterior (24/4/2023). De hecho, este Prelado ve el Monasterio de Kiri como “un pararrayos para proteger a la Iglesia de Dios y al mundo”. De hecho, según el actual capellán del Monasterio, el P. Buenaventura HIEN, es la oración que hace del Monasterio este pararrayos.

Por este motivo el Vicario General, P. Jacques DEMBELE, en su homilía, a partir de las lecturas del día, fiesta de San Marcos, mostró que las redentoristas obedecieron la orden de Jesús de ir a proclamar la Buena Nueva hasta instalarse en Kiri para la principal misión de oración de la diócesis, de la Iglesia y del mundo. Invitó a todos los fieles, y especialmente a los sacerdotes, a dar a conocer a las monjas porque son poco conocidas por la mayoría de los cristianos de la diócesis.

En esta solemne ocasión de acción de gracias, las Redentoristas renovaron sus votos para un nuevo comienzo en su alianza con el Señor. Tras la celebración eucarística, las monjas ofrecieron a todos un cáliz de la amistad con una celebración fraterna en la capellanía del monasterio.

¡Que Dios bendiga a nuestras monjas con tantas santas vocaciones!

P. Simeón Chabi BIAOU