Nativos digitales e inmigrantes digitales

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(del Blog de la Academia Alfonsiana)

Existe una brecha generacional entre las personas nacidas en la nueva cultura digital (nativos digitales) y las generaciones mayores (inmigrantes digitales). Un documento interno de la Congregación Redentorista afirma que sus jóvenes candidatos “tienen una experiencia diferente, otra forma de concebir el mundo, de reflexionar, pensar y trabajar; utilizan nuevas tecnologías y nuevos lenguajes. Esta tensión, en muchos casos, crea dos grupos aislados».

Los nativos digitales han adquirido una nueva forma de expresarse y percibir la realidad. Cuando llegan a la vida consagrada ya están acostumbrados al uso de las nuevas tecnologías y a las dinámicas de comunicación que éstas generan. La comunidad religiosa debe hacer un esfuerzo por comprender cómo estos jóvenes se relacionan con los demás y se enfrentan a la vida real.

Junto a ellos, los inmigrantes digitales intentan aprender el nuevo idioma, pero “siempre, hasta cierto punto, conservarán su ‘acento’, es decir, su pie en el pasado” ya que no lo aprendieron en la infancia. “Hablan un lenguaje anticuado”. Además, a menudo tienen una visión dualista de en línea/fuera de línea. Para ellos la comunicación online es virtual, irreal, efímera, falaz. Por lo tanto, debe evitarse en la medida de lo posible, para facilitar la auténtica vida religiosa. Aquí también es necesario un esfuerzo para acoger la nueva cultura digital.

El debilitamiento del principio de autoridad
Según M. Benasayag y G. Schmit, uno de los grandes retos educativos de los inmigrantes digitales (padres, educadores y profesores) es el debilitamiento del principio de autoridad. Los jóvenes olvidan el “por qué” tienen que obedecer y su educador trata de evitar cualquier conflicto. Consciente de haber perdido el aprecio reverencial de los nativos digitales, el educador los desprecia, dejándolos “a gusto”, o tratando de convencerlos con técnicas de seducción extraídas del ámbito comercial.

Cuando esta estrategia no funciona, puede reaccionar mal, caer en el autoritarismo y generar serios conflictos. Los jóvenes, por su parte, llenan el vacío de autoridad recurriendo a sustitutos mediáticos que los empujan a cuidar su apariencia en lugar de desarrollar su personalidad.

Entendiendo y dando la bienvenida a los nativos digitales
Los inmigrantes digitales deben tratar de entender y acoger a los nativos digitales, que muchas veces muestran una forma diferente de verse y de afrontar la vida. Según algunos autores, la moral de la abnegación ha sido sustituida por la moral de la autorrealización. Mientras que la primera promovía las virtudes sociales y los valores universales -la sinceridad, la lealtad, el sacrificio, la responsabilidad, la fidelidad al grupo social-, la nueva moral se centra en los valores psicológicos. En lugar del autocontrol y la disciplina para someter los propios impulsos, la nueva moralidad supone que la felicidad depende de la autorrealización y de ser fiel a uno mismo.

En este nuevo contexto, el punto de partida para padres, educadores y formadores debe ser este deseo de autorrealización que está arraigado en los jóvenes. El educador debe tratar de canalizarlo adecuadamente, de forma que los jóvenes se sientan impulsados ​​a realizar una contribución activa y generosa en el entorno social en el que viven: la familia, el centro educativo, la sociedad. Más que insistir en lo que deben o no deben hacer, el educador debe ayudarlos a ver el horizonte hacia el que deben avanzar.

Conclusión
Los jóvenes pueden aprender más sobre las dimensiones técnicas de la comunicación, pero necesitan modelos de identificación; es decir, personas que puedan ayudarlos con su experiencia y visión de la vida. Por ello, es urgente que padres y educadores retomen su papel de formadores y de apoyo, ayudando a los nativos digitales a encontrar sentido y dirección entre los múltiples estímulos y demandas que les ofrece la sociedad-red.

P. Martín Carbajo Núñez, OFM